Los funerales de McCain, un episodio político de confrontación hacia Trump
Participaron Obama, Bush y Clinton. La hija del senador lanzó veladas críticas contra el actual presidente.
Los funerales de ayer del senador republicano John McCain, quien murió hace una semana de cáncer cerebral a los 81 años, se convirtieron en un hecho de unión política al que asistieron tres ex presidentes estadounidenses de partidos rivales. Pero lo más llamativo fue que en toda la ceremonia sobrevoló el rechazo a la polarización y la hostilidad enarbolada en forma permanente por el actual mandatario, Donald Trump, una ausencia estridente.
Millones de estadounidenses siguieron por televisión la ceremonia en la Catedral Nacional de Washington, a la que asistieron gran parte de los hombres y mujeres de poder del pasado y presente de Washington. Tanto el republicano George W. Bush como el demócrata Barack Obama dieron discursos donde reconocieron que McCain los había hecho ser “mejores” líderes, personificando la virtud de poner al país por sobre el partido político.
En las primeras filas del templo se sentaron Bill y Hillary Clinton; Barack y Michelle Obama; George y Laura Bush; y Alan y Mary Elizabeth Gore. También se podía distinguir entre los asistentes a senadores de todo el espectro político, desde la progresista Elizabeth Warren al republicano y gran amigo de McCain, Lindsay Graham.
La primera en dirigirse a los asistentes fue la hija de McCain, Meghan, quien recordó el paso de su padre por la guerra de Vietnam y lanzó varias indirectas contra Trump. “Fue un gran hombre. Nos reunimos aquí para llorar la muerte de la grandeza estadounidense. La real, no la retórica barata para los hombres que nunca se acercarán al sacrificio que él ofreció tan voluntariamente, ni la apropiación oportunista de aquellos que vivieron vidas de comodidad y privilegio”, dijo la hija del senador.
Todos entendieron que era una alusión velada a Trump, quien se negó a servir en el Ejército. Además, el actual mandatario se había burlado de McCain por ser capturado en Vietnam, donde estuvo varios años prisionero y fue torturado. Ese fue uno de los motivos por el cual se le pidió al magnate que no fuera a la ceremonia del viernes en el Capitolio. De hecho, tampoco asistió a los demás eventos. Según trascendió, McCain había expresado su deseo de mantener alejado a Trump de su entierro.
Meghan, además, hizo referencia al lema de campaña de Trump -”Que Estados Unidos vuelva a ser grande”, aunque sin mencionar al presidente. “La grandeza del Estados Unidos de John McCain no necesita ser restaurada porque siempre ha sido grande”, dijo, despertando los aplausos de los concurrentes.
El servicio de este sábado fue el último evento en Washington para el difunto senador de Arizona. Será enterrado hoy en su alma mater, la Academia Naval de Estados Unidos en Annapolis, Maryland.
El contraste entre la ceremonia conciliadora y el mandatario estadounidense marginado evidenció el polarizado estado de la política estadouni- dense.
Obama definió a su amigo -y contrincante en las elecciones presidenciales de 2008- como un “hombre extraordinario”, guerrero y patriota, que personificó lo mejor de Estados Unidos. “Nos hizo mejores presidentes, así como hizo que el Senado fuera mejor, y que el país fuera mejor”.
Así, el ex presidente se hizo eco de sentimientos similares expresados minutos antes por Bush, quien derrotó a McCain en una “dura lucha” en las primarias del partido Republicano en el 2000, y cuya rivalidad se convirtió luego
Nos hizo mejores presidentes, así como hizo que el Senado fuera mejor y que el país fuera mejor. Entendía que algunos principios trascienden las políticas” Barack Obama Ex presidente de Estados Unidos
Nos reunimos aquí para llorar la muerte de la grandeza estadounidense. La real, no la retórica barata para los hombres que nunca se acercarán al sacrificio que él ofreció” Meghan McCain Hija del senadorJohn McCain
en una larga y duradera amistad.
Pese a que Bush y Obama pertenecen a partidos opuestos, sus mensajes estuvieron claros: la política estadounidense puede y debería elevarse a un mayor nivel. McCain era conservador, “pero entendía que algunos principios trascienden la políticas, y algunos valores trascienden los partidos”, argumentó Obama.
“Nuestra vida pública o nuestro discurso público puede parecer pequeño y mezquino, con palabras rimbombantes e insultos. Es una política que pretende ser valiente y dura, pero que, de hecho, nace del miedo. John nos pidió que fuéramos más grandes que eso”, apuntó Obama.
Mientras la élite política asistía al servicio fúnebre, Trump jugó al golf en un campo en las afuera de Washington. Luego regresó a la Casa Blanca donde se puso a tuitear sobre otros temas. Se quejó de los medios de comunicación, de Canadá y del Departamento de Justicia. Muchos de los tuits de Trump incluían citas, posiblemente de la cobertura de noticias que estaba viendo.
En cambio, la hija del presidente, Ivanka Trump, y su esposo Jared Kushner, ambos funcionarios de alto rango en la Casa Blanca, estuvieron presentes en la catedral, al igual que varios miembros del gobierno federal. Una ceremonia, para muchos, de alto impacto político. ■