Clarín

Boca, sin punta después de 2 años y con Tevez en el banco

El equipo de los Barros Schelotto no mostró elaboració­n ni peso en el área rival y defendió mal en las acciones con pelota detenida. Estudiante­s, con muchos jóvenes, fue superior.

- Maximilian­o Benozzi mbenozzi@clarin.com

Estudiante­s, con varios juveniles, bajó al equipo de Barros Schelotto en la segunda fecha de la Superliga: 2-0. Y a Tevez el DT ni siquiera lo consideró como recambio. Boca llevaba 617 días al frente y ahora manda Rosario Central.

Y un día Boca dejó de ser puntero en el fútbol argentino. Fueron 617 días los que estuvo en la cima, que lo llevaron a ser bicampeón. Y justo en el inicio del camino hacia el tricampeon­a- to, ya una obsesión, se topó con Estudiante­s en una fría tarde de Quilmes. El mismo rival que hace doce años en una final en la cancha de Vélez lo dejó sin ese logro que aún no pudo conseguir en su rica historia. Con Guillermo Barros Schelotto vestido de azul y oro en el campo de juego aquella vez y ahora como técnico xeneize. Ayer, Estudiante­s ganó 2 a 0 y bajó a Boca de la punta, en la que ahora está en soledad Rosario Central.

Los hinchas de Estudiante­s no se apiadaron de Guillermo, rival de siempre por su pasado en Gimnasia y su afecto al Lobo platense, y se lo recordaron con algunos cánticos sobre el final del encuentro en alusión al histórico 7 a 0... Cuando la victoria ya estaba consumada y Estudiante­s volvía a ser un karma para el Mellizo, que como entrenador (entre Lanús y Boca) apenas pudo ganarle dos veces en diez encuentros. Así, Estudiante­s cortó una racha de cinco encuentros sin ganar y de cuatro derrotas seguidas como local. Así, se profundizó la mala racha de Boca como visitante: seis juegos sin victorias.

Boca cayó sin atenuantes en el Centenario de Quilmes. Y esta derrota le llega en un momento inoportuno. Con la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertador­es, la otra gran obsesión, muy cerca. Es cierto que tiene una buena ventaja (2-0 sobre Libertad) pero en Asunción va a tener que batallar para sostenerla y meterse en los cuartos. Pero más que nada desde el juego. Es que el cambio de esquema al 4-3-3 se percibía como una mirada hacia ese crucial encuentro. Con la inclusión de Nandez, Guillermo buscó armar un mediocampo más aguerrido, que le dé cierto equilibrio al equipo. Sin embargo, a este Boca, últimament­e, se le complican más de la cuenta los partidos en los que el rival propone un juego áspero, con mucha suela e intensidad como jugó Estudiante­s.

Las circunstan­cias del encuentro pusieron nervioso a Boca. Al compás de Pablo Pérez. Con faltas a destiempo y por impotencia. Como la del propio Pérez (ya estaba amonestado) a Zuqui. Como la de Nandez al mismo rival en la primera mitad. Como en el barullo que se armó luego del planchazo (de roja) de Apaolaza a Nandez en el que Goltz terminó con amarilla. Y como cuando el marcador central caminó por la cornisa de la expulsión al cortar un avance con un golpe.

La jerarquía individual podría haber resuelto el problema, pero las figuras esta vez no apareciero­n en toda su dimensión. Pavón había insinuado al despegar sus alas, pero se diluyó. Y recién volvió a aparecer en el final con un remate que le sacó Andújar. Antes, el arquero había evitado el empate al sacarle un disparo a Villa.

Para colmo, Boca sintió la merma física en el segundo tiempo. Estudiante­s, pillo, apeló al roce, al desgaste físico, y su rival sufría el jet lag del viaje a Barcelona.

Con Zárate de 9, Boca, por momentos terminó jugando con falso 9, como la Selección de Jorge Sampaoli en el Mundial de Rusia. Al no llegarle la pelota, Mauro se tiraba atrás. Pero tampoco encontró socios para edificar el juego. Boca abusó del pelotazo a Zárate y el juego aéreo no es su fuerte. Mucho menos con dos torres custodiand­o de cerca como Schunke y Campi, de gran trabajo, sobre todo el ex Racing. Si esa era la estrategia, ¿no hubiese sido más convenient­e Wanchope Ábila?

La pelota parada fue otro dolor de cabeza para Boca. La marca mixta (con tres jugadores que siguen a un hombre rival y el resto libre) no funcionó. Estudiante­s lo aprovechó. Y apeló a su medicina, las que receta el doctor en La Plata, para abrir el marcador. Ganó dos veces consecutiv­as tras dos corners. En la primera salvó Andrada. En la segunda, peinó Lugüercio y Noguera estampó su cabezazo a la red, debajo del arco. Las ejecucione­s estuvieron a cargo de Zuqui, quien manejó los hilos y los tiempos. Y con su rival volcado al ataque, el pibe Pellegrini armó una apilada y selló el resultado. Nunca Boca tuvo reacción. Y lo pagó caro. ■

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MARCELO CARROLL Fuera de acción. Tevez, suplente y sin chance para revertir la derrota.
 ?? JORGE SÁNCHEZ ?? El laboratori­o de Estudiante­s. En el córner anterior, Andrada le había desviado el cabezazo a Noguera. Aquí el final con los mismos protagonis­tas será diferente: 1-0.
JORGE SÁNCHEZ El laboratori­o de Estudiante­s. En el córner anterior, Andrada le había desviado el cabezazo a Noguera. Aquí el final con los mismos protagonis­tas será diferente: 1-0.

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