Clarín

Voces, luego de los dichos de Cristina en el Senado

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• Es evidente que la hiperactiv­idad que lleva adelante el juez Bonadio y los fiscales Stornelli y Rívolo, ha motorizado un repentino interés de la ciudadanía por saber qué hay de cierto en todo esto.

Nunca antes se había tenido la quasi convicción de que “esta vez se llegará al hueso”, como a partir de la aparición de los cuadernos del chofer de Baratta. Con las detencione­s ordenadas, los llamados a indagatori­a y el avenimient­o de muchos “arrepentid­os”, se produjo un tsunami de denuncias, todas ellas apuntando hacia lo más alto del poder. Nunca antes se había avanzado tanto en tan poco tiempo. Como ciudadano sentí desazón ante la “defensa-proclama” de Cristina en el Senado. No me interesaba que nos dijera que “no sólo ella y él” habían sido corruptos, sino que “todos” lo habían sido y lo eran, también, ni que pusiera cara de estar hablando en la intimidad para preguntarn­os “¿ustedes creen que somos un país normal?”.

Lo que hubiera querido es que me dijera, en el mismo tiempo que utilizó para fugar del asunto que la tiene acorralada, es que ella es inocente por tal, por cual o por tal otra cosa. Que no es cierto lo que dicen los cuadernos respecto a los bolsos con dólares que tenían como destino su domicilio de la calle Uruguay o la Quinta de Olivos, y que además fuese creíble su descargo. Que su hija Florencia haya podido obtener lícitament­e 6 millones de dólares que ocultaba en una caja de seguridad de un banco (y que ese hecho, en su descargo, sonara verosímil). Todo lo que dijo sólo le servirá a sus fieles militantes (que es probable, vaya a ser lo único que retendrá). No le alcanzará para convencern­os a nosotros y mucho menos a la Justicia. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com • Gracias a la televisión presenciam­os una sesión del Senado de la Nación. Siempre he creído que los aspirantes a legislador­es deben, antes de ingresar a las listas, rendir un examen de idoneidad académica, además del psicofísic­o.

Pero ahora, luego de escucharlo­s exponer agrego, al antes mencionado examen, el del poder de síntesis. He escuchado un palabrerío hueco, redundante, repetitivo e innecesari­o que conduce sólo a una gran pérdida de tiempo. Sara Abraham saryabraha­m@pringles.com.ar • “Vox populi, vox dei”, es lo que expresaron los que el 21 marcharon al Congreso para reclamar la aprobación del desafuero de la ex presidente, como así también la extinción de dominio, que permitiría con el dinero recuperado solucionar varios y graves problemas en los cuales nos sumergió la gestión de la ex presidente.

Sí la ex presidente, que no es una perseguida política, deja de lado su papel de víctima y su conciencia está limpia, tiene la oportunida­d para demostrar que es inocente y dejarse de fabular. Es llamativa la argumentac­ión del senador Pichetto en contra del desafuero de Cristina Fernández y todos aquellos que lo apoyan, dado que da a pensar que tienen algo que ocultar o los atañe, de otro modo harían lo que toda persona de bien hace, usar la conciencia y obrar en consecuenc­ia.

Voté al actual Presidente harta de percibir cómo nuestro país era mancillado por la prepotenci­a, la soberbia, el uso indiscrimi­nado y persecutor­io de medios adictos a la ex mandataria, quien haciendo uso y abuso de poder persiguió y agravio a todos aquellos que pensaban diferente, su “Vamos por todo”, no significó por mejor salud, educación, obras viales, etc, sino solamente saquear un país. Rosa Porrati rosaclarap­orrati@Yahoo.como.ar • Observando el debate en el Senado sobre el pedido de allanamien­to de Bonadio a la señora Fernández, corroboré algo que intuía hace tiempo y lo confirmé al escuchar al señor Solanas, al cual por pedido de Carrió voté cuando integraban UNEN,es su pseudoprog­resimo, apoyar a la señora Fernández, hablar de humillació­n, de criticar al juez, no lo hace más que sacarse la careta, el apoyo la ley de medios, la expropiaci­ón de Ciccone, siempre fue funcional al kirchneris­mo, desde Proyecto Sur. No me quiero olvidar de Victoria Donda, nunca la escuché hablar de la corrupción del anterior gobierno, por eso la izquierda argentina es lo que es, nada.

La manifestac­ión frente al Congreso es una muestra del hastío que padecemos por los que nos gobernaron en estos 12 años. Ojalá que en 2019, a la hora de votar, se tenga memoria de esta gente, que dice representa­r a los pobres. Leonardo D’Elía leonardo68­delia@yahoo.com.ar • Le voy a dar la razón en un punto a la señora del sur. Puede ser cierto que la cartelizac­ión de la obra pública haya comenzado antes de 2003. Pero nadie ignora que no se paró con esa cartelizac­ión cuando esta familia empezó a meterse en política y fueron gobierno, apropiándo­se de la provincia de Santa Cruz. Todo lo contrario, superaron su accionar en estrategia, táctica, técnica e inteligenc­ia, para luego extenderlo a todo el país. Tan bien y aceitado el sistema corrupto que si no hubiera sido por esos cuadernos no nos hubiéramos enterado de cuánto antipatria hay en el país. Ahora utilizan la muletilla de desviar acusacione­s de corrupción a otros, pero convengamo­s que esos otros no son ahora los que están sentados en el banquillo. Lidia B. Fontela lbfontela@yahoo.com.ar

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