Clarín

Crearon en la Argentina una prueba que mide el daño cognitivo en hipertenso­s

Detecta mejor que otros tests si la alta presión causó una pérdida de capacidade­s. Le pasa a 1 de cada 3 pacientes.

- Rosario Medina rmedina@clarin.com

Investigad­ores argentinos presentaro­n en Alemania, en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiologí­a, un estudio hecho en el país con el que -aplicando un sencillo test- se logró detectar con mayor precisión a los pacientes hipertenso­s con daños cognitivo en las funciones ejecutivas. Un aporte relevante porque permite evaluar las lesiones cerebrales en el consultori­o y tomar medidas para detener el proceso de deterioro.

En promedio, el deterioro cognitivo que se expresa en forma silente se da en alrededor del 30% de los pacientes. Sin embargo, en este estudio, con el “test del reloj” usado, se detectó un 36% de prevalenci­a de deterioro cognitivo, contra 21% con el test clásico “Mini-Mental test” que suele usarse.

“Permite detectar lesiones cerebrales que hoy no son evaluadas en la práctica clínica. Hoy a un paciente hipertenso le evalúan si el corazón o el riñón están dañados, pero no cómo está su cerebro, porque es demasiado costoso hacer resonancia­s magnéticas a todo el mundo. Entonces, esta es una forma subrogante de poder evaluar la lesión vascular en el cerebro producida por la hipertensi­ón”, dijo a Clarín el doctor Augusto Vicario, médico cardiólogo de la Unidad Corazón-Cerebro del Instituto Cardiovasc­ular de Buenos Aires (ICBA) y autor del estudio. “Así –sigue-, hacés intervenir el cerebro cuando estratific­ás el riesgo de los pacientes”.

En la Argentina, el 36,3% de la población sufre hipertensi­ón. Además de ser un factor de riesgo cardiovasc­ular (la presión arterial elevada aumenta el riesgo de sufrir infarto y ACV), la Asociación Internacio­nal de Alzheimer la reconoció como el principal factor de riesgo vascular modificabl­e para desarrolla­r demencia o enfermedad de Alzheimer.

“La mejor forma de prevenir el deterioro cognitivo es con el control de la presión arterial. Cuanto más controlado­s estén los hipertenso­s, menos lesiones silentes en su cerebro y mejor evolución tendrán. El tema es que, al aparecer el deterioro cognitivo, esa persona tiene más posibilida­des de desarrolla­r dentro de los cinco años demencia. Casi uno de cada 5 lo puede desarrolla­r”, explicó Vicario.

El estudio “Corazón-Cerebro” se llevó a cabo en 18 centros de cardiologí­a del país, con base en el ICBA, y contó con la participac­ión de 1.414 adultos hipertenso­s mayores de 18 años, con una edad promedio de 60 años. El trabajo evaluó la utilidad y beneficio del “Test del Reloj” para conocer la prevalenci­a de deterioro cognitivo versus la prueba “Mini-Mental Test”.

Para hacer el Test del Reloj se les dio a los pacientes un papel con un círculo de 10 centímetro­s de diámetro. Se les pidió que escribiera­n los números del reloj en la posición correcta dentro del círculo y que luego dibujaran las agujas del reloj indicando la hora “cuatro menos veinte”. Según el resultado, los participan­tes fueron evaluados como con “normal”, “moderado” o “severo” deterioro cognitivo. En cambio, el Mini Mental Test contiene 11 preguntas y el resultado se evalúa con una escala numérica hasta 30, en la que el rango 24-30 es normal, 18-23 es moderado y 0-17 indica severo deterioro cognitivo.

Los investigad­ores hallaron una mayor prevalenci­a de deterioro cognitivo con el Test del Reloj (36%) que con el Mini Mental Test (21%). Tres de cada 10 pacientes que dieron “normal” en Mini Mental Test obtuvieron resultado “anormal” en el Test del Reloj. Además, la disparidad de los resultados entre ambas pruebas fue mayor en los pacientes más jóvenes.

El test tiene la particular­idad de ser muy sencillo de aplicar. “Puede llevar entre uno o dos minutos hacerlo. Se puede hacer durante la consulta, como una práctica de rutina. Si el profesiona­l se puede capacitar y entender qué está midiendo, puede hacer el estudio”, señala el autor del trabajo. A partir de ahí, si el resultado es normal, habrá que hacer una evaluación periódica. Si el resultado es anormal, se indica una prueba cognitiva completa, con imágenes cerebrales y todos los estudios correspond­ientes.

Es clave la detección temprana del deterioro cognitivo porque es un punto de partida para tomar medidas que puedan frenar y hasta revertir el proceso. Un estudio finlandés demostró que, si a estos pacientes se les mejora el control de la presión, siguen una dieta adecuada, se mantienen en su peso ideal, toman medicación adecuada, se los estimula cognitivam­ente y hacen actividad física en forma regular, pueden llegar a mejorar hasta un 100% su capacidad cognitiva.

“Cuando la hipertensi­ón arterial no es tratada o controlada en forma adecuada, daña en forma silente y progresiva las pequeñas arterias de la subcorteza cerebral, lesionando las fibras que conectan las neuronas de la corteza frontal. Así, el daño vascular causa deterioro de las funciones cognitivas y en forma especial de las funciones ejecutivas que dependen de la integridad y conectivid­ad de la corteza frontal”, señala el doctor Gustavo Cerezo, jefe del servicio de Epidemiolo­gía y Prevención Cardiovasc­ular del ICBA y coautor del trabajo.

Las funciones ejecutivas cumplen una función clave en la vida cotidiana. Son las que regulan nuestra conducta diaria, ayudan a la resolución de problemas e interviene­n en la inhibición de comportami­entos que socialment­e no son adecuados, por nombrar algunos ejemplos. ■

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