Skimming y hackeo, otras dos modalidades para realizar fraudes bancarios
Peligros. Usan lectores falsos para obtener información. También apelan a los ataques cibernéticos a los servidores.
Más allá del crecimiento de los robos a carteros como método para cometer estafas, los dos delitos más comunes con tarjetas de crédito y débito son la clonación y el robo de datos para compras o fraudes virtuales. “La clonación por banda magnética ocurre en lugares donde uno no se lo espera. Cuando le das la tarjeta a un mozo o a un empleado de una estación de servicio. Hay casos filmados, difundidos en videos, en los que se ve que tienen el skimmer (aparato copiador) en un tobillo o escondido en botellas de aceite. Es un segundo, la pasan por el lector y la clonan”, contó Daniel Monastersky, abogado especializado en delitos informáticos, robo de identidad, seguridad de la información, datos personales y comercio electrónico.
Un skimmer es un dispositivo que los delincuentes instalan en cajeros, en terminales de pago o en dispositivos especiales que usan quienes tienen acceso regular a las tarjetas. Tiene una ranura falsa que copia la banda magnética cuando son deslizadas para hacer operaciones. Esa informa- ción se vuelca en bases de datos que - según los especialistas- se venden. Luego, un tercero realiza los fraudes bancarios con esa información para obtener ganancias millonarias.
Los especialistas aseguran que la incorporación de chips en las tarjetas puede ayudar a disminuir la cantidad de casos. Se trata de una especie de memoria con información de seguridad que convierte al plástico en un sistema menos vulnerable. Aún es algo novedoso y sólo un porcentaje de clientes llega a tenerlo. Sin embargo, ya se detectaron casos de fraudes mediante el hackeo.
Pablo Romanos, ingeniero especializado en ciberdelitos, explicó: “Lo que hacen para vulnerar el sistema de seguridad en las tarjetas con chip es atacar los servidores para dañar el método de autenticación. No se ataca a la tarjeta sino la aplicación de la que hace uso para validar la información de seguridad”.
Y ejemplifica: “Supongamos que para entrar a un edificio hay una persona que pide DNI. Conseguir un documento falso para sortear el control sería complicado. El sistema que usan para vulnerar el chip sería equivalente a engañar al encargado de la seguridad de la puerta, para convencerlo de que a partir de ese momento deje de pedir identificación”.
A pesar de esta posibilidad, para los especialistas los chips siguen siendo más seguros porque “usan un sistema más complejo” que el skimmer , que es un aparato que se consigue y se usa con facilidad.
“Empezamos a tener denuncias por estos hechos y todavía cuesta que los bancos respondan. Tuvimos un caso, por ejemplo, en el que no llegamos a un acuerdo y no le devolvieron el dinero a la víctima del fraude porque tenía una tarjeta con chip”, agregó Monastersky. Y concluyó: “Debería haber un protocolo para gestionar los delitos bancarios que sea más eficiente y fácil para la gente. Hay algunas aplicaciones que permiten recibir un mensaje de texto cada vez que hay un consumo; si lo hiciste vos no pasa nada, pero si no, te permite accionar más rápido”. ■