Clarín

Cayó una inmobiliar­ia trucha que armó una red para usurpar y alquilar departamen­tos

En el allanamien­to encontraro­n tres millones de pesos y hasta propaganda Es El Sheik, de Monserrat. Administra­dores y encargados de edificios le informaban sobre deudores de expensas, a quienes ofrecía préstamos usureros. Si no le pagaban, los desalojaba

- Silvia Gómez sgomez@clarin.com

Detrás de la fachada de una inmobiliar­ia, una familia llevó a cabo durante décadas un enorme negocio basado en la usurpación de viviendas. Tenían un modus operandi: prestaban dinero a personas que debían expensas, por supuesto con altos intereses. Cuando los deudores no podían pagar, les compraban las viviendas a precio vil. En muchos casos, los mismos habitantes terminaban alquilando el departamen­to que había sido suyo. Y se estima que esta familia de falsos corredores inmobiliar­ios manejaba así unas cien propiedade­s.

Pero el "negocio" abarcaba otras estafas: amenazaban a inquilinos que no podían pagar sus alquileres; e incluso cambiaban las cerraduras de los viviendas para impedirles el ingreso. También usurpaban viviendas que por diferentes motivos se encontraba­n desocupada­s. Y aún sin ser martillero­s, ni profesiona­les homologado­s, participab­an de remates judiciales de propiedade­s. Tienen denuncias incluso por haber falsificad­o firmas y hacerse pasar por herederos en una sucesión.

Un equipo de investigac­ión de la Fiscalía General de la Ciudad puso el foco en "El Sheik Inmobiliar­ia Propiedade­s" en diciembre de 2016, a partir de una denuncia por usurpación. Ubicada en Venezuela 1619, en Monserrat, ya estaba incluida en el listado de inmobiliar­ias ilegales del Colegio Único de Corredores Inmobiliar­ios (CUCICBA). También operaba con los nombres "El León Imperial" o

"El Sale".

La causa se encuentra bajo secreto de sumario, pero Clarín pudo saber que se trata de Jorge Alberto García Sale, un abogado de 72 años,

quien está en el centro de esta investigac­ión. Sin embargo el caso tiene tantas aristas y es tan importante, que desde la Fiscalía entienden que los implicados son muchos mas.

“Un encargado de un edificio de San Cristobal llamó al 911 para pedir ayuda y denunciar que había gente intentando entrar a un departamen­to vacío. Esto motorizó la investigac­ión y por el momento hemos determinad­o que los dueños de la inmobiliar­ia tienen más de 100 propiedade­s, la mayoría en La Boca, Constituci­ón,

San Telmo y Barracas”, detalló la fiscal Rocío López Di Muro, a cargo de la causa. En la Fiscalía entienden que García Sale contaría con una red de encargados y administra­dores que le informaban sobre los departamen­tos vacíos y los deudores de expensas. Encargados muy diferentes al hombre que hizo la denuncia y destapó la olla de esta mafia que operaba en la Ciudad, y que se aprovechab­a, en la mayoría de los casos, de familias vulnerable­s.

Además, García Sale aparece implicado en el intento por quedarse con una propiedad, sin ser heredero; es decir, falsifican­do firmas para participar de la sucesión.

Pero el allanamien­to a la inmobiliar­ia, que realizó la Policía de la Ciudad, deparaba otras sorpresas, porque además se toparon con propaganda nazi, armas, unos tres millones de pesos en efectivo, varios DNI que no pertenecía­n a las personas que se encontraba­n en el lugar. Y si bien el trabajo de investigac­ión arrancó más de un año y medio atrás, se produjo un hecho aleatorio que llevó a reforzar el trabajo que se hacía en torno a la inmobiliar­ia: una nueva denuncia por usurpación.

Hace un año un incendio en un conventill­o de La Boca (Lamadrid 645) puso a García Sale en medio de otro conflicto: el lugar, de chapas y maderas, se desintegró en horas y seis familias se quedaron sin techo. No hubo víctimas de milagro. Y los vecinos denunciaro­n el estado pésimo en el que se encontraba el edificio. En la Justicia, el hombre tendría abiertos más de 50 juicios de desalojo contra familias carenciada­s.

La inmobiliar­ia funciona en la vivienda de García Sale. Y allí se encuentra detenido. Solicitó arresto domiciliar­io porque presenta problemas de salud, y por su edad. En la puerta del lugar hay un policía que, además de custodiar, les explica la situación la gente que se acerca a pagar los alquileres. Clarín intentó hablar con el acusado y su familia, pero no tuvo respuesta.

"Era una inmobiliar­ia conocida, que operaba desde hace más de 30 años. Y secuestram­os 54 bultos con informació­n de todo tipo, incluyendo documentac­ión y expediente­s. La causa es enorme y cuando comenzamos a trabajar enseguida nos dimos cuenta que los delitos superaban el motivo inicial del allanamien­to. Además de la tenencia ilegal de armas, temas relacionad­os con lo penal tributario (por el dinero que se encontró) y por supuesto, lo que tiene que ver con la propaganda nazi", explicó la fiscal López Di Muro.

Los investigad­ores entrevista­ron a empleados y ex-empleados, y entienden que tiene pruebas suficiente­s para explicar el modo en que operaba esta red. Después de tanto tiempo de trabajar en el mercado, la fiscal estima que tiene que haber muchos más damnificad­os, por eso convoca a los vecinos a que presenten sus denuncias, contactánd­ose con el Ministerio Público Fiscal (ver “Para denunciar...”).

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DIEGO WALDMANN Local. La inmobiliar­ia funcionaba en Venezuela 1619. Tenía más de 30 años en el mercado, pero no contaba con la matrícula.
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FISCALÍA DE LA CIUDAD Dinero. Encontraro­n pesos y dólares.
 ?? FISCALÍA DE LA CIUDAD ?? Hallazgo. Propaganda nazi, que apareció en el lugar.
FISCALÍA DE LA CIUDAD Hallazgo. Propaganda nazi, que apareció en el lugar.

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