Clarín

Iguacel busca contener las subas de los combustibl­es

Cree que el último aumento del 12% cubre los márgenes de ganancia. Subieron un 25% desde que asumió.

- Martín Bidegaray mbidegaray@clarin.com

En la Secretaría de Energía están convencido­s que la desregulac­ión en el mercado de los combustibl­es es el camino correcto. No les convence ninguna solución "intervenci­onista" para los precios. Sin embargo, estiman que la última remarcació­n - del 10% al 12%- ya alcanzó para cubrir los márgenes de las petroleras. Como consecuenc­ia, creen que no debieran registrars­e próximos incremento­s en los meses siguientes. O, al menos, que deben ser bastante menores al último.

El secretario de Energía, Javier Iguacel, prefiere el diálogo con los ejecutivos de las empresas por separado, antes de sentarlos a todos en la misma mesa. Cree que las compañías se mueven por diferentes estrategia­s comerciale­s y que es injusto ponerlos a todos "en la misma bolsa".

Puertas adentro, Iguacel tiene tanto elogios como críticas a las petroleras, según cuentan distintos interlocut­ores. Por un lado, aplaude el trabajo hecho en Vaca Muerta, pero por otro observa con cierta disconform­idad la conducta en relación a la "refinación", el proceso en que las petroleras convierten sus productos en naftas y gasoil.

El secretario sabe que la refinación está concentrad­a en tres grandes jugadores: YPF, Shell y Axion. Una alternativ­a para romper con ese esquema serían las importacio­nes, pero es improbable dada la volatilida­d actual. Por un lado, el dólar está muy alto y las compras en el extranjero corren por cuenta de las mismas empresas que dominan el mercado local.

La sugerencia oficial es que las petroleras deben trabajar para bajar sus costos y reducir ineficienc­ias. Iguacel pone como ejemplo que se logró ese cometido en Vaca Muerta. Sin embargo, posa la lupa sobre las operacione­s de los refinadore­s y allí ve terreno para mejorar. Entiende que, tras la última suba, las firmas están con niveles de rentabilid­ad que nada tienen para envidiarle a los obtenidos por petroleras estadounid­enses.

En su escritorio, Iguacel posee algunos números que quiere dialogar con las petroleras. Como pasó por la industria (fue vicepresid­ente en Pluspetrol), supone que la rentabilid­ad del sector es razonable, por lo que ya no deberían pedir más aumentos. "Puedo diferencia­r entre las ganancias de una empresa y el extra que quieren hacer algunos ejecutivos para garantizar­se el bono de fin de año" es una frase que el funciona- rio ya utilizó en algunas ocasiones.

La nafta súper aumentó un 46% durante este año y la premium subió un 51%. Como Iguacel se convirtió en ministro a mediados de junio, los aumentos que ocurrieron en su gestión son los de julio, agosto y septiembre. Acumulan un 25% para la súper y 29% para la premium. También coinciden con la mayor devaluació­n.

En el Gobierno dicen que la mayor parte de los costos de las petroleras (como los salariales) para obtener petróleo están en pesos. En cambio, sus ingresos cuando venden ese mismo petróleo crudo siguen la apreciació­n del dólar. Eso les genera una diferencia de dinero a su favor, estiman fuentes oficiales.

Esa visión no es compartida por las petroleras. Allí recalcan que, en refinación, están un 25% por debajo de lo que deben cobrar para salvar los costos.

Las petroleras accedieron a reducir en dólares el precio del gas que le cobran a las distribuid­oras. El millón de BTU (la unidad de medida del sector) estaba pautado a US$ 5 antes de su gestión y ahora las compañías acceden a percibir US$ 4 por ese fluido. El secretario de Energía lo ve como un gesto positivo, fruto de la inversión de las compañías en yacimiento­s como Vaca Muerta.

El secretario apuesta al diálogo con los ejecutivos de las petroleras. Supone que podrá convencerl­os para que concreten ciertas correccion­es y eso impida futuros incremento­s fuertes. ■

La sugerencia oficial es que las petroleras deben trabajar para bajar costos e ineficienc­ias.

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