Retrasos en el cobro de expensas por los aumentos
El dato es de una asociación de administradores. Los gastos de los consorcios de la Ciudad subieron 34,4% en un año. Muchos eliminan los servicios comunes y postergan las reparaciones.
El incremento interanual ya llega al 34,4%. Influyen las subas salariales para los encargados y las de los servicios como agua y gas. Además, otros costos corrientes para el mantenimiento. Agrupaciones de administra-
dores explican que cada vez es más difícil cobrar del 1 al 10 del mes, y que el nivel de deudores a esa fecha supera el 25%. En muchos edificios, decidieron suspender las reparaciones y eliminar servicios comunes.
Las expensas impagas batieron otra marca en la Ciudad: en promedio, uno de cada cuatro departamentos las adeuda. Y en algunos edificios ese porcentaje llega a uno de cada tres. Aumentos en los servicios, paritarias de encargados y subas en costos fi- jos y reparaciones las vuelven impagables para propietarios y, más aún, para inquilinos.
Los números son de la Asociación Civil de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal (AIPH), donde advierten sobre un posible “envejecimiento edilicio importante”, ya que “no se hacen arreglos ni adecuado mantenimiento”.
En los consorcios coinciden. “Hay cosas imposibles de desatender: calderas, ascensores, instalaciones de gas. Pero se postergan o se hacen remiendos. No se puede vivir con esa inseguridad”, explica Alicia Giménez, de la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA).
Es que, antes de la fecha de vencimiento, los administradores cobran apenas el 15% de lo liquidado, según detalla Daniel Tocco, presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal (CAPHAI). “A partir de esa fecha, trabajamos mucho en contacto telefónico para que nos paguen”, reconoce. De acuerdo al dirigente, incluso aumentó el índice de remates de propiedades para poder cobrar.
El Gobierno porteño lanzó un plan para eliminar algunos trámites y así bajar los gastos, pero por ahora el ahorro sigue siendo mínimo y las cifras oficiales lo demuestran: las expensas subieron un 13,28% entre enero y junio en un hogar promedio (de dos adultos y dos chicos), según la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad. El incremento interanual -junio de este año contra junio de 2017- fue de un 34,4%.
Esas cifras se traducen en historias, algunas insólitas. A Clara Maggi (27) que vive en Caballito, le aumentaron a razón de $ 500 cada mes. El monto está cerca de equiparar a lo que le cobran de alquiler. “Me llegaron $ 8.100. En la liquidación explican que suben, y cito textual, ‘por la situación económica'. Y, si no pagás, exponen a cada deudor en un listado”, cuenta.
La eliminación de gastos queda chica frente a otros componentes de las expensas, como la cada vez más pesada carga impositiva y de servicios, y también los aumentos a los encargados. Según las asociaciones de consorcistas, los salarios representan entre el 60% y el 80% del total de los gastos comunes. El acuerdo
salarial se firma entre tres cámaras de administradores y el sindicato de los encargados de edificios, que dirige Víctor Santa María. Sólo una de las asociaciones de consorcistas se sumó a la mesa desde el año pasado Santa María, además, preside el PJ porteño y -más allá de distintas filiaciones partidarias- resulta un aliado clave para el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta..
Desde que se aplicó el último aumento a los encargados, Patricia Alba (72) desembolsa $ 13.000 mensuales de expensas por su departamento en Belgrano. En julio, fueron $ 15.000, “porque el administrador decidió darle vacaciones al encargado y pagó por su suplente y el aguinaldo de ambos”. Dice que, en 2005, los gastos
comunes representaban el 10% de su sueldo. Hoy, son el 50%.
El panorama es tan grave que incluso algunos propietarios deben poner su departamento en alquiler y
mudarse a algo más chico. Es lo que le pasa a Adriana Reinoso (59), a la que se le hace muy difícil reunir los $ 9.000 mensuales del edificio donde vive, en Flores. “Tengo que irme de mi casa, y para colmo no encuentro inquilino justamente por lo caras que son las expensas”, cuenta. Y recuerda el caso de dos vecinos que, cuando se murió su madre, tuvieron que vender la propiedad porque tampoco podían afrontar ese monto.
En junio, vecinos hicieron un ruidazo contra los aumentos de las expensas y para exigir que los dejen participar en las paritarias de los encargados. Sergio Abrevaya, legislador de GEN y abogados de los consorcistas, comentó: “Pedimos una tarifa especial en los servicios públicos. Muchos vecinos nos contaron que
anularon los servicios centrales, como losa radiante o calefacción central, porque no los pueden pagar”. Además de la morosidad medida por la AIPH, Abrevaya agrega otra: la intermensual. “Quien paga luego del vencimiento no aparece como moroso, pero genera una deuda que los administradores no pueden financiar”. Es por eso que, en muchos casos, ese déficit termina siendo absorbido injustamente por los otros consorcistas, una decisión de emergencia que agrava el problema.