El Seabed Constructor se lanzó a la búsqueda final del ARA San Juan
Es el buque más avanzado del mundo. A bordo van cuatro familiares de los 44 submarinistas.
El reloj marcaba ayer las 14.30 y el barco noruego “Seabed Constructor” comenzó a moverse. No hubo bocina de despedida ni tripulantes asomados a los balcones para saludar. Tampoco aplausos ni ceremonia oficial. En silencio, el navío elegido por el Gobierno para buscar al desaparecido submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes, se alejó del puerto de Comodoro Rivadavia hasta perderse en el interior del Atlántico. A bordo no sólo viaja la mejor tecnología del mundo para búsquedas en las profundidades del mar, sino también la esperanza de los familiares que buscan conocer la verdad de lo que pasó.
El “Seabed Constructor” es la nave civil más avanzada del mundo para poder hallar objetos en el fondo de los océanos. Por eso desde el capitán del barco hasta las autoridades de la Armada Argentina y los propios familiares se mostraron confiados en poder encontrar al San Juan, del que no se tiene registro desde el 15 de noviembre del 2017.
De la misión participan cuatro familiares de los 44 submarinistas argentinos desaparecidos. Ellos son Luis Tagliapietra (padre de Alejandro), José Luis Castillo (hermano de Enrique Castillo) y Fernando Arjona (hermano de Alberto Arjona) y Silvina Krawczyk (hermana de Eliana Krawczyk, la única mujer que viajaba en el submarino). La tarea que tienen es registrar y observar cada movimiento del buque para hacer cumplir el contrato que se firmó para este objetivo. Serán los ojos del resto de las familias que quedarán en tierra a la espera de novedades.
Los cuatro pasaron la noche anterior a la partida adentro de los camarotes y ayer casi no salieron de allí. No hablaron con la prensa y tampoco con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, que ingresó a la nave y recorrió sus instalaciones, pero que -según pudo saber este diario- ni siquiera preguntó por los argentinos. Sólo se cruzó con Krawczyk y le deseó suerte.
El ministro sí pudo ver la sala de mando, la sala de operaciones, el comedor, la cocina y las oficinas donde se analiza la información que los mini submarinos traerán desde el mar. Lo hizo acompañado por una comitiva que lo acompañó desde Buenos Aires. Luego de bajar del barco, donde estuvo alrededor de una hora, realizó una conferencia de prensa.
“Tenemos muchas expectativas de poder encontrar al submarino. Este es un barco inteligente, con la mejor tecnología del mundo. Llegamos a una instancia definitiva, después de haber probado con otras tecnologías, en la búsqueda operativa. Ahora ésta es una búsqueda netamente científica”, explicó.
Consultado por el enojo de los familiares ante el tiempo transcurrido en el que la búsqueda se canceló, Aguad dijo que es parte de un proceso y comprendió el reclamo: “Los familiares con su tristeza y el desgarro de la pérdida tienen otros tiempos”, dijo y agregó: “Estuvimos cinco meses, hasta abril, con una tecnología que trajeron las mejores Armadas del mundo para encontrarlo y no lo encontramos. En mayo tuvimos lista la licitación, hubo inconvenientes administrativos, debió anularse e hicimos otra y acá estamos”.
En tanto el barco noruego arribaría a la principal zona de búsqueda - que es donde el submarino envió su último mensaje antes de desaparecer- entre hoy por la noche y mañana por la mañana. El lugar está ubicado a unos 300 millas en línea recta a la ciudad de Comodoro Rivadavia, es decir, a unos 600 kilómetros.
Allí se hará un barrido de todo el fondo oceánico y estarán unos diez días aproximadamente. Si no hay novedades comenzará a moverse por otras áreas. El barco está equipado con cinco mini submarinos (AUV) capaces de operar hasta 6.000 metros de profundidad. Tienen siete sensores y una cámara que les permite mapear el fondo. El buque es de origen noruego y tiene una antigüedad de cuatro años.
El plan de búsqueda tendrá un mínimo de 60 días operativos lo que significa que si un día una tormenta impide el normal uso de la tecnología, esa jornada no cuenta. Lo mismo si el barco debe regresar al puerto para sumar provisiones. No se va a rastrillar un área en determinado tiempo, sino que la empresa tiene libertad absoluta para trabajar donde considere necesario. El objetivo final es localizar e identificar al ARA San Juan. ■