Amor a las ideas y al buen paladar
El sábado se presentaron en Mendoza pensadores de Francia, Alemania y Argentina.
“Si vienen a escuchar una conferencia de filosofía del derecho un sábado a las 23,30 es porque sienten amor por la filosofía”, decía con admiración Daniel Borrillo, argentino, profesor de derecho en la Universidad de Paris Nanterre, investigador asociado en el CNRS (Centre national de la recherche scientifique). Lo sostuvo frente a un auditorio en el impactante Espacio Cultural Le Parc de Guaymallén, Mendoza. Hay gente de todas las edades que asistió a la primera edición federal de la Noche de la Filosofía. Fue organizada por el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y la Secretaría de Cultura de la Provincia de Mendoza, con la colaboración de las embajadas de Francia, Alemania, Grecia y la Fundación Ortega y Gasset. La cita arrancó el sábado 1 a las 18 y finalizó más allá de la medianoche.
Pensadores europeos (Mathieu Potte Bonneville, Guillaume Boccara, Lucas Morinière, Markus Finn), de Buenos Aires (Mayra Muñoz, Luis Diego Fernández, Alejandro Piscite-
lli) y de Mendoza (María Gabriela Vázquez, Alejandra Ciriza) animaron una noche con sus intervenciones agudas sobre cuestiones que hoy se están discutiendo y reclaman respuestas, o pistas para poder enfrentarlos. Hubo conferencias sobre feminismo, aborto, el cuerpo, los mapuches, el castigo y la resistencia. Y un ámbito dedicado a la gastronomía cruzada con la reflexión filosófica, la mirada antropológica, siempre rodea- da de buen vino mendocino.
Al igual que el ciclo que se realizó ya cuatro veces en Buenos Aires, se escenificó un “ágora” para hablar con el público. Allí se asomó Lucas Morinière, jurista y especialista de las cuestiones democráticas de la Sorbona. Ante un público que lo escuchaba como en un fogón, Morinière explicaba claves de la “cocina democrática”: “Si una persona es consciente, tiene el derecho universal de poder escoger su futuro, es el principio fundamental de cualquier democracia y no se puede derogar. Está vinculado a otros principios que van a garantizar la autonomía, y ahí aparece precisamente la libertad de expresión”.
Guillaume Boccara, doctor en Antropología por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales (París) y director del Centro Franco Argentino de la UBA, se refirió a “La (eterna) vuelta del malón. Representar al ‘indio’ y construir la nación”. Boccara se explayó sobre el repetitivo y estereotipado trato que permanece desde el siglo XIX, ese que hoy “habla de indí- genas truchos porque usan teléfono celular, desde entonces se plantea cómo podemos hacer para civilizar a los que hoy son pueblos originarios”.
Por el hall del Le Parc circulaban jóvenes alrededor de un escenario donde algunos raperos desarrollaron su free style, otros exhibían remeras con la leyenda genderless (sin género), y había rastas y más e innumerables estilos. También hubo un ciclo de conversaciones con cocineros, bodegueros, historiadores coordinado por Silvina Vicente de Fuegos, de la plataforma Contar.
Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios, que llegó justo para la inauguración de la noche, interpretó que “es esencial este tipo de elementos que proponen salir de la vorágine de lo cotidiano y proponer una mirada de largo plazo”, interpretó Lombardi. “Para la filosofía no hay temas triviales, la trascendencia o experiencia humana tiene que ver con cuestiones bien profundas y cuestiones cotidianas”.
Cientos de personas desfilaron en la noche para acercarse al pensamiento contemporáneo y saber dónde estamos parados. Platón, Kant, Hegel y tantos otros pensadores le han dedicado páginas numerosas al vino y a los alimentos. El encuentro, al fin y al cabo, sirvió para comprobar que la mirada filosófica sobre el mundo de la alimentación es enriquecedora. ■