El Gobierno frena una cumbre contra los despidos y dice que es por los cuadernos
Los empresarios niegan estar golpeados por el escándalo, como cree la Rosada. Pero rechazan un pacto antidespidos.
Mauricio Macri adjudicó a las revelaciones de las coimas en la obra pública una “tensión adicional” sobre los mercados, Nicolás Dujovne aseguró que “pesará en el crecimiento” de este año, el proyecto de financiamiento de los partidos -proponía habilitar el aporte de las empresas a las campañas- se enfrió en el Congreso por el escándalo. Ahora las esquirlas de los cuadernos del chofer Oscar Centeno alcanzaron otro punto, de acuerdo con la mirada del Gobierno: terminó de congelar la convocatoria a ejecutivos y sindicalistas para cuidar el empleo. Desde el lado de los empresarios lo atribuyeron al rechazo a un compromiso de suspensión de los despidos.
Jorge Triaca -ministro de Trabajoy Dante Sica -Producción- venían trabajando la firma de un acuerdo entre representantes de las empresas y los gremios para proteger el empleo, mejorar la productividad y contener la inflación en los próximos meses fríos según el pronóstico compartido entre el Gobierno y dirigentes de esos sectores. En un momento estaba prevista para el jueves de la semana pasada, después quedó en “stand by”, en palabras de uno de los funcionarios al tanto de las negociaciones.
Como publicó Clarín, ya en la CGT habían descartado un acuerdo al menos hasta fin de mes, cuando la central tendrá un plenario de secretarios generales. En la Casa Rosada sumaron el efecto de la serie de empresa- rios que pidieron declarar como “arrepentidos” y confesaron pagos ilegales a funcionarios durante el kirchnerismo. “Se hace difícil que el tema no se mezcle con la convocatoria. Así es más difícil todavía sentarlos en la mesa porque mucho de lo vinculado a los empresarios está sin representación”, dijo a este diario un integrante del Gabinete.
Las dificultades con la representación del sector fue esgrimida desde el inicio de la gestión de Mauricio Ma- cri como uno de los motivos de los fallidos intentos para acordar un compromiso de frenar los despidos. Los dos documentos firmados en 2016 no tuvieron efecto y luego el Presidente profundizó las mesas de diálogo sectoriales.
El sistema de recaudación ilegal involucró principalmente a ejecutivos de las firmas vinculadas a la obra pública. En la UIA, salvo Techint -Luis Betnaza declaró la semana pasada como imputado-, la “causa de los cuadernos” no cambió el escenario. “Que la representación no es sencilla, chocolate por la noticia. Se podría replicar el esquema del Consejo del Salario o instalar una formalidad como el Grupo de los Seis. Explicarlo por los arrepentidos sería simplificar mucho las cosas”, rechazó un ejecutivo de buen vínculo con el Gobierno. Desde ese sector, la explicación a la traba de la convocatoria, como mínimo congelada hasta nuevo aviso, pasa por el compromiso a no despedir: “No funciona, es tapar el cielo con las manos. Prohibir la salida termina siendo endurecer la entrada”. Los industriales descuentan que en los próximos meses no habrá incorporaciones de personal, aunque no advierten “una catástrofe” por el momento. En los últimos días las alarmas volvieron a encenderse con cierres y suspensiones en el rubro del calzado ( ver aparte)..
“Ya estamos cuidando el empleo, más allá de la convocatoria”, aseguraron en la Casa Rosada, con el foco en las mesas sectoriales y las líneas de financiamiento para pymes. “La época es compleja, hay que bajar el déficit y las medidas tienen que afectar lo menos posible la economía real. Y trabajar en la reducción de costos para formalizar e incorporar nuevo empleo”, planteó Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA. En la CGT sospechaban que en la reunión el Gobierno buscaría avanzar con la reforma laboral y avisaron que sostendrán su reclamo por los despidos. Hugo Yasky, de la CTA, ya había pedido suspenderlos por dos años. ■
Triaca y Sica negociaban un acuerdo por el empleo. El Ejecutivo ahora avanzará solo.