Atlético cambió nombres pero no el funcionamiento
Empezó ganando el equipo local aunque no pudo con el mejor juego de los tucumanos. De Felippe, cuestionado.
A pesar de que tuvo varios cambios con respecto al equipo que hizo historia en Colombia al eliminar a Atlético Nacional de Medellín para meterse en los cuartos de final de la Copa Libertadores, Atlético Tucumán no resintió su funcionamiento y trasladó su onda expansiva a la Superliga. Venció a un insípido Newell’s que acumula 11 derrotas en 2018, siendo el equipo que más perdió de los que están hoy en Primera División.
De entrada, el equipo de Ricardo Zielinski salió a disputarle la posesión de la pelota y el dominio territorial a Newell’s. Pero le costó generar peligro. En contrapartida, el conjunto rosarino respondió con la buena conducción de Formica, acompañado por algunos arranques de Fértoli. Así, los dirigidos por Omar De Felippe se fueron aproximando al arco rival. De tanto acercarse consiguieron un penal tras una chilena de Leal que dio en la mano (estaba levantada) de Bianchi. Formica convirtió el gol en el rebote (¿hubo invasión de zona de Newell’s?) del penal que él ejecutó y que primero atajó Luchetti (que cumplió 200 partidos en Primera) y luego dio en el palo izquierdo.
A partir del gol, el local se quedó. Entonces, los tucumanos salieron del letargo y empezaron a generar peligro hasta el final del primer tiempo. Hubo tres tiros de media distancia, en dos estuvo cerca. Uno de ellos, de la Pulga Rodríguez, pasó cerca del palo y otro de Acosta lo sacó Ibáñez. Como consecuencia, llegó el gol, a través de un cabezazo de Mauro Matos tras el centro de Acosta.
Newell’s volvió a dominar en el arranque del complemento pero chocó con Luchetti. Después, se quedó sin ideas. Atlético, en cambio, manejó mejor los tiempos. Fue más cerebral. Había avisado con un fuerte remate de Abero que llegó por sorpresa al área rival. Y dio el golpe cerca del final con la definición de Leandro Díaz tras un gran pase del inoxidable Pulga Rodríguez. Con la derrota, Omar de Felippe, el DT local, quedó en la cuerda floja. ¿Seguirá? ■