Clarín

El nuevo escenario político obliga a la centroizqu­ierda a reformular su campaña

Tres candidatos, con el mismo electorado, pugnan por enfrentar a Bolsonaro en segunda vuelta.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL

La incertidum­bre electoral está afectando todo el espectro político brasileño. Del centro hacia la derecha hay dos candidatos posibles, que compiten agresivame­nte por conquistar el mismo electorado. Uno es Geraldo Alckmin, ex gobernador de San Pablo y uno de los líderes del Partido Socialdemó­crata (PSDB). El otro es Jair Bolsonaro, que encabeza la fórmula ideada por el Partido Social Liberal, al que se afilió recién en marzo pasado.

Del centro hacia la izquierda hay tres postulante­s: el profesor Fernando Haddad, ex intendente de San Pablo, que pertenece al Partido de los Trabajador­es (PT); el ex ministro del gobierno de Lula, Ciro Gomes, del partido laborista; y Marina Silva, también ex ministra de Lula, que en 2014 se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB) y fue la candidata presidenci­al de esa agrupación luego de la muerte en una accidente aéreo de Eduardo Campos, el dirigente socialista histórico.

El propio Lula había llamado a Campos a “aguardar un poco” porque él podría ser el “recambio” de una alianza encabezada por el PSB y el propio PT. Falleció antes de tiempo. Y allí emergió Marina que realizó una elección sorprenden­te, que la posicionó cerca de los dos adversario­s finales: Dilma Rousseff y Aécio Neves.

Ahora, lo cierto es que tanto Ciro como Marina disputan el mismo electorado que Fernando Haddad. Es más, ellos piensan que, al igual que el dirigentes petista, podrán ser herederos de muchos votos de Lula, preso en Curitiba y a quien el Superior Tribunal Electoral le quitó prácticame­nte todas las chances de disputar las elecciones de este año.

No deja de ser una anomalía que los dos postulante­s más populares: Bolsonaro, por la derecha, con 22% de intencione­s de voto, y Lula por la centro izquierda con 39% de las adhesiones, ahora estén afuera de la carrera electoral. El primero por una razón obvia: la herida que le infligió el agre- sor en Juiz Fora es lo suficiente­mente grave como para mantenerlo fuera del contacto con el público, al menos por unos 15 a 20 días. El segundo, el líder petista, está detenido pero además la justicia electoral le negó la posibilida­d de ser candidato por la alianza Brasil Feliz de Nuevo, debido a que tiene una condena en segunda instancia por corrupción y lavado de dinero.

En estas circunstan­cias, las encuestas de opinión ofrecen las siguientes alternativ­as para la segunda vuelta. Suponen que si Alckmin llega al ballotaje junto con Bolsonaro, el socialdemó­crata le ganaría ampliament­e a su adversario. Pero ocurre que frente a la fuerza que están demostrand­o los “bolsonaris­tas”, los socialdemó­cratas brasileños le oponen un candidato que no logra despegar: Alckmin tiene sólo 9% de popularida­d.

Para los analistas, como Ciro y Marina están ambos con un 12% de intención de voto, es difícil imaginar que el postulante del PSDB pueda llegar a la segunda vuelta del 28 de octubre como uno de los dos elegibles. Por el contrario, piensan que es casi seguro que Bolsonaro estará en esa instancia, pero que competirán con él Ciro, Marina o Hadad.

Los candidatos, que debieron suspender sus campañas un par de días a raíz del atentado a Bolsonaro, reanudaron ayer sus actividade­s políticas. Sin embargo, el ataque contra el ultraderec­hista los obligó a delinear una nueva estrategia: todos dejaron de atacar al polémico aspirante por sus expresione­s radicales, y pasaron a defender la tolerancia y la campaña pacífica. ■

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EFE En carrera. Marina Silva, que compite con Ciro Gomes y Haddad, en una recorrida por San Pablo.

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