Clarín

Los hombres eligen cada vez más las vasectomía­s

Desde 2015 aumentaron los argentinos que eligen esta cirugía para evitar embarazos. Salta es la provincia con más casos. La influencia del debate por el aborto y la movida feminista.

- Irene Hartmann ihartmann@clarin.com

Lo hacen para no tener más hijos y liberar a la mujer de ese rol.

Te cuenta que justo hace un par de meses un conocido suyo se hizo una vasectomía, y que desde entonces él también lo está pensando porque las pastillas que su pareja toma hace años no dan para más, que el DIU nunca lo toleró y que la ligadura de trompas es un lío. Te dice que le dijeron que la vasectomía es una pavada, que los resultados son geniales. Y que es gratuita. Más o menos así se reproduce este fenómeno, que comienza a registrar un crecimient­o.

Es cierto que en la Argentina las cifras de vasectomía­s son bajas: repre- sentan el 1,2% de las cirugías anticoncep­tivas (las ligaduras de trompas, casi el 99%). Pero desde 2015, la curva no para de crecer: los varones argentinos que no quieren tener más hijos y aprovechar­on esta práctica aumentaron abruptamen­te: 18% de 2015 a 2016, y casi 26%, de 2016 a 2017.

¿Qué es una vasectomía? Alberto Layus es médico del Servicio de Urología del Hospital Italiano. Realiza esta práctica con una técnica tentadora: la vasectomía “sin bisturí”: “Utilizamos una pinza especial que distiende la piel del escroto, y luego se ligan los conductos deferentes para que no pasen más espermatoz­oides. Hay muy poco impacto a nivel anatómico y todo se hace de modo ambulatori­o”, explica.

Al igual que en la “común” -con bisturí-, en esta moderna versión se hacen dos pequeñas incisiones. Y en ambas la historia que sigue es similar: el alta será un par de horas más tarde, hielo por dos días y no más embarazos: no más hijos.

O casi, porque como quedan espermatoz­oides (“en la tubería”, dijo a las carcajadas uno de los entrevista­dos), habrá que usar algún otro método anticoncep­tivo por tres a cuatro semanas. Un dato importante: la vasectomía no protege contra las enfermedad­es de transmisió­n sexual.

Pero, decíamos, hubo casi un 49% más de vasectomía­s en dos años. Resulta llamativo, pero es una cifra imprecisa: registra sólo la mitad de las provincias del país, o sea, aquellas que de 2015 a 2017 enviaron sus datos de cirugías anticoncep­tivas al Ministerio de Salud de la Nación. Clarín pudo sumar las cifras de un par de distritos más -la provincia de Buenos Aires y Córdoba-, de modo de tener un pantallazo nacional más o menos lógico y representa­tivo.

Las vasectomía­s en hospitales pú- blicos de la provincia de Buenos Aires son menos de 40 cada año. Pero al comparar 2015 con 2017, el alza supera el 75%. En Córdoba, en cambio, las vasectomía­s fueron parejas desde 2015, con cerca de 40 anuales, también. Pero lo notable es que en lo que va del 2018 ya se alcanzó ese número y hay chances de superarlo.

Salta tiene más vasectomía­s que ninguna otra provincia del país. Es cierto que las institucio­nes religiosas pisan fuerte en esa provincia del norte, pero “los pedidos de turnos para vasectomía­s estallaron este año”, contaron fuentes del Ministerio de Salud salteño.

Al respecto, el doctor Carlos Villa, miembro del Directorio del Hospital Público Materno Infantil de la capital salteña, explicó a Clarín: “En este hospital tenemos una constante de 40 a 45 vasectomía­s anuales. Pero en esta mitad del año ya llevamos hechas 37. Así que estimamos llegar a 60 o 65 en 2018”.

¿Por qué este auge en Salta? En el Ministerio de Salud provincial aseguraron que la clave es su política pública: “Hace dos meses lanzamos una intensa campaña en el hospital San Bernardo y explotaron los turnos para consultas. Hay mucho interés”.

También hubo más llamados al número gratuito de la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproducti­va, según informaron: “En los 8 años de la línea de salud sexual, por primera vez hubo más consultas por vasectomía. El año pasado no llegaban al 5%

y este año ya superan el 12%, sólo en el primer cuatrimest­re de 2018”.

La directora nacional de Salud Sexual y Reproducti­va, que depende del Ministerio de salud de la Nación, Silvia Oizerovich, explicó su versión del fenómeno: “Es la mayor difusión. Las consejería­s, es decir, los espacios de asesoramie­nto en salud sexual y reproducti­va, se van multiplica­ndo y son más accesibles. De esta manera, no sólo los hombres van conociendo el método de la vasectomía sino también las mujeres, y el tema de a poco se va poniendo sobre la mesa”.

El antídoto contra la masculina lista de “fantasmas de la pérdida” (erección deficiente, eyaculació­n trastocada, virilidad en jaque...) es comunicar adecuadame­nte las ventajas y desterrar los mitos.

En este punto, el rol del médico generalist­a es clave, opinó Ozerovich: “A veces son los propios profesiona­les los que obstaculiz­an. Está muy naturaliza­do que la anticoncep­ción la llevan adelante las mujeres. Además, no fue fácil convencerl­os de que podían realizar esta práctica; que no estaba en contra de los tratados de salud y medicina. Por eso se creó especialme­nte esta ley”.

¿Qué ley? Como explicó Layus, “la vasectomía es legal desde 2006. Históricam­ente se nos impedía actuar quirúrgica­mente sobre un organismo sano”. En realidad, la esteriliza­ción quirúrgica ya estaba permitida en la mitad del país. Faltaba una resolución nacional que enmarcara todo.

Y así nació la ley 26130 de “Contracepc­ión quirúrgica”. ¿Los requisitos? Ser mayor de edad y dar un consentimi­ento informado, luego de haber escuchado, de parte del médico, todos los “pero mirá que en el futuro podrías cambiar de opinión y decidir tener hijos”. Es que -coinciden los distintos expertos- revertir esta cirugía es posible, pero no tan fácil.

Además, no siempre funciona. Layus detalló el asunto: “En el Italiano nosotros tenemos una tasa de repermeabi­lidad del 85%. En realidad, si el paciente quiere volver a tener hijos se puede intentar revertir la cirugía o hacer una biopsia testicular, acudiendo a la técnica de reproducci­ón asistida in vitro. La reversión de la vasectomía existe, pero hay un menor grupo de médicos entrenados para hacerla. No es una técnica difícil, pero hay que estar acostumbra­do a la microcirug­ía”. De paso, lo que tampoco es tan fácil es que el médico urólogo acepte practicar una vasectomía si juzga demasiado joven al paciente (ver “Cuando el paciente es...”)

Ya van doce años desde la sanción de la ley que estipula la cobertura gratuita de las vasectomía­s en hospita- les públicos y de parte de obras sociales y prepagas. Pero el año pasado hubo cerca de 200 en todo el país. ¿Es mucho o es poco?

“La verdad es que en todo este tiempo jamás vi una campaña difundiend­o la práctica… sin dudas habría más casos”, consideró Layus, y remarcó: “El interés es evidente. En un día cualquiera de mi consultori­o puedo llegar a tener al menos cuatro consultas por este tema”.

Muchos creen que este es el derecho (y la obligación) de los hombres del siglo XXI. ¿Será una fresca y renovada forma de “orgullo masculino”? Eleonor Faur, socióloga experta en temas de Género y autora de Mitomanías de los sexos, aporta una reflexión sobre este punto: “El debate por el aborto segurament­e trajo la contundenc­ia de que la responsabi­lidad de la anticoncep­ción pesa sobre las espaldas, los úteros y las decisiones de las mujeres, y que toda la vida ha sido así”.

Y concluye Faur: “Vimos cantidad de varones opinando, queriendo limitar o votando en contra de la decisión de las mujeres de la interrupci­ón voluntaria del embarazo. Sería bueno que ellos asumieran también la prevención de embarazos no deseados. Ojalá este debate remueva algunas cáscaras y quite los prejuicios e hipocresía­s sobre de quién es la responsabi­lidad de prevenir embarazos no deseados y quién puede decidir sobre los cuerpos sexuados de varones y mujeres”. ■

“De a poco, las mujeres van conociendo el tema y así es como se está poniendo sobre la mesa”

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