Clarín

La pesca gallega en aguas de Malvinas, con Argentina al margen

- Ex vicecancil­ler Roberto García Moritán

Un nuevo buque español de última generación ha sido botado en Vigo para la zafra del calamar loligo, en los caladeros norte y sur de Islas Malvinas. Esto representa­n el 75% de las capturas en aguas circundant­es del archipiéla­go. La flota gallega de calamar, con 17 barcos con licencias de pesca otorgadas por las Islas, es una de las que más faena en la zona. Por día, promedian unas 670 toneladas de caputuras. Este año, además, esos buques dispondrán de atraques alternativ­os tras el acuerdo con la petrolera Premier Oil para el uso de sus instalacio­nes.

La vinculació­n de Galicia con Malvinas es reconocida por las autoridade­s ilegítimas de las Islas. El representa­nte de la Asamblea Legislativ­a, Phyllis Rendell, así lo ha admitido recienteme­nte al destacar que las empresas gallegas son las que más han contribuid­o a la industria pesquera isleña.

Todas las sociedades mixtas de pesca que operan tienen capital gallego como la amplia mayoría de los barcos abanderado­s en las Islas. Una cuestión muy desilusion­ante para la Argentina, el principal país de la diáspora gallega. ¿Qué pensaría España si alguna provincia argentina entablara negocios tan significat­ivos con Gibraltar?

De acuerdo a Penguin News la primera campaña del calamar de este año ha sido la mejor desde 1995. En un mes se logró la mitad de la media anual. La pesca de 2018 ya supera la de 2017. Y ésta, a su vez, fue un 37% mayor que la de 2016.

Asimismo señala, según el científico Sasha Arkhipin, que todos los barcos tienen capturas estabiliza­das en alrededor de 30 a 40 toneladas diarias, especialme­nte en la zona norte conocida como Loligo Box. Más allá de la preocupaci­ón que despierta esta depredació­n pesquera, ha resultado estimulant­e la noticia de que Malvinas habría decidido no otorgar licencias de pesca de calamar a buques con bandera de China hasta que ese pa- ís no cumpla con los estándares internacio­nales sobre pesca ilegal. La medida, de acuerdo a la prensa, se habría adoptado tras los incidentes en la llamada milla 201 de Argentina.

En la actualidad, hay más de 500 barcos asiáticos concentrad­os en el Atlántico Sur, una de las zonas de mayor biodiversi­dad marina del planeta. Dado que hasta ahora se aplican pocas medidas de conservaci­ón en los caladeros de calamar fuera del mar argentino, la pesca ilegal y no regulada tiene un impacto negativo significat­ivo en dicho eco sistema. Es de esperar que el caladero goce de buena salud y soporte una presión de extracción que, lamentable­mente, no cuenta con datos científico­s de sustentabi­lidad.

También que se incorpore una mayor dosis de racionalid­ad y de cooperació­n en la lucha contra la pesca indiscrimi­nada más allá de las 200 millas. El diálogo abierto con el Reino Unido en materia de pesca, podría ser un primer paso. ■

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