Nueva esperanza En busca del San Juan
El buque Seabed Constructor parte de Comodoro Rivadavia con la misión de hallar el submarino.
En Comodoro Rivadavia el viento es tan fuerte que por momentos parece imposible mantenerse firme. Sopla tanto -y más aún en el puerto- que las olas estallan contra el muelle y salpican a quien pase por allí. Es la naturaleza en su estado más puro. A ella se enfrentarán cuatro familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que participarán de una misión que intentará encontrar la nave: “Vamos con la mejor tecnología del mundo, con la esperanza de hallarlos y poder entender qué pasó”.
A diferencia del año pasado, cuando en el puerto de esta ciudad petrolera compartían lugar los marines estadounidenses y los rusos, con sus buques y grúas, ahora hay silencio. El barco “Seabed Constructor” (de bandera noruega) es el único que está amarrado allí y espera a que hoy, antes de que caiga el sol, pueda iniciar su viaje.
Con mucha ansiedad, los que aguardan ese momento son los cuatro familiares de los submarinistas que participarán de la misión. Lo harán en condición de veedores testimoniales, es decir que serán los ojos del resto de las familias que quedarán en tierra a la espera de las novedades. Ellos son Luis Tagliapietra (padre de Alejandro), José Luis Castillo (hermano de Enrique Castillo) y Fernando Arjona (hermano de Alberto Arjona) y Silvina Krawczyk (hermana de Eliana Krawczyk, la única mujer que viajaba en el submarino).
Mientras subían sus mochilas a los camarotes del barco en donde vivirán por tiempo indeterminado, charlaron con Clarín y contaron sus sensaciones. Aunque reconocen que es casi imposible encontrarlos con vida, no lo descartan: “No sabemos cómo están, dónde están y qué les pa- só. En este viaje llevamos la esperanza de conocer la verdad”, afirman.
Los cuatro fueron elegidos por el resto de las familias: “Armamos un grupo de WhatsApp y ahí nos postulamos unas 17 personas. Al final se votó y nosotros fuimos los elegidos. Es una responsabilidad porque de nosotros depende que se cumpla todo lo prometido para la misión”.
Ellos no tendrán ninguna actividad adentro del buque, más allá de alguna tarea que se les pida de manera provisoria. Pero estarán atentos a tres puntos. El primero, que se respete el mínimo de 60 días operativos, lo que significa que si un día una tormenta impide el normal uso de la tecnología, esa jornada no cuenta. Lo mismo si el barco debe regresar al puerto para sumar provisiones.
La otra cuestión es que no habrá sectores exclusivos de trabajo: “El barco puede explorar el área que quiera”, explican los argentinos. Y por último que le empresa Ocean Infinity, a cargo de la búsqueda, cobrará sólo si encuentra al submarino: “El lema es ‘no cure no pay’ (si la nave no es hallada, no hay pago)”, cuenta Tagliapietra.
Desde que el “Seabed Constructor” amarró ayer al puerto de Comodoro Rivadavia cerca de las 13.30, los familiares de los submarinistas conocieron las instalaciones del buque. Durante horas estuvieron en el interior y les explicaron dónde está cada lugar. Para entrar allí no sólo debieron ser elegidos por las otras familias, también debieron superar un entrenamiento que la empresa les exigió.
Realizaron análisis de sangre, de orina, electrocardiograma, exámenes de vista y de capacidad auditiva. Pasaron también por exámenes psicológicos y debieron aprender conceptos básicos de navegación. Además, se les exigió tener conocimientos de inglés, ya que es el único idioma que se habla en el buque. De hecho, hay personas de diez nacionalidades.
“Tenemos expectativas de que con la seriedad y la logística de esta empresa podamos encontrarlos“, afirma Castillo. Mientras Tagliapietra confía en que el ARA San Juan esté entero: “Si se hubiera roto o fraccionado hubiéramos encontrado restos flotando y manchas de combustible”.
Arjona está algo molesto por el freno en la búsqueda: “No tendría que haber cesado nunca. El Gobierno sabía en diciembre que hacía falta esta tecnología para la búsqueda. En enero había seis presupuestos y no hicieron nada. En febrero el Presidente prometió que lo iba a hacer. El camino fue muy largo y es inentendible por qué se dejó de buscar. Son muchos los interrogantes”. ■