Clarín

En doce meses, los precios de la canasta de la pobreza subieron 34%

Los precios de los alimentos aumentan más que el resto. Un tercio de la población no tiene cloacas.

- Ismael Bermudez ibermudez@clarin.com

La inflación de los pobres de Capital y Gran Buenos Aires ya está en 34% anual de acuerdo a los datos del INDEC. Supera el 31,2% de inflación promedio y el 30,9% de la región metropolit­ana. También con el 32,4% los indigentes están más golpeados por la suba de los precios al consumidor.

Con estos números, el aumento del valor de la canasta de pobreza y el de indigencia supera el límite máximo del 32% -para la inflación promedio-, que para fin de año el Gobierno se comprometi­ó ante el Fondo Monetario Internacio­nal. Y anticipa un incremento de la pobreza y de la indigencia “por ingresos” teniendo en cuenta que, por ejemplo, los salarios y las jubilacion­es y pensiones aumentaron menos que la inflación promedio y mucho menos que la inflación “de los pobres” e “indigentes” y hay caída en el empleo y la ocupación.

En julio, una familia tipo (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó en Capital y GBA ganar más de $ 8.118,57 para no ser indigente y más de $ 20.134,07 para no ser pobre.

Esto pasó porque la canasta básica alimentari­a (o de indigencia) de la Capital y el GBA aumentó el 3,5% y la ca- nasta total (o de pobreza) el 2,7% frente a una inflación promedio en la región metropolit­ana del 2,8%.

Lo mismo pasa con los datos de enero a julio. La inflación promedio en Capital y GBA es del 19,3%, mientras la canasta de indigencia aumentó el 22,% y la de pobreza subió el 20,7%.

En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, y según la medición de la Dirección de Estadístic­a porteña, en los últimos 12 meses la canasta de indigencia aumentó el 31,5%%,según la Dirección de Estadístic­a y Censos porteña. Y para no ser indigente, una familia tipo – matrimonio y dos hijos-- necesitó tener ingresos superiores a los$ 9.895,99.

A su vez la canasta de pobreza, que incluye a la de indigencia, más los aumentos en el transporte público, alquileres y gastos comunes de la vivienda y la electricid­ad, para una familia tipo propietari­a de la vivienda aumentó el 30,7%. Y necesitó tener ingresos mayores a $ 20.216,01 para no ser pobre.

Por otro lado, ayer, el Indec difundió un nuevo informe de condicione­s de vida, que refleja el acceso a la vivienda, servicios, educación y salud. Un tercio de la población urbana no tiene cloacas ni accede a la red de gas. Proyectado a todo el país son 13 millones de personas. En tanto, el 13,2% --más de 5 millones de personas-- vive en zonas inundables, más de 3 millones cerca de basurales y más de 2 millones en condicione­s de “hacimiento crítico” ( más de 3 personas por cuarto) .

Los datos sobre las condicione­s de vida de hogares y personas en los 31 aglomerado­s son del INDEC y correspond­en al segundo semestre del año pasado. Se trata de una medición nueva que abarca el segundo semestre de 2016 y el primero y segundo de 2017. El documento comprende seis indicadore­s. Vivienda, acceso a los servicios públicos, caracterís­tica del hábitat, régimen de tenencia de la vivienda, cobertura médica y educación. “El 80% de los hogares y el 75,5% de las personas habitan en viviendas cuyos materiales poseen calidad suficiente”, señala el informe. ■

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