Clarín

“Con Soda Stereo estábamos a la par”

El músico recuerda el minuto de gloria de una banda que, en los ‘80, parecía tener más futuro que los Soda...

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

El nombre es un brote de fashionism­o propio de la época –Cosméticos data de los burbujeant­es ‘80- y según Julio Breshnev, cantante del grupo, lo que flotaba en el ambiente era una rara sensación de oportunida­d que el tiempo, que todo lo arruina, supo confundir con frivolidad. La banda remota que no hizo cumbre en la historia del pop nacional vuelve –¿revancha o partido homenaje?- y su líder empieza por algún lugar: “Por una profesora de Filosofía nos enteramos de que la palabra cosmético provenía del griego y quería designar el orden del cosmos. Justo lo que pretendíam­os: sonar con un rock stone conjugado con melodías bien beatles. Eso fue nuestro new wave".

-¿Y cómo se pasa del orden cósmico al spray…?

-La idea del nombre estuvo inspirada en los juegos de palabras que hacía Virus. Yo recién arrancaba y Mario, el guitarrist­a, escribía historia surrealist­as en días en que todos leíamos desde Bradbury a la revista Fierro. Pensá que empezamos en el ‘83. -¿Cómo definirías a tu generación? -Mi generación se cagó en las hipocresía­s del “amor y paz” y ahí fue cuando apareciero­n nuevos uniformes. Pero no uniformes contra el estigma de los milicos, que era lo obvio, sino alternativ­as a la ropa que usaban los hippies.

-Expliquémo­sle a la gente por qué Cosméticos es nota.

-A nosotros nos manejaba Carlos Rodríguez Ares, la misma productora que Soda, Los Twist, Los Abuelos... Fue un visionario, descubrió a Virus, las camperas de cuero de Riff, pero pantalones rosados: una genialidad... Cosméticos fue telonero de Virus. Hacíamos fechas con Miguel Mateos y con Soda estábamos a la par. Virus ya estaba bastante más instalado. -¿La competenci­a de Soda Stereo era Cosméticos?

-No era competenci­a porque estábamos en el mismo barco.

-Federico Moura produjo el primer disco de Soda, y Julio, su hermano, el primero de Cosméticos. ¿Los Virus eran algo así como gurúes...? -Absolutame­nte, ellos eran realmente lo nuevo. Todavía tengo una revista que los ve a ellos como más pasatistas... y a nosotros, en cambio, nos imaginaban en la línea de Virus, lo que nos parecía un honor absoluto. -¿Querés decir que la crítica creyó que ustedes eran un proyecto más interesant­e que Soda?

-Jajaja, sí, sí. Nos comparaba con Soda; mientras ellos se perfilaban como un grupo de canciones livianas, nosotros éramos la banda destinada a hacer buen rock en la Argentina. Incluso el periodista Marcelo Fernández Bitar nos veía con más futuro a nosotros. Mucho después nos vimos y nos reímos mucho juntos. “¡Fui un visionario!”, me dijo. -¿Y qué pasó? -Pudimos crecer, pero, para empezar, éramos demasiado chicos. El bajista era menor queyo, cuando empezamos recién estaba terminando la secundaria. Lo de Cosméticos fue explosivo como es casi todo en el rock. En definitiva, la denominada revolución punk no duró más que un semestre. Cosméticos fue urgente. Lo mismo que ocurrió con muchas bandas de los ‘80, con sólo uno o dos discos. -¿Qué te dejó esa experienci­a? -Sirve para ver el trabajo de las discográfi­cas. De pronto ven un hit, le dan un apoyo radial, el grupo pasa de tocar en bares a hacer giras interminab­les, y cuando estás trabajando para el segundo disco lo único que les interesa es saber cuál será el Hu Na Na del próximo disco.

-“Hu Na Na”, ustedes la pegaron con ese tema. ¿Cómo es hacer un hit? -Cuando apareció en la sala nos pasó algo inmediato. Sentimos que esa canción se despegaba del disco y se pegaba desde otro lugar. La mostramos en la compañía y ellos quisieron ese tema y diez más... Hu Na Na tenía algo especial porque era una de esas baladas rápidas que tenía algo de Mil horas, de Los Abuelos, y también se podía emparentar con Trátame suavemente del primer disco de Soda. -¿Este regreso es revancha o partido homenaje?

-Es un chiste. Nos juntamos en la sala para celebrar lo bien que la pasamos hace 35 años con el primer disco, nos hicimos una foto, la subimos a las redes y de pronto apareció un productor interesado.

-Un tipo con muy buena memoria… -Sí, claro. Pero con Cosméticos creo que pasó más en el Interior que en Buenos Aires. Todavía hay gente comentando lo de Uh Na Na y cuarentone­s que fueron a vernos con sus hijos. ¡Hasta gente llorando había! -Contale a los orgullosos artistas independie­ntes qué significó en esos días haber firmado para la CBS… -¡Ni adelanto de plata nos dieron! Eramos unos chicos con muchas ganas. Ni siquiera sabíamos que se estilaba cobrar un adelanto. La guita se la llevaba otro, pero con las regalías me alquilé un monoambien­te y recuerdo haberme comprado un Citroën Visa Club usado. -Después armaste Vetamadre, una banda que ya va por los 20 años...

-Y estamos a punto de salir con una serie de simples nuevos. Además, esto es noticia: dejamos de ser independie­ntes: firmamos con Sony. -¡Esa es la transgresi­ón! -¡Totalmente! Lo raro, hoy, lo realmente gracioso es estar en una compañía. Independie­nte es cualquiera. Y yo sé que Vetamadre es una banda de culto dentro de una compañía. Y lo sé porque es mía y no la comparto con nadie.

-Tu banda es Vetamadre. -Digamos que sí. Nunca pensé que iba a volver a tocar en Cosméticos. Luego vino mi despertar místico y Vetamadre se transformó en ese conducto para formular preguntas existencia­les con mucho contenido a nivel letras.

-¿Vivís de la música? -Escasament­e. ■

Hoy vuelven A 35 años de su primer disco, Cosméticos vuelve a los escenarios hoy, a las 20.30, en Lucille (Gorriti 5520). La entrada cuesta $ 250.

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De nuevo. Bat-Mario Fernández, Leslie Burón, Julio Breshnev, Alejandro Arena y Guillermo López Galán.

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