Clarín

La heroína que se refugió en la cocina

Desde hoy, la actriz será la conductora de “El gran premio de la cocina”, el reality gastronómi­co que emitirá El Trece a partir de las 17.15. ¿Abandonó la ficción?

- Federico Ladrón de Guevara flguevara@clarin.com

-Qué es más difícil en la televisión: darle un beso a un galán o preparar una torta?

-Yo empecé a trabajar en la televisión a los 19 años. La primera vez que le di un beso a un galán fue difícil. Pero ahora, que estoy por cumplir 43, puedo decir que tengo bastante práctica... No sé, creo que me costaría mucho más preparar una torta (se ríe).

Como villana o heroína, Carina Zampini se lució en varias telenovela­s: Dulce amor, Malparida... Y, entre otros premios, en el 2004 ganó el Martín Fierro por su trabajo en Padre Coraje.

Luego, inquieta, “con ganas de asumir nuevos desafíos”, le llegó el turno de la conducción: hizo dupla con Gerardo Rozín en Morfi, todos a la mesa, y con Marley en Despedida de solteros (Telefe).

Ahora da un paso más: desde este lunes a las 17.15, por El Trece, estará al frente de El gran premio de la cocina, un “reality de gastronomí­a” en el que los participan­tes “cocinarán en tiempo real”.

“Es un rol que me divierte. Y me gusta mucho el equipo que se formó para trabajar en este nuevo programa. Cuando ya falta poco para que salgamos al aire, es como que estamos todos esperando un bebé”, dice Carina, tierna, con la sonrisa a pleno.

Y agrega: “Siempre me gustó la cocina. Soy ama de casa y tengo un hijo de 20 años (Manuel, fruto de su relación con Pablo Arce, con quien estuvo en pareja hasta el 2009)”. -¿Qué es lo que más le gusta que le cocines?

-Milanesas. Para que sean más sanas, se las hago al horno, con aceite en aerosol. Y cada tanto, fritas.

-¿Con alguna guarnición?

-Sí, con puré o papas fritas. Me gusta el trabajo manual de la cocina. Me gusta preparar pastas caseras, amasar pizzas...

-¿Siempre cocinaste?

-Desde que empecé a convivir con el padre de mi hijo... Antes se encargaba mi mamá. Vengo de una clase media ajustada, laburante. Cuando yo era chica, mi mamá tenía que resolver con lo que se podía. Éramos cuatro hermanos. Mi mamá preparaba comidas rendidoras: arroz, polenta, fideos... Eventualme­nte, carne. En una época, cuando mi papá trabajaba en un frigorífic­o, comíamos carne todos los días. Desayunába­mos con carne. Después, cuando se fue a trabajar de otra cosa, comíamos menos carne. Mi mamá preparaba milanesas de hígado.

Siempre me gustó la cocina. A mi hijo, lo que más le gusta que le cocine son milanesas al horno... son más sanas.”

-¿Tenés algún lugar preferido para ir a comer afuera? -No soy de ir a comer afuera. Vivo en zona oeste, en Haedo. Prefiero comer en casa o en la casa de algún amigo. Y preparar algún asadito. -¿Lo hacés vos?

-Sí. -¿Y los comensales te aplauden?

-Sí. Hago asado, vacío... Hago achuras. Y le incluyo verduras asadas. Me gusta la ceremonia del asado: prender el fuego, estar al lado de la parrilla. -Los hombres te dan consejos...

-Me pasa que algún hombre se acerca y me dice: “Dejá, Cari... Lo hago yo”. Pero me lo dicen con buena onda, para que no me haga cargo yo sola de la situación... Y siempre terminamos compartien­do la parrilla. He descubiert­o que no todos los hombres saben hacer asado. Es más, creo que yo tengo más experienci­a que alguno de mis hermanos. Tal vez es porque en casa tengo un quinchito con parrilla y puedo practicar. -¿Y si tenés que agasajar a alguna pareja, en una cena romántica, qué le preparás? -Primero tendría que tantear los gustos del agasajado... Lo que no falla en una primera cena romántica es una buena pasta. Y si estuviste tres horas amasando, hay amor, sin dudas. -El problema es que si estuviste tres horas amasando vas a recibir al agasajado toda enharinada. -Lo tenés que hacer con tiempo: preparar la pasta y, después, tener un buen rato para producirte... -De los programas de cocina, ¿cuál es el chef que más te gusta?

-Hay varios. Me gusta mirar los canales de cocina. Me gusta mucho la pastelería de Osvaldo Gross. Para comer

prefiero lo salado. Y para cocinar, lo dulce. Me gusta la repostería, la decoración de tortas. A mi hijo siempre le preparé las tortas de cumpleaños, con muñequitos... -Como Maru Botana.

-Claro.

-¿Por qué creés que en la tele les va bien a los programas de cocina?

-Porque a todos nos gusta comer. Y, si queremos alimentarn­os, en algún momento tenemos que prender una hornalla y preparar algo... Además, la cocina está ligada a lo emocional, al amor. La cocina te transporta a algún lugar. Mi mamá hace unas salsas riquísimas, pero las salsas que hacía mi abuela... Si yo volviera a sentir el olor de la salsa de mi abuela me transporta­ría directamen­te a su casa. Es lo mismo que pasa con las novelas. ¿Por qué la gente se engancha? Porque hablan de amor, de algo que nos pasa a todas las personas. -Justamente, tu programa va a reemplazar a “Ojos que no ven”, que conducía Andrea Politti y se dedicaba a formar parejas. -Sí, la cocina, como el amor, no pasa de moda. Por lo que ya estuvimos viendo, las personas que van a participar en nuestro programa siempre tienen una historia en la que vinculan la cocina con lo emocional: cocinan con alguna receta familiar, cocinan lo que les preparan a sus seres queridos... -Te gusta cocinar y te gusta comer: ¿qué tanto te cuidás para mantenerte en forma? -La clave es encontrar un equilibro. Si tengo ganas de comer una picada, o un asado el fin de semana, lo hago sin

problemas. Y si tengo tiempo, voy al gimnasio. Si no, trato de caminar en la cinta que tengo en casa. -¿Vas a ser muy exigente con los participan­tes del programa?

-De eso, en todo caso, se va a encargar el jurado, que va a estar integrado por Christian Petersen y Felicitas Pizarro. Además, todos los días va a haber un invitado famoso que también va a calificar a los cocineros. -¿Los van a retar si se les quema el pollo?

-No, al contrario. Yo voy a querer que ganen todos los participan­tes.

Me encanta hacer asaditos en casa. Hago asado, vacío, achuras... y le agrego verduras asadas. Me gusta esa ceremonia...”

 ??  ?? Un viaje sentimenta­l. “¡Si yo volviera a sentir el olor de la salsa de mi abuela, me transporta­ría a su casa ya!”, cuenta.
Un viaje sentimenta­l. “¡Si yo volviera a sentir el olor de la salsa de mi abuela, me transporta­ría a su casa ya!”, cuenta.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina