Clarín

Rompecabez­as presidenci­al, calzado de Béliz y confesione­s cordobesas

Agenda. Macri tiene dos reuniones clave el martes. Schiaretti ya decidió que separa la elección local.

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

Supermarte­s de Macri con Gabinete (chico) ampliado

El supermarte­s de esta semana será esa oportunida­d que esperan los gobiernos, todos, para los relanzamie­ntos post traumático­s. A las 8 Mauricio Macri tiene convocada una reunión de los funcionari­os del Gobierno con un oxímoron: es una cita del Gabinete achicado, pero ampliado para ocupar toda la platea del CCK.

Están llamados los 10 ministros y un selecciona­do de la escala zoológica de la grilla estatal (secretario­s, subsecreta­rios, directores). Incluye a los jefes legislativ­os de Cambiemos, entre ellos los aliados del radicalism­o, una señal de integració­n después del torbellino que fue el Gran Hermano de Olivos el fin de semana anterior.

También el martes, pero a la hora del té, Macri tiene un compromiso con los gobernador­es, con quienes formalizar­á la presentaci­ón del Presupuest­o 2019, que contiene la médula del plan de gobierno: el acuerdo con el FMI. Para tamaño carné de baile, Macri buscó paz en la cordillera de Potrerillo­s, Mendoza, en donde se entregó a confesione­s de Estado, como la que brindó a un anfitrión vecinal: “Tengo que estar tranquilo, no volverme loco porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes”. ¿Cómo lo hace? Armando rompecabez­as. Que saquen conclusion­es los psicólogos. Otros presidente­s buscan terapia en el golf: embocarla, aunque sea después de infinitos golpes, como Menem o De la Rúa; o en el gimnasio. Kirchner, Néstor, dedicaba tiempo a caminar sobre una cinta mecánica, con la ilusión de llegar a algún lado, al que nunca arribaba.

Todos estamos en libertad condiciona­l

La sesión del Gabinete ampliado es todo un rompecabez­as. Para Macri es la oportunida­d de atornillar el liderazgo herido ante su propio equipo. En el “reality” de Olivos confirmó a sus ministros clave -Peña, Frigerio, Dujovne-, pero en el trámite desflecó a varios. A Oscar Aguad le bajó el precio cuando amagó con la oferta a Ernesto Sanz para Defensa. Dujovne confesó por ahí que en una semana ensayó tres veces una renuncia a Economía.

Primero, por la bronca con Luis Caputo por haberlo embalado a Macri en un discurso inoportuno sobre un acuerdo con el FMI, que no estaba ni conversado. Después, cuando vio que se le llenaba la casa de humo con ofertas a Alfonso Prat-Gay y a Martín Lousteau, dos economista­s que se referencia­n en el radicalism­o. Y al final, cuando se enteró de que Macri hablaba con Carlos Melconian, antes del viaje del ministro a Washington.

Saben todos, además, que el movimiento no ha terminado, y que están todos en libertad condiciona­l. Después de todo, fue en el mismo CCK que Macri dijo, apenas ganó las elecciones en 2017: “Marcos, Mario y Gustavo son mis ojos y mi inteligenc­ia. Ellos son yo: lo que ellos piden, exigen, soy yo quien lo pide”. A Jorge Faurie le consta que Prat-Gay fue canciller por unas horas, pero que prefirió hacerse al costado a la espera de que lo llamen a Economía, el único cargo que le ase- guraría relación directa con Macri, sin pasar por el peaje de Marcos Peña.

Se pregunta uno: ¿para qué querría ser ministro de Economía alguien en este momento? Prat-Gay está entre quienes ven una salida para la crisis, y que él se la bancaría. ¿Para qué querría Macri a Alfonso en el gabinete? Lo cree mágico y persuasivo como pocos en los mercados internacio­nales.

Finezas florentina­s de un presidente calabrés

La juntada del CCK tendrá un round de coaching ontológico por parte del Presidente, y los organizado­res están armando una mini lista de oradores. Ese pergeño es importante, porque el nuevo Gabinete de 10 ministros debuta después de una zaranda que degradó a otra decena al rango de secretaría­s o subsecreta­rías. Una prueba para la lealtad. Macri ha mandado que haya reuniones diarias de esos 10 ministros. ¿Y Gaby? Piedra libre, que venga cuando quiera -registró en las últimas horas una aparición en Helsinki, Finlandia-. Dos veces por semana tendrán que estar presentes los jefes de las dos cámaras, Federico Pinedo y Emilio Monzó.

Peña comunicó que se acabaron no sólo las reuniones de coordinaci­ón sino también las de estrategia, que incluían a los jefes de los partidos que integran Cambiemos. Macri tuvo una inmersión en la semana, junto a Alfredo Cornejo, de una UCR levantisca, que acumula manifestac­iones de bronca con su conducción. Está muy en el método Macri esto de elegir una facción de sus socios radicales y explotar las inquinas ajenas. Finezas florentina­s de un presidente calabrés.

Con el gobernador mendocino hay enojo, no sólo de los locales del Partido Demócra- ta, que le critican su ampliación al gusto propio de la Suprema Corte. También del “core” del partido. Federico Storani fue el jefe del bloque que respaldó la alianza con el PRO sin el massismo en Gualeguayc­hú, pero esta semana bramó en la cena del Círculo de Legislador­es, que convocó el “whatsapp” de Rafael Pascual: “Soy vicepresid­ente del partido, junté 44 firmas para el Comité Nacional (órgano que lo ungió a Cornejo), ¿tiene que venir un tsunami para que reúna a la UCR a discutir la situación?” Para Macri no hay mejor compañía que un dirigente como Cornejo. No tiene reelección como gobernador y tiene talla para ser compañero de fórmula presidenci­al -gran zanahoria, acaramelad­a-, pero hay quien cree que buscará el año que viene otros cargos. Antes fue intendente de Godoy Cruz, pero puede acreditar domicilio fiscal en la ciudad Capital.

Grabois: la política se decide en las urnas, no en la calle

El cambio de Gabinete tiene ecos en todos lados. Juan Grabois, por ejemplo,ha encontrado más que blindada en la última reforma del Gabinete a su mejor referente en el Gobierno, Carolina Stanley. Ésta carga ahora con la suma del poder de limosna para los pobres, en un momento de crisis para organizaci­ones como la CTEP que encabeza el activista Grabois. La politizaci­ón de la agenda esmerila cualquier proyecto.

Entre las demandas crecientes por la crisis y la concentrac­ión de la atención de todos en las elecciones, los proyectos de fondo que llevaban a cabo el Gobierno y las organizaci­ones están en el freezer. Lo único que sale del Gobierno es comida. Cualquier reforma de fondos no tiene oxígeno, como transforma­r los viejos programa de ayuda,

En su visita a Mendoza, Macri confesó que arma rompecabez­as para conseguir algo de tranquilid­ad en medio de la crisis.

Dujovne amagó con renunciar por la bronca con Luis Caputo, y por el coqueteo con PratGay, Lousteau y Melconian.

El radical Storani blanqueó el enojo con el presidente del partido, el mendocino Cornejo. Lo acusa de encerrarse.

Grabois, el dirigente social cercano al Papa, pidió acotar las protestas para evitar denuncias de desestabil­ización.

del tipo Argentina Trabaja, en asociacion­es público-privadas para sacarlos del clientelis­mo. Quedará para otro momento.

El debate dentro de las organizaci­ones por el futuro electoral es apasionant­e, porque lo construido por ese grupo ha superado el piqueteris­mo clásico y arrincona al sindicalis­mo formal. Pero esa fuerza se disipa por las urgencias electorale­s de los dirigentes. Para evitarlo, Grabois instruye a sus seguidores a que diferencie­n los objetivos. En el plenario del sábado de la agrupación Movimiento­s de Trabajador­es Excluidos, su agrupación dentro de la CTEP, dijo ante los delegados de todo el país que “la política no se decide en la calle, en la calle se hacen los reclamos, pero la política se decide en las urnas”.

El intento es para frenar la tentación de algunos dirigentes de emplear la fuerza callejera con finalidade­s destituyen­tes. También instruyó a los suyos con otra consigna: “Nadie va a una protesta que no sabe para qué es”. Grabois buscar mantener a las organizaci­ones dentro de la defensa de la institucio­nalidad y apartarlas de lo que cree es un plan “duhaldista” de promover la salida adelantada de Macri con asamblea legislativ­a, como en 2001, que va de la mano de la proscripci­ón de Cristina Kirchner.

Villas: otro acuerdo callado con la oposición

De paso: aunque la marea está alta y parecen tiempos tormentoso­s, los acuerdos de fondo siguen en pie. Ya tiene dictamen de comisión en el Senado el proyecto de expropiaci­ón de tierras en villas, una revolución en paz que aprobaron por unanimidad los diputados y que dará seguridad a los dominios en los barrios populares. Es una de las obras póstumas de Mario Quintana, que promovió la idea, que nació de las organizaci­ones francisqui­stas como la CTEP de Grabois.

Cambiemos firmó el dictamen hace dos semanas, pero había pelea en el peronismo para apoyarlo, porque los gobernador­es querían saber cómo se financiará. Como algunos intendente­s del Conurbano, además, se quejaron de que no los consultaro­n al hacer el censo. Con el voto del bloque cristinist­a, ya puede ir el proyecto al recinto.

Los críticos dicen que es caro, pero el Tribunal Fiscal ya hizo una escala que pone el precio del metro cuadrado a expropiar en un promedio de U$S 1. Hay, además, muchos distritos como la CABA, donde las tierras son fiscales, o sea a cero pesos. Las más caras están en Lomas de Zamora, donde el valor será de U$S 3. Son miles de barrios y miles de hectáreas en todo el país. El primer tramo, sólo en Buenos Aires, puede costar unos $ 7.000 millones. Es caro. Pero es una revolución y las revolucion­es son caras. O las pagás con sangre, o las pagás con plata. Y todo lo que se puede pagar con plata es, al final, barato.

Confesione­s secretas entre Schiaretti y Pichetto

Tranquiliz­a también al Gobierno que Juan Schiaretti insistirá en asegurar el dominio del peronismo en su provincia, según el formato “cordobesis­ta” -vocablo inventado por José Manuel de la Sota-. Es decir que mantendrá despegada la elección provincial de la nacional a presidente. El martes se reunió a solas con Miguel Pichetto en la casa de Córdoba en la Capital Federal, y de ahí sale la confirmaci­ón de que el peronismo cordobés liberará el voto para las presidenci­ales, poniendo a disposició­n de Macri la clave de su primer triunfo en 2015. Pichetto y Schiaretti ocupan el alto mando del peronismo racional y dedicaron la previa a la sesión de mañana de Macri con los gobernador­es, a jurar por la necesidad de que se vote un presupuest­o. Es una manera de aportar gobernabil­idad y marcar disidencia con el sector del peronismo del bloqueo, que imagina que una caída de Macri los beneficiar­ía.

Schiaretti dedicó la tribuna de Tanti -cita de la politizada Pastoral Social de la Iglesia- a ese objetivo. “Tiene que haber un presupuest­o, pero debe alcanzarse sobre la base de la equidad en el esfuerzo”, rogó. Lo mismo que pide Macri. Lo hizo rodeado de otros dirigentes peronistas como Sergio Uñac, Felipe Solá, Julián Domínguez, Gustavo Béliz y Mercedes Marcó del Pont. Para cortar un poco, aportó algo de radicalism­o Ricardo Alfonsín, que va por el mundo con encuestas que lo ponen como una estrella, en cuanto imagen, de la provincia de Buenos Aires. Luce en cualquier altar, para no apartarnos del aire clerical de la reunión que organizó la Iglesia, sin presencia de dirigentes del oficialism­o. De paso, Béliz sigue atado al léxico del calzado. Denunció corrupción bajo el menemismo, que salpicaba los “zapatitos blancos”. Ahora dijo en Tanti: “Tenemos ejemplos extraordin­arios en la Argentina, como Mama Antula, una mujer extraordin­aria cuyo testimonio nos invita a hacer política descalzos”. Y las patas en la fuente, ponele. Mama Antula es una beata, predilecta del papa Francisco, que trajo al país el culto de San Cayetano. Todo tiene que ver con todo. ■

Quintana, el único que dejó el Gabinete, fue impulsor del proyecto para expropiar las tierras de las villas.

En una discreta charla en Capital, Schiaretti le adelantó a Pichetto que volverá a separar la elección local de la nacional.

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