Clarín

Un policía federal mató a un colega de la Bonaerense en un confuso tiroteo

El agente asesinado iba vestido de civil en una camioneta robada con un compañero. Investigan si fue atacado a balazos cuando intentó identifica­r a los ocupantes de un auto.

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Cuando arrancaron los tiros nadie entendía qué pasaba. Los vecinos pensaron en un asalto, de los tantos a los que ya están acostumbra­dos. Pero una vez que la acción terminó, la confusión continuó. Había un policía muerto y otro detenido. Aunque ninguno, ni siquiera los que tenían arrestado a su colega, llevaba uniforme.

El tiroteo entre policías en el que resultó asesinado el sargento Gerardo Abarza (35) tiene demasiados puntos oscuros. La extraña secuencia ocurrió en Gabriel Miró y París, en Lomas de Zamora, el martes cerca de las 18. Y aún no está claro ni cómo empezó.

La versión oficial relata que Abarza iba junto a un compañero, el oficial ayudante Ezequiel Hintz, en una camioneta Chevrolet Tracker blanca robada. La Bonaerense informaría luego que la estaban trasladand­o desde la comisaría 7° de Villa Centenario hasta el depósito Judicial de Lomas de Zamora. El primer elemento extraño es que los dos iban vestidos de civil y sin chalecos antibala. El segundo es que los iba siguiendo un oficial superior en el auto de Hintz, un Suzuki Fun. El tercero tiene que ver con el motivo: no está claro por qué tres policías estaban destinados a trasladar un vehículo secuestrad­o hasta un depósito y ni por qué usaron como “apoyo” un auto particular y no un móvil oficial. La Policía dice que fue así porque después Abarza no tenía cómo volver y que “muchas veces se usan autos propios” porque, dicen, no hay suficiente­s patrullero­s. Sobre la ropa de civil, en la Fuerza argumentan que como se trataba de “personal de calle” -o brigada- los policías no vestían uniforme.

De acuerdo a la versión brindada por la Bonaerense, cuando iban por Gabriel Miró, entre París y Marsella, a los policías Abarza y Hintz les llamó la atención que un joven se bajara de golpe de un Volkswagen Fox gris. “Iba con una bolsa y se llevó una mano a la cintura. Parecía que iba a hacer un ‘pasamanos’”, dijo una fuente policial a este diario. “Es una zona donde se sabe se vende mucha droga”, aportó otro investigad­or.

Siempre según la versión de la Bonaerense, Abarza decidió dejar el trámite que estaba realizando para intervenir. Y se bajó de la Tracker robada para identifica­r al hombre que llevaba la bolsa, aunque inexplicab­lemente lo hizo solo y sin que sus compañeros lo cubrieran. En ese momento, el “sospechoso” volvió corriendo hacia el auto. “Le dijo algo al conductor y se fue”, dijo una fuente del caso a Clarín. Nadie pudo explicar cómo fue que ese “sospechoso” pudo escapar.

Según los voceros, el agente Abarza gritó: “¡Alto, Policía!”. En ese momento, agregaron, otros dos jóvenes que iban en el Fox se bajaron y salieron corriendo. Ante esto, Abarza habría apuntado con su arma al conductor del coche. Según la Bonaerense, éste se bajó del Fox y respondió a los tiros: le disparó al cuerpo y lo hirió a la altura del pecho. Una versión indica que, al final, remató al policía cuando ya estaba caído en el piso.

Ya baleado, Abarza alcanzó a gritar una vez más que era policía, pero los tiros siguieron. Esa fue la versión que aportó Hintz, que se acercó corriendo y, ante esa situación -contó- él tam- bién disparó. Aunque no acertó ningún tiro. En total hubo 9 disparos. Siete de ellos los habría disparado el conductor del Fox y dos Hintz, según reconstruy­eron hasta ahora los investigad­ores. A los dos les secuestrar­on sus armas.

Hintz y el oficial superior que venía en el auto de atrás, el Suzuki Fun, lograron dominar al conductor del Fox. En el lugar era todo confusión: el detenido empezó a gritar que él también era policía. Poco después se determinar­ía que se trataba de Juan Gutiérrez, un agente de la Federal que es custodio del Ministerio de Seguridad de la Nación. Además del primer joven que se bajó de su auto (supuestame­nte con “una bolsa”), en su coche iban otros dos amigos. “Fue una lluvia de balas. Yo tenía miedo por los chicos. El policía estaba tirado ahí. Primero escuché dos tiros y después como seis más. Uno pegó en la ventana de mi casa. No sabíamos si eran policías, ladrones, nada”, contó el dueño de una gomería ubicada frente a donde ocurrió todo.

Los amigos que iban en el Volkswagen Fox de Gutiérrez alcanzaron a escapar pero horas más tarde se presentaro­n a declarar en la comisaría 7°. Ayer también lo hicieron en la Fiscalía N° 8 de Lomas de Zamora especializ­ada en Delitos Económicos y Violencia Institucio­nal. Por ahora, a Gutiérrez se le imputa el delito de “homicidio calificado en concurso con abuso de armas” y está preso. Hoy será indagado por la fiscal Elizabeth Borneo, a cargo de la causa. Por ahora ya declararon los testigos que iban en el auto con el agente de la Federal y Hintz. Todos ratificaro­n la versión que brindaron en la comisaría. ■

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Ejecutado. El sargento Gerardo Abarza (35) recibió un tiro en el pecho y no llegó a disparar.

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