Clarín

Streaming y descargas, la salvación de la industria musical

- Walter Domínguez wdominguez@clarin.com

La noticia sorprendió y mucho. El disco más vendido de la historia (algo que los periodista­s podíamos decir de memoria, sin repetir y sin soplar, del mismo modo en que sabemos que el más taquillero del rock nacional es El amor después del amor, de Fito Páez, que superó el millón de copias) dejó de ser Thriller de Michael Jackson y pasó a ser Their Greatest Hits 19711975, de la banda california­na The Eagles. El dato, que corroboró la Recording Industry Associatio­n of América -el ente oficial de ellos y que se dedica a cuestiones como esta- llama la atención no tanto porque aquí la banda no sea sensación de multitudes, sino porque lo logra en 2018 un álbum editado en 1976. ¿Qué pasó para que esto sucediera?

Primero hay que decir que en los Estados Unidos los músicos de The Eagles tienen categoría de superestre­llas y que, a pesar de separacion­es y escándalos entre sus integrante­s, han seguido tocando juntos desde aquellos lejanos años ’70 hasta hoy (en septiembre y octu- bre harán una larguísima gira por su país, lo que redunda en el consumo de sus canciones). Segundo, que tienen cierta facilidad natural para el hit, lo que prueban algunas de sus composicio­nes más conocidas como Take it Easy o la famosísima Hotel California.

Pero en tiempos en que la venta del disco físico (llámese cd o el renacido formato del vinilo) está en franca baja, lo que hizo que Their Greatest Hits 1971-1975 inclinara la balanza a su favor fueron la cantidad de streamings (es decir, escuchas on line) y de descargas de sus canciones de sitios como Spotify, Deezer o Apple Music. Al compilado de The Eagles se le cuentan 38 millones de discos vendidos contra 33 millones de Michael Jackson. Lo interesant­e es cómo se hace la cuenta. 1.500 escuchas (streaming) equivalen a un álbum vendido. Y 10 descargas, lo mismo ( Their Greatest Hits… traía diez canciones). El último conteo de este tipo se había hecho en 2006, por lo que las escuchas y las descargas desde entonces han sido para los Eagles el secreto de su éxito.

Dato al margen, el tercer álbum más vendido de la historia también es de The Eagles. Se trata precisamen­te de Hotel California (que salió en diciembre de 1976, el de hits en febrero de

Un disco editado en 1976 llegó, en 2018, a ser el más vendido de la historia. ¿Cómo fue que sucedió?

ese mismo año). Así que respeto para los california­nos.

Al que también rescató Spotify, con sus descargas y streamings, fue al Rey Sol Luis Miguel. El cantante no pasaba por un gran momento -ni artístico ni financiero- cuando a uno de sus amigos se le ocurrió la idea de hacer la serie sobre su vida que emitió Netflix. Y su buen funcionami­ento tuvo su correspond­encia musical. Desde que comenzó a emitirse Luis Miguel, la serie, las reproducci­ones de las canciones del astro mexicano nacido en Puerto Rico aumentaron un 200%. Un ejemplo brutal: en el cuarto capítulo se escenifica la grabación de Culpable o no (miénteme como siempre). En los días siguientes, la canción tuvo un aumento del 4.000 % (sí, cuatro mil por ciento) en las reproducci­ones.

Por eso, las compañías discográfi­cas y los músicos empezaron a mirar con mejores ojos a los sitios de descargas y a YouTube, sobre todo desde que hace un par de años “emprolijar­on” sus maneras de rendir cuentas. Spotify tiene dos maneras de liquidar las regalías: por el suscriptor pago (el que tiene una cuenta y abona por ella mensualmen­te cerca de 9 dólares), 2.000 dólares por millón de reproducci­ones; y por el suscriptor gratuito, 200 dólares por cada millón. Y YouTube paga de 300 a 700 dólares por millón de reproducci­ones, teniendo en cuenta variables como el dinero por publicidad que le entre a la compañía desde ese país.

Es decir, se venden menos discos “físicos”, pero se apuesta al streaming y a que se compren (se descarguen) canciones de a una. Lo que también hace que muchos artistas se dediquen solamente a editar singles, como los casos de Chano, en la Argentina, y de Luis Fonsi con su Despacito, que -a pesar de los anuncios del cantante puertorriq­ueño- nunca estuvo en ningún álbum.

Las noticias también comenzaron a llegar ahora destacando ese formato. El miércoles, la compañía de Los Auténticos Decadentes anunció que Amor, el single adelanto del MTV Unplugged que grabaron y en el que participa la chilena Mon Laferte, llegó a los ocho millones de reproducci­ones digitales entre la canción y el video. La industria de la música tiene a sus nuevos salvadores. ■

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