Venezuela devalúa un 96% su moneda en una jornada de caos y confusión general
La medida se produjo en medio de un brutal ajuste. Habrá un nuevo mercado de cambios con una tasa única para el dólar. Escepticismo entre los economistas.
Los venezolanos, agobiados por la crisis y el desabastecimiento de los último años, debieron enfrentar ayer otra brutal devaluación del bolívar del 96% dispuesta por el gobierno de Nicolás Maduro, lo que multiplicó la incertidumbre y la confusión general. La medida se produjo un día después de la reconversión monetaria -del “bolívar fuerte” al “bolívar soberano”-, que implicó la entrada en circulación de nuevos billetes que restaron cinco ceros a la moneda local.
En este marco de caos, las autoridades financieras anunciaron la activación de un nuevo mercado cambiario que operará con una tasa única atada a la criptomoneda venezolana “petro”. Según anunció el Banco Central de Venezuela (BCV), a partir de este martes un petro equivaldrá a 60 dólares, lo que lleva la tasa de cambio de 2,48 a 60 bolívares soberanos por dólar. Hasta el último vier- nes, un dólar valía 248.210 bolívares fuertes: el verde subió así 24 veces su costo.
Anteriormente en el país operaban dos tasas de cambio oficial y varias en el mercado negro. A partir de ayer, y como parte del nuevo esquema de control de cambio, la cotización del dólar fluctuará libremente de acuerdo con la oferta y demanda que resulte de las tres subastas semanales de divisas que realicen las entidades privadas, sin intervención oficial, inoformó el ministro de Finanzas, Simón Zerpa. Ayer debía hacerse una, pero fue postergada un día ante la anarquía reinante.
El gobierno adelantó que no establecerá restricciones para la oferta de divisas, pero sí mantendrá controles en la demanda. Las empresas sólo podrán comprar 400.000 dóla- res al mes, mientras las personas naturales únicamente podrán adquirir 500 dólares mensuales, según precisó el ministro Zerpa.
Antes de la medida, cuando aún reinaba un férreo control de cambios vigente desde hacía 15 años, el dólar paralelo se vendía a 6.000.000 de bolívares fuertes. El gobierno blanqueó ese valor al cotizar la divisa a 60 bolívares soberanos (la nueva moneda, con cinco ceros menos).
El mercado negro tampoco sabía muy bien a cuánto fijar el dólar. En algunas casas de cambio empezó a 65, pero luego fue subiendo a 90 y hasta 100 bolívares soberanos, aunque con escasas operaciones.
Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, expresó la incredulidad del mercado sobre la libertad que promete el gobierno de comprar y vender dólares. “No tiene nada que ver con un esquema abierto”, dijo, y consideró que el dólar negro seguirá disparándose, como ha sucedido en los últimos días. Para el economista Leonardo Vera, las medidas de Maduro sólo tienen un objetivo: “Quieren captar dólares por donde sea”. El gobierno necesita liquidez, señaló, debido a que la renta petrolera se desploma, el déficit roza 20% del PBI y la deuda externa alcanza 150.000 millones de dólares.
Lo cierto es que ayer el desconcierto reinaba entre los venezolanos, que no tenían otra salida que adaptarse al paquete económico que muchos bautizaron como “Madurazo”. Desde temprano los caraqueños hicieron largas filas en cajeros electrónicos para obtener los nuevos billetes, con límite de 10 a 50 bolívares, insuficientes hasta para tomar un desayuno.
“No sé cómo adaptarme a estos cambios. Con esto igual no puedo comprar nada. Todo va a seguir igual porque los precios siguen subiendo”, confesó decepcionada Pastora Guzmán, una maestra de prescolar de 45 años mientras agitaba con su mano tres de los nuevos billetes de cinco y diez bolívares que recibió en una agencia bancaria del este de Caracas, luego de tres horas de espera.
A su lado, Pedro Peña, técnico en heladeras, revisaba un folleto sobre los nuevos billetes para tratar de identificarlos antes de recibirlos en el banco. “Todo queda igual, esto es un engaño”, opinó. “Esto no me da ni para un kilo de carne”, agregó, mientras señalaba un billete de dos bolívares.
Durante el mes pasado los precios crecieron a un ritmo diario de 2,7%, lo que llevó la inflación en julio a 125% y la tasa anualizada a 82.766%, según cálculos de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. El FMI estimó que la inflación en Venezuela podría cerrar este año en 1.000.000 por ciento.
La galopante escalada de precios ha golpeado a los mayoritarios sectores pobres que representan 87% de la población, según un estudio realizado el año pasado por tres de las principales universidades del país. Maduro salió ayer a defender sus medidas en Twitter. “Representan la gran revolución económica”, dijo. ■
El gobierno de Maduro autorizó a las casas de cambio a vender dólares al público