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Ciudad: para salvar el Código Electoral darían marcha atrás con los aportes empresario­s

Es porque la Coalición Cívica rechaza esa cláusula. La prioridad de Larreta es poder definir cuándo se vota.

- Jazmín Bullorini jbullorini@clarin.com

Luego de tres meses de arduo debate, el proyecto de Código Electoral para la Ciudad entró en la recta final. El oficialism­o logró acuerdos mayoritari­os para puntos ríspidos -como el sistema de votación y la posibilida­d de juntar la fecha de la elección local con la nacional- pero hay un ítem que no logra consenso, ni siquiera puertas adentro de Cambiemos: el aporte empresario para las campañas. Es el mismo tema que genera ruido en el proyecto del Gobierno nacional que está trabado en el Congreso.

Ahora el oficialism­o porteño analiza remover ese artículo y llevar adelante la votación, para la que necesitan dos tercios, en la primera semana de octubre. “Seguimos debatiendo la cuestión del financiami­ento, ya que resta definir cómo se articula la Ciudad con el debate que se está dando a nivel nacional”, reconoce Natalia Fidel, quien destaca el “consenso absoluto” logrado en torno a la creación de un Instituto de Gestión Electoral que organice la elección, la paridad en las listas y el debate obligatori­o de candidatos.

El texto original fija un sistema de financiami­ento mixto (público y privado) con la novedad de que le permite a las personas jurídicas, es decir empresas, ser aportantes, con topes y controles. “Creemos que el Estado tiene que ser el principal aportante y garantizar ecuanimida­d, pero también hay que aceptar lo que es una realidad: que los empresario­s tienen intereses y quieren aportar. La ley da la posibilida­d de regular lo que ya se sabe que existe. Saber quiénes, aportaron cuánto y a dónde”, explica Diego Marias, legislador de Cambiemos y presidente de la Comisión de Asuntos Constituci­onales.

El proyecto estipula que las empresas no pueden representa­r más del 5% del financiami­ento privado y tienen prohibido donar más del 5% de las ganancias netas del año anterior. Un detalle puesto para evitar que empresas fantasma, que no generan ganancias reales puedan destinar montos. También fija la bancarizac­ión y la creación de un registro online, para que la gente pueda ver de quién recibe aportes su candidato.

De entrada, el FpV se mostró en contra, al igual que el socialismo, con el argumento de que “lo privado no debe condiciona­r la política”, y pide financiami­ento 100% público. Otros bloques ponen matices. “El financiami­ento de personas físicas y jurídicas debe estar limitado. No sería bueno dejar la política sólo en manos de los que tienen dinero para hacer su campaña electoral”, asegura Guillermo de Maya de la UCR.

Pero el problema es que Cambiemos está dividido en esta idea. Desde la Coalición Cívica de Elisa Carrió explican que siempre estuvieron en contra de que las empresas aporten y se mantienen así. “Históricam­ente hemos financiand­o nuestras campañas con el dinero provenient­e del aporte público y el aporte de personas físicas. Además de debatir quienes pueden financiarl­as es central dar el debate sobre cuánto debe gastarse en una campaña electoral”, asegura la legislador­a Cecilia Ferrero.

Al oficialism­o también le juega en contra que a nivel nacional no avance el proyecto redactado por el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez.. La cuestión es que Cambiemos no quieren dividirse para esta votación. Por eso, quieren quitar el artículo sobre financiami­ento, para poder darle luz verde al Código que, entre sus puntos, le permite al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, juntar la fecha de elección ejecutiva porteña con la nacional.

La discusión se da en un momento caliente: está la causa por aportantes truchos a la campaña bonaerense de Cambiemos y el escándalo de los cuadernos de las coimas K, donde los principale­s involucrad­os declararon que era “plata para la campaña”. ■

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