Clarín

Una mamá que se animó y recomienda el método: “Te calma el dolor, está re bueno”

Jesica tiene 30 años y en enero tuvo a Vicente en una bañera. “El agua calentita te ayuda a la dilatación”, dice.

- ROSARIO. CORRESPONS­ALÍA Mauro Aguilar rosario@clarin.com

Vicente da saltitos cortos sobre las piernas de su mamá. Sonríe, balbucea. El pequeño nació el 25 de enero pasado y Jesica Silva, madre primeriza de 30 años, dice que la experienci­a del parto “estuvo re buena”. En la maternidad del hospital Roque Sáenz Peña –el mismo lugar en el que ella nació en 1988- encontró contención, respeto, acompañami­ento... y agua. Una bañera tibia y confortabl­e que ayudó a aliviar los dolores, a esquivar la medicación y a parir en forma placentera.

“Es increíble, pero el agua calma un poco el dolor. Es algo natural, no sé qué sucede en el cuerpo. Te ayuda a la dilatación, a sentirla menos. Yo quería probar otros métodos, sin tanta intervenci­ón química, y pude hacerlo”, celebra.

La joven llegó al hospital con muy poca dilatación. Le recomendar­on caminar y cuando volvió no podía pararse por el dolor. El agua la alivió durante un rato.

Salió de la bañera e intentó dar a luz con distintas técnicas para pujar que ofrecen las nuevas salas del hospital público rosarino: sobre un banquito, con pelotas de goma y con las telas que cuelgan del techo. Pero “no era lo que necesitaba”, según explica a Clarín.

Probó entonces tirarse sobre unas colchoneta­s, en el suelo. Estuvo un largo rato allí, la posición que en ese momento le resultaba más cómoda. “Lo mejor es esa libertad, que en ese momento es muy necesaria. Y estar acompañada”. Su pareja estaba allí, asistiendo junto a los profesiona­les.

Después de probar todo decidió parir en el agua. Estuvo en la bañera entre las 21.45 y la 1.50, la hora en la que finalmente nació Vicente, su “bomboncito”.

“El agua calentita, con la lluvia manual, ayuda. Los masajes en la cintura. No podía pararme del dolor y deci-

Jesica estuvo en la bañera entre las 21.45 y la 1.50, la hora en la que nació Vicente.

dí quedarme ahí. Y estuvo muy lindo. Sin ninguna medicación, más que un suero porque me dio positivo el análisis de estreptoco­co”, explica.

Jesica recomienda con entusiasmo el método que eligió, aunque acepta que cada mujer vive la experienci­a a su manera.

Lo importante, insiste, es que la madre tenga un parto respetado. Al final, entre risas, cuenta que a Vicente “le gusta el agua, bañarse”. Dice que eso “lo relaja”. A juzgar por su sonrisa parece que él también aprueba la forma que su madre eligió para traerlo al mundo. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina