Reducir gastos y renegociar plazos, entre las claves para salir de un “pozo financiero”
Cómo ordenar las cuentas. Expertos aconsejan priorizar las deudas críticas con altos intereses y armar un plan de ahorro.
La situación de tener crecientes deudas y que sus cuotas venzan una y otra vez sin haber podido pagarlas suele vivirse con preocupación, desánimo y hasta vergüenza. Y eso lleva a los deudores a tener reacciones desesperadas, “manotazos de ahogado” que sólo consiguen hundirlos más en el “pozo financiero”. Por eso, entidades de usuarios y expertos en economía personal aconsejan a los afectados actuar cuanto antes para renegociar la deuda, pero también para sanear las finanzas hogareñas, de forma tal que las nuevas cuotas, ahora sí, se puedan saldar.
“La peor de las reacciones es no pagar la cuota y desaparecer. Hay gente que siente mucha vergüenza de estar en esa situación y sólo atina a esconderse. Deja de atender los llamados que les reclaman el pago. Pero es un gran error. Es muy importante dar la cara ante todos los acreedores y explicarles con franqueza la situación, adelantándose incluso al vencimiento de la cuota que no se podrá pagar para demostrar buena voluntad y disposición”, asegura Héctor Polino, de Consumidores Libres.
¿Qué se logra así? “De esa forma, si la persona tiene buenos antecedentes, en general puede conseguir un mayor grado de tolerancia y renegociar nuevos planes de pago algo más ventajosos. Evitando, además, que lo manden al Veraz”, afirma Polino.
El economista Nicolás Litvinoff suma que, para iniciar la recuperación, el primer paso es que el deudor comprenda claramente en qué situación está, algo básico que no siempre se da. “Los deudores crónicos no suelen llevar al día el saldo de sus cuentas, gastos mensuales o tasas de interés pagadas por los distintos préstamos pedidos. Pero es vital saber con certeza a cuánto asciende la deuda total”, explica. Y aconseja, además, poner al tanto sobre estos detalles a familiares y amigos, para que ellos también ayuden a normalizar la situación.
Llegado este punto, el consejo es distinguir qué deudas conviene pagar primero. Para eso, Mariano Otálora, de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, recomienda priorizar “las que son más caras” (midiéndolas según su costo financiero total o CFT) y las que pueden derivar en una ejecución judicial, como las bancarias, relegando otras menos críticas como “las cuotas del colegio, el garaje o el dinero prestado por un familiar”. Otro paso clave, dice, es averiguar si existe la chance de pagar las deudas de mayor CFT con otras que ofrezcan intereses menores y plazos más largos.
En este sentido, actualmente muchos están recurriendo a los llamados “préstamos colaborativos” o a los nuevos bancos “low cost”, que prestan a tasas menores que las tradicionales. Pero los expertos subrayan que nada de esto sirve si la persona, al mismo tiempo, no encara un serio plan para reducir al máximo sus gastos corrientes y acrecentar sus ingresos. “Cambiando una deuda por otra se gana tiempo, pero sin resolver la situación de fondo, nunca se logra bajar la deuda y la bola de nieve sigue creciendo”, dice Otálora.
Rodrigo Nadal, director de Resolvé tu Deuda, afirma que para eso es clave “definir un presupuesto mensual que contemple los ingresos, las deudas, los gastos necesarios y aquellos que pueden eliminarse”. “De esta forma -cierra-, se pueden establecer prioridades y determinar las formas de pago de la deuda y de ahorro.” ■