Clarens aportó más datos y el juez Bonadio define si lo acepta como arrepentido
Declaró por segunda vez y habló sobre cómo lavaban las coimas. Y pidió que le homologue el acuerdo con el fiscal.
El financista Ernesto Clarens concluyó ayer su nueva audiencia ante el juez Claudio Bonadio para ver si obtiene la homologación y se convierte en otro "arrepentido" en la causa de los cuadernos de la corrupción.
El ex dueño de la financiera Inverness, entre otras entidades, según pudo saber Clarín, aportó más datos sobre el entramado financiero utilizado para el blanqueo de fondos, aclaró algunos puntos de su primera declaración y proporcionó información sobre las operaciones vinculadas al dinero de las coimas.
Bajo la acusación de ser partícipe de la asociación ilícita que se dedicó a la recaudación de fondos ilegales durante el gobierno kirchnerista, Ernesto Clarens volvió a los tribunales de Comodoro Py para ampliar su declaración indagatoria.
La primera duró más de cinco horas, pero no convenció al juez Bonadio respecto a su contenido para asignarle la figura del imputado colaborador.
El viernes pasado, el financista habló sobre el entramado financiero en el que se movieron las coimas que ex funcionarios cobraban a empresarios de la construcción y del sector energético.
Para la Justicia esos detalles no fueron suficientes como para avalar el acuerdo firmado con el fiscal Stornelli. Pese a las dudas del juez, el financista confirmó que en bolsos o valijas, el dinero "iba siempre al sur".
Por la prueba acumulada en diversos expedientes que se encuentran en Comodoro Py, la justicia sabe que Clarens es una pieza clave en la estructura financiera que rodea a los Kirchner y a Lázaro Báez.
Fue parte central del negocio, y es investigado por contribuir a maniobra de lavado de activos. Con estos antecedentes, el dueño de la firma Invernes SA se presentó la semana pasada ante el fiscal Carlos Stornelli ofreciéndose a colaborar en la causa de los cuadernos de las coima
Las principales críticas a la primera indagatoria de Clarens fueron la falta de un "orden cronológico en los hechos, que se dieron por sentado algunos conceptos que resultan incomprobables, la falta de precisiones en muchas operaciones planteadas".
En esta oportunidad, según pudo constatar Clarín, aportó más datos respecto al esquema de lavado mediante los cuales se colocaron en el exterior millones de dólares. La Justicia, además, investiga si parte del dinero de las coimas se volcó a la adquisición de bienes por parte de la familia Kirchner.
Ahora, será el juez Bonadio el que decida si la nueva información proporcionada y la aclaración de otros datos ya brindados, alcanza para concederle la homologación.
Su participación en este expediente surgió cuando la investigación avanzó sobre las financieras y responsables de operaciones bancarias que facilitaron los dólares que luego Baratta llevaba en bolsos hasta el departamento de Cristina Kirchner. Clarens también habría participado de las maniobras para incorporar ese dinero negro a la economía formal. En su declaración explicó cómo operaba su financiera y cómo se estructuraba el movimiento de fondos que pasaban por ella.
Por otra parte, este diario ayer reveló que la coooperativo Cofricred de Clarens le “prestó” 250 millones de pesos a Austral y Gotti de Lázaro Báez. La mayoría de las operaciones las realizó con Austral Construcciones de Lázaro Báez entre los años 2008 y 2009 y con Gotti SA, entre los años 2010 y 2012. Gotti también había sido comprada por Báez a través de testaferros. Así estas dos constructoras concentraron “más del 80% del total de las operaciones de la cooperativa”. A su vez, ambas constructoras era principalmente contratistas del Estado Nacional para la ejecución de obra pública. A su vez, Coficred recibía cheques de las constructoras investigadas por Bonadio. ■