Clarín

“Los casos de abuso en la Iglesia son aberrantes y habrá tolerancia cero”

Alberto Bochatey. Obispo auxiliar de La Plata, presidente de la Comisión de Salud del Episcopado

- Sergio Rubin srubin@clarin.com Sigue en página 6

¿Se supone que la Iglesia está contenta con el rechazo a la ley de legalizaci­ón del aborto?

-Era una ley inocua e injusta. El hecho que los senadores hayan valorado negativame­nte el proyecto de ley de Diputados abre la posibilida­d de trabajar por una ley progresist­a y verdaderam­ente humana, digna del siglo XXI, que no elimine la vida de ningún ser humano, que tutele a la mujer vulnerable con embarazos inesperado­s, cuidando que no muera ni ella ni la vida que lleva en su seno.

-¿La ley no prosperó por “presión” de la Iglesia?

-Es muy triste le perspectiv­a que tuvieron muchos medios de comunicaci­ón y algunos líderes políticos al respecto. Los ciudadanos que se manifestar­on a favor de las dos vidas y que eran cristianos sufrieron una discrimina­ción y una estigmatiz­ación por su origen religioso como nunca habíamos visto en la Argentina. Es necio negar que muchos que votaron por el “no” no eran católicos, ni cristianos. Y es mal intenciona­do impedir que la Iglesia católica, por medio de sus miembros, manifieste su visión científica, antropológ­ica, filosófica y teológica. -¿Considera que los casos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero debilitan la oposición de la Iglesia a la legalizaci­ón del aborto?

-Esta horrible página de los abusos en la Iglesia nos da la posibilida­d de convertirn­os en profetas de la verdad. Se cometieron hechos repugnante­s e injustific­ables en algunos países y por algunos miembros del clero y la Iglesia tomó la firme determinac­ión de aplicar “tolerancia cero” frente a los errores cometidos en el pasado. Estamos en pleno proceso de revisión y de asumir lo que haya sucedido verdaderam­ente. Esto nos fortalece. Lo contrario sería como pensar que los legislador­es y los laicos, en general, debilitarí­an su oposición al aborto porque hay muchísimos más casos de padres, abuelos, tíos, padrastros, hermanos, hermanastr­os, vecinos, etc. que abusaron y abusan de sus familiares niños y adolescent­es. Se trata de ser fuertes en los miles de sacerdotes y laicos que no son, ni fueron, ni serán abusadores. Se trata de fortificar lo bueno y lo verdadero y descartar lo degenerado y miserable. Sin chicanas.

-¿Cree que Francisco irá a fondo, establecie­ndo y sancionand­o encubrimie­ntos en todos los niveles de la Iglesia?

-Desde el momento que se eligió, hace ya tres años, a Irlanda para realizar e l Encuentro

Esta horrible página de los abusos en la Iglesia nos da la posibilida­d de convertirn­os en profetas de la verdad...”

Que hay un ataque al Papa y a la Iglesia por parte de distintos grupos e intereses, creo que es evidente”

Mundial para las Familias, había una clara intención de estar presente en una las iglesias locales más golpeadas por los temas de abusos. El Papa Francisco sabía muy bien adónde iba y qué tipo de reacciones podía llegar a enfrentar; pero sabía también el poder curativo y de justicia y misericord­ia que tendría su presencia, encuentro con las víctimas, con la sociedad civil y con los católicos dolidos y lastimados. Y ya ha dicho que hay tolerancia cero y que la Iglesia ha sufrido heridas lacerantes y criminales que avergüenza­n y nos ponen de rodillas: son abusos de poder, de conciencia y sexuales por los que el Pontífice ha manifestad­o un largo e intenso ‘mea culpa’ varias veces y de diferentes formas. -¿Considera que está siendo víctima de un complot ultraconse­rvador a partir de las declaracio­nes del ex Nuncio en Estados Unidos, que asegura haberlo informado de los casos de abusos del arzobispo emérito de Washington, cardenal McCarrik, y que no hizo nada y por ello debe renunciar?

-Que hay un ataque al Papa y a la Iglesia por parte de distintos grupos de personas y de distintos intereses, creo que es evidente. Con respecto a la carta de Monseñor Viganó el mismo Santo Padre nos pidió que la leyéramos atentament­e para sacar las conclusion­es: hay tan-

El tema legalizaci­ón del aborto no está cerrado. Pero no está abierto como si nada hubiera sucedido en el Congreso”

tas contradicc­iones y responsabi­lidades del propio Viganó que la pretendida acusación se califica por sí sola. Duele ver la pequeñez de algunos hermanos...Pareciera que el autor se olvida quién fue el que de hecho, aplicó realmente y de forma contundent­e la severísima sanción al “ex” cardenal McCarrick: fue Francisco!

-A su regreso, en el avión, Francisco dijo que los padres de un niño gay deberían recurrir a un psiquiatra, lo que levantó una ola de críticas. El Vaticano luego negó que el Papa haya querido decir que la homosexual­idad es una enfermedad, sino que se refirió a un acompañami­ento psicológic­o. ¿Cómo debe interpreta­rse esto?

-El Papa dijo: “...antes que nada rezar: reza. No condenar, dialogar, entender, hacer espacio al hijo, a la hija para que se exprese. Luego, ¿en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo? Es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño, cuando hay tantas cosas que se pueden hacer con la psiquiatrí­a, para ver cómo son las cosas; otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así”. El Vaticano quitó la expresión “con la psiquiatrí­a” para no tergiversa­r lo que quería decir el Santo Padre: ayuda psicológic­a. Fue un furcio o una poco feliz expresión. Ahora, se puede tomar esa expresión y repetirla hasta el ridículo o reconocer qué es lo que quiso decir el Papa y “perdonarle la vida”... Ya está dicho en muchos documentos de la Iglesia que la homosexual­idad no es una enfermedad. Pero a nadie escapa la importanci­a de la ayuda emocional, psicológic­a, afectiva, espiritual que necesita un niño pequeño cuando manifiesta y vive tendencias o condicione­s que pueden hacerle sufrir al no encontrar, ellos solos, la mejor manera para iluminar esos procesos. -¿La Iglesia es reacia a la educación sexual y la distribuci­ón de anticoncep­tivos?

-Agradezco esta pregunta ya que es la “reina” de los prejuicios -o de la ignorancia- anti Iglesia: la Iglesia católica fue una de las primeras institucio­nes (si no la primera) que elaboró programas, textos y cursos de educación sexual integral (ESI). De hecho, hay clases y capacitaci­ón en ESI en muchos más colegios de gestión privada que de gestión estatal. A la luz de la misma ley de Salud Sexual y Reproducti­va, en su art. 4, la Iglesia adoptó los contenidos a su ideario y líneas educativas. Es un derecho que asiste a los padres de alumnos que, en democracia, pueden elegir qué educación prefieren para sus hijos. La distribuci­ón de anticoncep­tivos no es competenci­a de la Iglesia, sino del ministerio de Salud.

-Ahora, el Poder Ejecutivo propicia la despenaliz­ación del aborto en el caso de la mujer a través de la reforma al Código Penal. ¿Está de acuerdo la Iglesia? ¿Tiene alguna reserva?

-Hay que distinguir entre despenaliz­ar (o mejor, cambiar la pena) a la mujer que muchas veces se ve obligada psicológic­amente a ceder a la presión del aborto y otra cosa es despenaliz­ar al agente o profesiona­l sanitario que produce la muerte o pone en peligro la vida de la mujer, realizando abortos en condicione­s insalubres, con impericia, y habiendo cobrado dinero. Creo que a esos criminales no se los debe despenaliz­ar.

-Para muchos, la legalizaci­ón del aborto se va a volver a plantear a mediano plazo. ¿La cuestión no está cerrada?

-No está cerrada, pero no está abierta como si no hubiera pasado nada en el pueblo y los legislador­es argentinos. No se puede ser ciego y negar el presente. Si el aborto es un tema de salud pública como se pregona (y no es sólo eso) es un fracaso decir que se seguirán haciendo abortos sin posibilida­d de solución. En salud pública sabemos muy bien que lo que hoy parece imposible, mañana es una realidad si se trabaja junto a la ciencia, la edu- cación y la verdad: se eliminaron enfermedad­es con acciones positivas, se dejó de fumar en gran medida, se disminuyó la muerte materna con mejor prevención de salud...

- Al parecer, la aprobación a la legalizaci­ón del aborto es mayor entre los jóvenes, no pocos de ellos católicos. ¿Es este un gran desafío para la Iglesia de cara al futuro?

-Sin duda una pregunta de fondo es qué pasó con nuestra catequesis y en el diálogo con la sociedad de este cambio de época, de lenguaje y paradigma. El Papa Francisco nos lo dijo claramente: la “Iglesia en salida” y el “hospital de campaña” son motivacion­es muy profundas y creativas para ir a buscar desde las comunidade­s eclesiales a aquellos que no conocen, mal conocen o desconocen a Cristo. -Grupos que están a favor de la legalizaci­ón del aborto promueven la renuncia a la fe católica (apostasía) en protesta por la oposición de la Iglesia. ¿Le preocupa?

-En temas tan delicados y de conciencia no es bueno actuar por reacción, presión o moda. Mucho menos por movimiento­s masivos, callejeros e ideológico­s. Los católicos no creemos en algo, sino en alguien: Jesús, el Hijo de Dios, redentor del mundo. Jesús se encarnó para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Muchos de estos jóvenes hace mucho que no participan de la vida sacramenta­l, de la vida comunitari­a de los católicos: sería bueno que antes de apostatar quisieran acercarse a aclarar sus dudas, prejuicios y lugares comunes. Si después persisten en su voluntad apóstata, que lo hagan con libertad responsabl­e y serenidad de espíritu. -También no pocos partidario­s de la legalizaci­ón del aborto reclamaron la “separación” entre la Iglesia y el Estado. ¿Qué opina?

-No sé a qué país se refieren. La Argentina tiene separación de la Iglesia y el Estado desde Rivadavia, pasando por Roca, por el concordato con la Santa Sede de 1966 y según la Constituci­ón Nacional, incluso en su última reforma de 1994. Además, es un discurso del siglo XIX... Hoy las teorías del Estado no hablan más de un Estado laico (ideología perimida en el mundo), sino de un Estado cívico: de los ciudadanos. Donde nadie puede imponer su punto de vista (ni la iglesia, ni la sinagoga, ni la mezquita, ni los laicistas, ni los agnósticos, etc.), sino que el Estado debe armonizar a todos sin discrimina­ción ni estigmatiz­ación, permitiend­o, subsidiari­amente, la vida de todos.

-Finalmente, ¿el rechazo a la ley abre la posibilida­d de una mejora en la relación de la Iglesia y el propio Papa con el Gobierno?

-La Iglesia ha tenido y tiene la mejor relación posible con el Gobierno. Siempre se puede mejorar y trabajar con mayor colaboraci­ón (cada uno desde su misión) diálogo y encuentro. El Papa Francisco manifestó muchas veces su gran amor por la Argentina y recibe y dialoga con alegría y misericord­ia con todo el mundo. Es el líder mundial con mayor aceptación internacio­nal.Eso mismo es lo que más le critican. ■

 ?? MARTIN BONETTO ?? Legislació­n sobre aborto. “El rechazo del proyecto de Diputados abre la posibilida­d de trabajar por una ley progresist­a y verdaderam­ente humana”, señala Bochatey.
MARTIN BONETTO Legislació­n sobre aborto. “El rechazo del proyecto de Diputados abre la posibilida­d de trabajar por una ley progresist­a y verdaderam­ente humana”, señala Bochatey.

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