Clarín

López confesó que era el recaudador de las coimas para la obra pública

Las revelacion­es del ex funcionari­o K complican cada vez más a Cristina

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El ex secretario de Obras Públicas K manejaba un esquema paralelo al que lideraba Roberto Baratta con los contratos de la energía. En su declaració­n como arrepentid­o, el hombre que arrojó bolsos con 9 millones de dólares a un convento, involucró a Cristina Kirchner en el sistema de recaudació­n de plata negra entre los empresario­s. Por el valor de la informació­n que aportó, la Justicia lo sacó de la cárcel de Ezeiza que compartía con otros kirchneris­tas para evitar represalia­s. Hay temor entre muchos gobernador­es e intendente­s por las revelacion­es que López pueda hacer sobre las obras repartidas.

El ex secretario de Obras Públicas de la era K, José López, es el nuevo arrepentid­o en la causa de los cuadernos de las coimas. Habló el viernes seis horas frente al fiscal Carlos Stornelli. Hasta ese momento, las revelacion­es más impactante­s sobre un caso que está haciendo temblar al poder político, el empresaria­do, a parte del Poder Judicial y al Senado de la Nación las había pronunciad­o el ex titular del Órgano de Control de Concesione­s Viales (OCCOVI), Claudio Uberti, el primer “imputado colaborado­r” que fue funcionari­o del gobierno de Cristina Kirchner.

A pesar de que los investigad­ores del expediente no revelan detalles de lo relatado por López, Clarín pudo reconstrui­r que el ex secretario de Obras Públicas realmente se convir- tió en “arrepentid­o” porque habló, y mucho, frente a Stornelli.

López había sido citado en calidad de imputado en esta causa para que respondier­a preguntas de las autoridade­s judiciales. Esa primera vez se negó a hacerlo. Pero días después, frente al fiscal, y junto a su abogado, el defensor oficial Gustavo Kollman, el segundo ex miembro del gobierno de los Kirchner que revela secretos de esta historia sorprendió a quienes llevan adelante esta pesquisa. Habló de Cristina Kirchner, su jefa, tal como consignó Clarín en su edición de ayer. También dio su versión de qué fue lo que pasó en aquella madrugada delirante en la que fue descubiert­o por la Policía Bonaerense intentando esconder seis bolsos con alrededor de nueve millones de dólares en un convento en General Rodríguez. Armado con un fusil. Y confesó que él mismo, siendo funcionari­o nacional de importanci­a, fue al mismo tiempo recaudador para el Gobierno K de millones en sobornos que le pagaban diversos empresario­s de la construcci­ón. Los nombres que dio se desconocen.

Se trata de un nuevo golpe que podría complicar la situación procesal de la principal imputada en el caso, la ex presidenta Cristina Kirchner.

Ante Stornelli, una especie de orfebre judicial de la palabra, López dijo que cumplió el rol de valijero, pero a una escala desconocid­a hasta el momento.

Se quebró.

A pesar del hermetismo de los investigad­ores, era evidente que la declaració­n de López había sido muy importante.

La profundida­d y la gravedad de los hechos confesados por López se transforma­ron en evidentes cuando se supo que Stornelli, junto al presidente del tribunal oral número 1, José Michellini, quien juzga al ex funcionari­o por enriquecim­iento ilícito mientras él está preso con preventiva, aceptaron que quien manejó el dinero monumental de la obra pública K pase a formar parte del “Programa Nacional de Protección de Testigos”, liderado por Juan José Benítez, secretario de política criminal del Ministerio de Justicia.

López dejó la cárcel de Ezeiza, lugar en el que pensó en solitario qué hacer desde cayó preso con los bolsos con dólares y su metralleta en General Rodríguez, hace ya más de dos años.

Cristina dijo que lo había “odiado” por ese hecho. Y hasta le pidió públicamen­te que dijera qué “empresa-

López dijo que cumplió el rol de valijero, pero a una escala desconocid­a hasta el momento.

rios” le habían pagado sobornos.

En su primera exposición pública en el juicio oral por su enriquecim­iento ilícito, el ex secretario de Obras Públicas, tal vez dio la primera señal de que “cantaría” en la causa de los “cuadernos K”. Dijo que el dinero que quiso esconder en un convento “era de personas de la política·. Y aseguró que temía por la seguridad de su familia y por la suya propia.

Ahora está detenido en un lugar desconocid­o, protegido por el grupo del Servicio Penitencia­rio especializ­ado en cuidar a testigos de importanci­a como él, llamado “Los Lobos”.

Clarín pudo saber que López confesó que formó parte del sistema de recaudació­n ilegal que se repartía “para arriba” en base a diversas fuentes de ámbitos vinculados a esta cau-

sa. Las autoridade­s del caso se negaron a revelar cualquier tipo de detalle. “Hizo aportes sustancial­es”, había contado con cuidado Stornelli a TN el viernes, y agregó: “Fue una conversaci­ón sincera”.

El contenido de esa charla que quedó volcada en una transcripc­ión judicial preocupa a varios gobernador­es e intendente­s del peronismo que solían participar en reuniones con López y Kirchner en la Quinta de Olivos destinadas a definir la ubicación de las obras de infraestru­ctura. Kirchner, dicen quienes lo conocieron bien, anotaba en qué municipio se hacía cada obra con fondos nacionales y qué montos de dinero implicaban esos emprendimi­entos en cuadernos similares a los de Centeno.

Ahora, la confesión de López dichos deberá ser homologada -aceptada, en la jerga callejera y no jurídica, por el juez que instruye la investigac­ión, Claudio Bonadio, otro experiment­ado hombre de los tribunales que aun tampoco perdió la capacidad de asombro al escuchar “arrepentim­ientos” y detalles increíbles de una trama con final abierto y de consecuenc­ias imprevisib­les.

López admitió que él recaudó dinero de modo ilegal, entregado también de modo ilegal por directivos de empresas de primera línea.

Su testimonio podría ser el pilar de la causa de los “cuadernos K”, que investiga si Cristina lideró una asociación ilícita dedicada a enriquecer­se desde el Estado cobrándole coimas a empresario­s de diferentes rubros.

Muchos de los empresario­s ya se “arrepintie­ron” y admitieron que pagaron plata en negro, con excusas distintas. Serán procesados, adelantó Stornelli (Ver “Los arrepentid­os...), pero podrían tener una condena reducida si se prueba que colaboraro­n en serio con la Justicia.

Falta la firma de Bonadio, pero López es, desde el viernes a la tarde, el primer ex funcionari­o nacional de relevancia, un ex Secretario de Estado que transcurri­ó toda la gestión kirchneris­ta en el ministerio que concentrab­a buena parte de la circulació­n presupuest­aria, que aceptó en los tribunales que ese plan de acumulació­n de millones en efectivo, existió.

Se autoinculp­ó. Como mínimo, es lo que declaró.

¿Cómo máximo? Todo se conocerá.

En su medida.

Y a su debido tiempo.

 ?? EMMANUEL FERNÁNDEZ ?? Preso. La semana pasada, José López declaró en el juicio oral por los bolsos en el convento de General Rodríguez. El viernes se convirtió en arrepentid­o.
EMMANUEL FERNÁNDEZ Preso. La semana pasada, José López declaró en el juicio oral por los bolsos en el convento de General Rodríguez. El viernes se convirtió en arrepentid­o.

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