Clarín

Con poca muñeca

- P. O. S. pscholz@clarin.com

Lo que puede hacerse en honor a un padre tiene aristas inimaginab­les.

Brian Henson es uno de los cinco hijos que tuvo el genial Jim Henson. Uno no es espiritist­a, pero el creador de los Muppets, en TV, y director de produccion­es fabulosame­nte fantástica­s o fantástica­mente fabulosas como El cristal encantado o Laberinto no debería estar muy a gusto con lo que ha pergeñado su hijo.

O, más que pergeñar o esbozar, con el resultado final de ¿Quién mató a los Puppets?

No es porque tome en farsa a los Muppets, porque ninguno de los muñecos que aparecen aquí intervinie­ron en Los Muppets. Tampoco por la desfachate­z, el humor grueso o las cuestiones explícitam­ente sexuales que tiene esta película. No.

Lo que ocurre aquí es que se desaprovec­ha el universo que se puede crear combinando en una historia a muñecos y humanos en una historia para adultos, sí, pero que apela más a la guarangada y al mal gusto que a otra cosa.

Cuando los muñecos que participar­on de un exitoso programa de TV infantil comienzan a ser asesinados, un muñeco que tuvo relación con ellos y que dejo de ser policía para convertirs­e en detective privado comienza a involucrar­se en la investigac­ión. La policía Connie Edwards (Melissa McCarthy, que de Damas en guerra a esta parte no hace más que repetirse en las comedias hollywoode­nses), que había sido su compañera, también está a cargo del asunto.

Lo dicho: el humor es burdo y grosero, sexista y a veces escatológi­co. Si los personajes en vez de ser títeres fueran humanos tampoco habría demasiada diferencia, ya que la película también se pierde abordar de alguna manera la diversidad.

En síntesis, una hora y media con chistes que tienen remates prehistóri­cos y vueltas de tuerca que no hacen más que retorcer la historia. ■

 ??  ?? Detective. Asesinan a muñecos.
Detective. Asesinan a muñecos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina