Génova entierra a sus muertos: 17 familias se retiran de los funerales de Estado
Hay furia porque los políticos se pasan las culpas. Los familiares dicen que la ceremonia de hoy es “una farsa”.
Cientos de bomberos, policías, técnicos y voluntarios continuaron toda la noche del jueves excavando entre las enormes ruinas de grandes bloques de cemento armado y hierros. La cifra oficial de 38 muertos no ha cambiado, con diez heridos graves aún en los hospitales, pero los socorristas reiteran continuamente que buscan entre 10 y 20 desaparecidos que “están allí”, a bordo de sus auto- móviles aplastados tras caer 80-90 metros cuando se derrumbó la parte central del puente Morandi sobre el torrente Polcevera y la ferrovía que lleva miles de contenedores al puerto de Génova. La actividad se concentra en los dos monumentos gigantescos que yacen en los márgenes del torrente y la ferrovía. “Avanzamos lentamente, paso a paso. Apenas se detecta un agujero se manda un perro. Lo hacemos con mucha precaución porque todavía puede haber alguien con vida”, explica un bombero.
Dolor, ansiedad, rabia dominan el clima, en medio de polémicas entre gobernantes y políticos que se pelotean las responsabilidades. Lo más dramático es que hoy faltarán 17 féretros en los funerales de Estado, que celebrará en la Feria de Génova el arzobispo de la ciudad, cardenal Angelo Bagnasco, con la presencia del presidente de la República, Sergio Mat- tarela. Con palabras de amargura y desilusión, los familiares de una parte de las víctimas fatales han preferido las funciones fúnebres privadas y no el rito institucional, que han definido “una farsa”.
Han dicho que no la familia de los cuatro muchachos de Torre del Greco que cayeron al vacío con su automóvil en el “maledetto” martes a las 11.37 en que el puente se vino abajo. También mostraron su enojo y amargura los parientes de la familia Possetti, de Pinerolo (Piamonte) y de Stella Boccia, de Arezzo, que será enterrada en su pueblo de Foiana de la Chiana, en Toscana. Algunos funerales privados se celebraron ayer. “Mi hijo no se convertirá en un número del elenco de los muertos causado por los incumplimientos italianos. No queremos un funeral farsa sino hacerlo en nuestra iglesia, en Torre del Greco”, dijo Riberto Batiloro, padre de uno de los cuatro “ragazzi” muertos en el mismo auto. “Es un dolor privado, no sirven las pasarelas. Desde hoy se inicia nuestra guerra por la justicia, para que no ocurra más”.
En el pabellón de la Feria de Roma donde se celebrarán el sábado los funerales de Estado, hay hasta ahora 14 féretros colocados para la bendición del arzobispo de Génova.
Las polémicas en torno a las responsabilidades y las culpas siguen creciendo de tono y aumentan la rabia popular. El vicepremier Luigi Di Maio, acusó prácticamente al ex líder y ex primer ministro del partido Democrático Matteo Renzi de haber sido comprado por la familia Benetton, que a través de la sociedad Atlantia es propietaria de Autostrade, concesionaria de 3 mil kilómetros de autopistas, la mitad del total, en Italia. El puente Morandi es responsabilidad de Autostrade. ■