Murió el senador republicano y ex candidato John McCain
Fue un héroe de guerra reconocido por su capacidad negociadora. Y muy crítico del gobierno de Trump.
En julio de 2017, cuando le diagnosticaron un cáncer cerebral en la Clínica Mayo de Phoenix, Arizona, John McCain recibió los mensajes de apoyo de todo Estados Unidos. Y de sus principales líderes. El polémico presidente Donald Trump -quien tanto lo atacara, y a quien tanto cuestionó- le expresó de inmediato “nuestros pensamientos y oraciones están con el Senador McCain, siempre fue un luchador”. Y el ex presidente Barack Obama, quien lo había derrotado en las elecciones del 2008, apuntó: “McCain es un héroe estadounidenses y uno de los luchadores más valientes que conocí. El cáncer no sabe con quien se ha metido”. McCain ya había tenido tratamientos por melanomas una década antes, pero salió adelante. Como también salió adelante de los cinco años de cautiverio en una prisión norvietnamita, durante la guerra de los 60. Murió anoche, tenía 81 años.
Ganara o perdiera, fue un referente absoluto para el Partido Republicano de las últimas décadas. Y por su condición de “héroe de guerra”, un intocable en muchos aspectos. Solamente un irreverente como Trump, sin filtro en plena campaña, osó cuestionarlo: “No es un héroe de guerra, sólo es un héroe porque fue capturado. Prefiero a los que no han sido capturados”, disparó. Pronto tendría que arrepentirse de estas expresiones. McCain fue un crítico de primera fila de muchas de las políticas y actitudes de Trump pero, por otra parte, estuvo para apoyarlo en cuestiones crucial. También, en plena enfermedad, salió para participar de la decisiva votación sobre el plan de salud: pero se opuso nuevamente a Trump.
John Sidney McCain III nació en 1936 en Coco-Solo, una zona del Canal de Panamá bajo administración estadounidense. Su abuelo y su padre fueron oficiales de Marina y alcanzaron los galones de almirantes. McCain III siguió sus pasos y egresó en la Academia Naval de Annápolis. Cuando había alcanzado el grado de Teniente Piloto e integraba las fuerzas estadounidenses en la Guerra de Vietnam, derribaron su avión y cayó prisionero en Hanoi. Allí cambiaría su vida. Liberado en 1973, fue recibido por el presidente Nixon y condecorado. Aunque trató de mantenerse activo en la Marina, sus padecimientos físicos -lesiones en brazos y piernasse lo impedían y se retiró como capitán en 1981.
Pero allí, al mismo tiempo, iniciaba su trayectoria política. Fue electo en 1982 para la Cámara de Representantes desde Arizona, reelecto dos años más tarde. Y accedió al Senado en 1986, lugar en el que permaneció (y para el que ganó las sucesivas elecciones) hasta el final. Se convirtió en referente del Partido Republicano, sobre todo en temas de Defensa y Política Exterior. En los últimos tiempos, presidía la estratégica Comisión de Servicios Armados. Considerado un “halcón” en temas militares y de políticas exterior, no obstante supo tender lazos con los demócratas y votar junto a ellos en cuestiones sensibles con Inmigración. Y tampoco se privó de criticar a los presidentes surgidos de su propio Partido. Ya lo había hecho con Reagan por no proteger lo suficiente a los marines en Beirut (1983), también cuestionó las acciones de George W. Bush en Irak y -obviamente- mucho de Trump.
En el 2000 se postuló por primera vez a la presidencia, pero fue vencido por Bush (h) en las primarias. Pero en 2008 alcanzó la nominación. Claro que la “ola Obama” era imparable y sufrió una severa derrota. Padeció la irrupción de Donald Trump en la política y lo enfrentó en varios terrenos: la relación con Rusia, la prensa y la inmigración. ■