“Nadie nos pidió coimas, pero nos apartaron de todas las licitaciones”
Carlos Bacher. CEO de la constructora del Grupo Techint.
Ante el escándalo de las coimas en la obra pública, cuyo mecanismo fue descripto de manera minuciosa por el ex titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, la mayor constructora del país, Techint Ingeniería y Construcción (TIC), salió a fijar su posición ante los episodios de corrupción que se están conociendo en los últimos días, desde que aparecieron los cuadernos del remisero Oscar Centeno y, sobre todo, las declaraciones de empresarios que ha- blaron ante la justicia en calidad de “arrepentidos”.
Carlos Bacher, presidente y CEO de TIC, aseguró a Clarín que en la firma no registran episodios de pedidos de coimas por parte de ex funcionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. “La verdad es que los gobiernos anteriores, porque a principios de los años 2000 nosotros mismo tomamos la decisión de dejar de participar en licitaciones de obra pública en la Argentina. Ahora apostaremos de vuelta por los proyectos que surjan acá. -Cuál fue el motivo que los llevo a autoexcluirse?
No tuvimos ningún planteo concreto de las autoridades de entonces, pero vimos cómo venía la ma- no. Leímos lo que estaba pasando. -¿Qué era, a su juicio, lo que estaba pasando?
-Al poco tiempo de que asumió la presidencia Néstor Kirchner se nos empezó a apartar de la mesa ejecutiva de la Cámara Argentina de la Construcción. El Gobierno usó a las empresas constructoras más chicas para apartar de la CAC a la constructora más grande del país, o sea Techint. En cierta forma, nos corrieron de las licitaciones y cuando vimos que empezaban a ganar obras empresas muy chicas y sin trayectoria, vimos que teníamos que dar un paso al costado.
-¿Pero llegaron a atender pedidos de dinero bajo la forma de coimas o aportes de campaña o lo que sea, de algún funcionario?
- Nosotros no. Nos apartamos del negocio antes de que ello pudiera haber ocurrido. Si eso pasaba en el sector, no dimos pie a que nos pasara a nosotros. A mí nadie me pidió nada. Pero tampoco podíamos participar de licitaciones.
-¿Podría ampliar qué fue lo que pasó en la mesa ejecutiva de la CAC?
-Nosotros llegamos a presidir la CAC en los 90, tuvimos la presidencia a través del ingeniero Eduardo Baglietto. Pero con el cambio de gobierno, en 2003, Techint no puede participar más de la mesa ejecutiva. Fuimos impedidos de participar por los socios que atendían directivas del Gobierno. No nos dejaron participar en ninguna lista desde 2003, siendo que éramos la empresa constructora más grande del país. -¿Nunca un pedido de coimas?
Nosotros no. Más allá de lo que se podía creer o no, lo cierto es que trascendían noticias o declaraciones de políticos que hablaban del tema. Como esto pasaba, y nosotros viendo que teníamos una política muy clara, dijimos “no queremos asumir estos riesgos de estar sometidos a condiciones y quedar rehenes de ciertas cosas, y a medida que pasaba el tiempo el gobierno de los Kirchner fue mucho más hostil con nosotros”.
-¿Por qué creen que el Gobierno de Néstor Kirchner tomó esa iniciativa?
-Supongo que el Gobierno se sintió incómodo con nuestra manera de trabajar. Lo concreto es que empezaron a ganar licitaciones empresas sin historial. En sectores como líneas de transmisión eléctrica directamente no nos dejaban licitar. -¿Estaban presionados por el Gobierno y sin apoyo de la CAC?
-El Gobierno de Kirchner presionó sobre nuestros colegas para que se manejaran de la forma en que se manejaron.
-¿Eso llevó a reducir su actividad en el país?
- Hemos crecido en los últimos años fuera del país. En los años 90 el 80% de nuestra actividad se desarrollaba en la Argentina y 20% en el exterior. Hoy es a la inversa, aunque estamos tratando de recuperar actividad local y estamos repatriando ingenieros que hoy tenemos trabajando fuera del país. Hay un dato que lo gráfica. Siendo la empresa más grande del país, llegamos a tener solo el 1% de los proyectos de obra pública.
-¿Le consta que los contratos se decidían como los relató Wagner?
- No me consta, pero no me llama la atención, es factible que así haya sucedido. Nosotros tenemos la experiencia del gasoducto del Noreste. Hicimos una presentación de iniciativa privada pero el Gobierno decidió encararlo como una obra pública clásica. Ganamos tres licitaciones y nos rompieron los sobres en la cara. En una cuarta licitación logramos ganar gracias a una cautelar que presentamos en la Justicia. Era obvio que el problema éramos nosotros. ■