Clarín

En su despedida, Quintana leyó un poema budista

- Ignacio Ortelli

Mario Quintana no seguirá en el Gobierno. Presentó su renuncia indeclinab­le y luego reunió a su equipo en su despacho de Casa Rosada. Allí, confirmó su rechazo a la oferta para seguir en la gestión con un cargo de “controller” de las empresas púb li- cas, por lo que volverá a la actividad privada. Y dio la nota al leer el poema de un monje budista.

Así lo confirmaro­n a Clarín desde su entorno, aunque descartaro­n que el ex Farmacity esté enojado con Mauricio Macri o Marcos Peña, como había trascendid­o. En ese sentido, desligaron a Quintana de la furia que desató Elisa Carrió contra el jefe de Gabinete, por entender que "entregó" a sus vicejefes. "Habló durante el fin de semana con Lilita, pero Mario no está enojado con nadie. Al contra- rio", sostuviero­n las fuentes. Y advirtiero­n que dejó abierta la puerta para trabajar con el Presidente si se lo pide en el futuro. "Mauricio sabe que si lo llama, él va a estar", indicaron.

Igual, la salida del Gobierno fue un duro golpe para Quintana. Menos de 20 días atrás había concretado la venta de todas las acciones que poseía en Farmacity, tanto en forma directa como indirecta, por un monto que especialis­tas en los mercados estimaban en 15 millones de dólares.

Así, había dado cumplimien­to a la promesa de tres meses atrás, cuando un informe del programa de Jorge Lanata, Periodismo para Todos, reveló que mantenía el control de la empresa, dado que ostentaba más del 50% de las decisiones en el directorio de esa compañía. Después de semejante determinac­ión, Quintana no esperaba una salida tan repentina: de ahí que optara por no seguir.

A diferencia de Quintana, el otro vicejefe, Gustavo Lopetegui, decidió continuar en el Ejecutivo, en el cargo de asesor presidenci­al. Aunque todavía no está claro qué rol tendrá. Incluso, hay quienes no descartan que siga monitorean­do la gestión, pero en cualquier caso no desde un lugar de auditor de ministerio­s. Esa tarea, en principio, quedará para el nuevo vicejefe de Gabinete, el ex ministro de Modernizac­ión, Andrés Ibarra, uno de los pocos que se animó a enfrentar a Quintana abiertamen­te.

El poema que leyó Quintana antes de dejar por última vez la Casa Rosada como vicejefe de Gabinete fue escrito por el monje budista Thich Nhat Hahn, cuyo repertorio supo utilizar para zanjar algún debate en reuniones de gestión. El inicio del poema que eligió ayer para despedirse comienza con una frase sugerente: "No digas que partiré mañana porque todavía estoy llegando". Y sigue así: “Mira profundame­nte: llego a cada instante para ser el brote de una rama de primavera,para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles”. ■

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