El CCK y las propuestas para el cambio de nombre
• Hace casi tres años que el Gobierno ejerce la conducción del país. Entre las tantas promesas o buenas intenciones incumplidas que manifestó al asumir, estaba la de cambiar el nombre al ex Palacio de Correos, transformado en Centro Cultural. No hubiese sido necesario que hoy sucediese el descubrimiento de pruebas de actos inauditos de corrupción, por sus alcances e importes, para que ello sucediese, toda vez que hace años que el apellido con el que se deshonra a ese Centro Cultural ya era sinónimo de corrupción, al igual que el que ostentan plazas, hospitales, represas, etc., en un exceso del clásico servilismo y populismo innato que desde hace 70 años practica el partido al que representaba el homenajeado.
La duda que surge, es, si los funcionarios responsables de cambiar el nombre al Centro Cultural, no estarían incurriendo en una violación a los deberes de funcionario público, dada la negligencia y morosidad por el tiempo transcurrido y lo indignante que supone el soportarlo en un edificio tan emblemático.
La República de Ecuador, lamentablemente, nos muestra el camino al sacar la estatua del fallecido, por ser un símbolo de corrupción, cuando deberíamos habernos anticipado hace mucho tiempo. Por supuesto que sería deseable que el nuevo nombre que le asignen no corresponda a ninguna persona para evitar polémicas estériles y si que represente a la Nación en forma abarcativa y seria. Vicente Casado Arroyo vcasado.a@gmail.com • Veo con gran satisfacción la iniciativa de quitar el nombre de Kirchner al CCK, ya que es solo una denominación política como un “homenaje” a quien nunca se destacó por cuestiones culturales, sino más bien por cuestiones “non sanctas” que están en el candelero. Me parecería una excelente oportunidad para homena- jear a alguien que es un verdadero ícono en lo que representa a nuestra cultura popular, como es el tango. Y me refiero concretamente a Enrique Santos Discépolo.
El Centro Cultural debería llamarse CCESD (por sus iniciales completas) o simplemente CCD (Centro Cultural Discepolín). Paso la posta al Gobierno. Pedro Bollo fp.bollo@gmail.com