La lección inolvidable de los chicos de Estudiantes
Cinco de los titulares provienen de las inferiores. Pellegrini en 2016 le había pedido una foto a Tevez.
Quedó demostrado con un resultado contundente: en Estudiantes, el futuro ya llegó. De la mano de la necesidad – el club ahorra dinero en la compra de jugadores para invertirlo en la finalización del estadio-, la apuesta entonces es mirar para adentro, buscar en el semillero. Y, justamente, de esa cantera que en el corto plazo le reportó ganancias siderales con las transferencias, por ejemplo, de Santiago Ascacíbar, Juan Foyth y Guido Carrillo, se nutrió en la cancha de Quilmes para lograr un triunfo indispensable.
Con Bautista Cascini (21 años) en el banco y con Carlo Lattanzio (21) ingresando en el segundo tiempo, fueron 7 de inferiores. Con ellos, Estudiantes afronta un presente donde los pibes tienen un excelente espejo donde mirarse: una interesante cuadrilla de veteranos. Iván Erquiaga (20) copia a Lucas Diarte, Iván Gómez (21) a Rodrigo Braña, Lucas Rodríguez (21) a Gastón Fernández, Matías Pellegrini (18) y Francisco Apaolaza (21) a Mariano Pavone.
Todos provienen de las categorías 1997 y 1998, salvo Pellegrini, que es de la 2000 y fue quien terminó de cocinar el partido con un golazo típico de chiquilín desfachatado. Ni lentos ni perezosos los directivos le hicieron firmar hace un par de semanas el primer contrato con una cláusula de rescisión de 20 millones de dólares.
Las inferiores proveen de figuras al plantel superior que ahora comanda Leandro Benítez, el Chino que había asumido con DT interino y que se quedó con el cargo.
“Boca nos complicó con la calidad de sus jugadores en la primera parte, pero luego, ya con la ventaja tuvimos más libertad para trabajar los espacios y quedarnos con un triunfo jus- to”, reconoció Pancho Apaolaza.
“Con Zuqui pudimos equilibrar la línea de medios donde Boca se hace fuerte y en cierto modo supimos quitarles la pelota”, recordó Iván Gómez.
“El Chino me pidió que encarara a los centrales porque alguna chance me iba a ganar y, por suerte, así pudimos terminar de cerrar el partido”, admitió Pellegrini, quien confesó que el sábado había soñado que convertiría un gol. Es el mismo pibe que en 2016, contra Boca, fue alcanzapelotas en la cancha de Quilmes y se sacó una foto con Carlos Tevez... Y tiene otra con Lionel Messi rescatada cuando fue sparring de la Selección.
Los pibes de Estudiantes fueron por más. Y de nuevo festejaron. Lo hicieron con la misma pujanza con la que derrotaron a Gremio 2 a 1 en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, un resultado que deberán defender el martes 28 en Porto Alegre. Pocos creían que con un ramillete de chiquilines que casi no tienen sombra de barba Estudiantes le iba a torcer el brazo al Boca líder tras 617 días. Cosa de pibes, dirán algunos. Cosa seria. ■