El Papa aseguró en Irlanda que los abusos en la Iglesia fueron “crímenes repugnantes”
El premier irlandés, Leo Varadkar, exigió que las palabras de condena a la pedofilia “vayan seguidas de acciones”. Francisco reconoció que los obispos no habían afrontado adecuadamente el tema y calificó los hechos como “crímenes aberrantes”.
En el primer discurso en ese país católico, Francisco admitió el “fracaso” de los obispos para “afrontar adecuadamente” los abusos sexuales cometidos por el clero. El primer ministro irlandés le había reclamado justicia para las víctimas.
En un contrapunto del que no se recuerdan precedentes en un pontificado, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, le pidió al papa Francisco que use “su posición e influencia” para que las víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero “obtengan justicia, verdad y curación aquí y en el mundo” porque “las heridas siguen abiertas y hay mucho por hacer”. A tiempo que le advirtió que “actualmente debemos asegurarnos de que las palabras vayan seguidas de acciones”. A su turno, el pontífice admitió “el fracaso” de obispos y superiores de congregaciones, entre otros clérigos, al no haber “afrontado adecuadamente” los casos de abuso cometidos por sus subordinados a lo largo de las últimas décadas en el país, uno de los más afectados por este flagelo. Y que provocó una enorme indignación a la que se sumó el reclamó de que no só- lo paguen los abusadores, sino también quienes los encubrieron.
El cruce picante se produjo durante el encuentro del Papa con autoridades gubernamentales, dirigentes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático realizado en el Castillo de Dublin, a poco de su arribo a Irlanda. Al presentarlo ante un nutrido auditorio, Varadkar –el primer gay que llega a primer ministro en Irlanda- si bien reconoció “la contribución positiva” de la Iglesia Católica al desarrollo de su país, también señaló que su lado “oscuro” dio pie al abuso de menores y mujeres por parte de algunos de sus miembros durante décadas. Un informe difundido en 2010 detectó 2.500 casos, lo que suscitó en aquel momento una gran revuelo y la intervención de Benedicto XVI, que convocó a todos los obispos irlandeses y difundió una severa carta abierta que incluyó un pedido de perdón a las víctimas. Pero desde 2002 unas 14.500 personas se declararon víctimas de abuso en Irlanda, considerado el país más católico de Europa.
Francisco dijo que no podía “dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos”. Consideró esos hechos como “crímenes repugnantes” y señaló que “han suscitado justa indignación y permanecen como causa de sufrimiento y vergüenza para toda la comunidad católica”. Tras señalar que la Iglesia en Irlanda ha tenido en el pasado y en el presente un papel de
Use su posición para que las víctimas obtengan justicia, verdad y curación aquí y en el mundo porque las heridas siguen abiertas”.
Leo Varadkar. Premier de Irlanda
Debo reconocer el grave escándalo causado por los abusos de menores por miembros de la Iglesia, encargados de protegerlos”.
Papa Francisco
promoción del bien de los niños que no puede ser ocultado”, expresó su anhelo de que “la gravedad de los escándalos, que han hecho emerger las faltas de muchos, sirva para recalcar la importancia de la protección de los menores por parte de toda la sociedad”. Pero su ex consejera en materia de abusos, la muy respetada Marie Collins, también una víctima, consideró que en su discurso no dijo “nada nuevo; fue decepcionante”.
Por otra parte, el Papa criticó criterios económicos y culturales en boga y advirtió sobre la crisis migratoria. “¿Podemos decir que el objetivo de crear prosperidad económica conduce por sí mismo a un orden social más justo y ecuánime? ¿No podría ser, en cambio, que el crecimiento de una ‘cultura del descarte’ materialista nos ha hecho cada vez más indiferentes ante los pobres y los miembros más indefensos de la familia humana, incluso de los no nacidos, privados del derecho a la vida? Quizá el desafío que más golpea nuestras conciencias en estos tiempos es la enorme crisis migratoria que no parece disminuir y cuya solución exige sabiduría, amplitud de miras y una preocupación humanitaria que va más allá de las decisiones políticas de corto plazo”.
Francisco había arribado a Irlanda a media mañana para una visita de 34 horas que tiene como fin presidir el Encuentro Mundial de las Familias, un mega evento creado durante el pontificado de Juan Pablo II para potenciar una institución que la Igle- sia considera clave. Su llegada se caracterizó por una gran frialdad, desde la formal recepción sin expresiones musicales, como suele ocurrir, hasta escasa gente en las calles. Pero con el paso de las horas bastante gente salió para verlo pasar. Aunque también se vieron pequeños grupos que pro
testaban con carteles y repitiendo a voz en cuello consignas por los abusos y su encubrimiento.
Francisco había iniciado su actividad con una visita al presidente de Irlanda, Michael Higgins. Luego tuvo el encuentro con referentes de la sociedad civil en el Castillo Dublin. Por la tarde, visitó la catedral St. Mary’s, ocasión en la que se detuvo a orar en silencio junto al arzobispo de Dublin Diarmuid Martin ante un cirio dedicado desde 2011 a las víctimas irlandesas de abusos sexuales que está puesto en una de las capillas interiores. Tras ello fue a un centro de acogida de personas sin techo a cargo de los capuchinos. Entre esas actividades recibió a víctimas de abusos.
Francisco terminó el día participando de un festival dedicado a las familias que se realizó en el enorme estado Croke Park, ante decenas de miles de entusiastas fieles. Pero también escuchó fuertes testimonios como el de una familia iraquí que vivió tres años en un campo de refugiados. Hoy irá al santuario de Knock, el principal de Irlanda, a 200 km de Dublin. Por la tarde presidirá una misa en el parque Phoenix de la capital irlandesa que se prevé que congregue a medio millón de fieles.