A 30 años del último partido de un referente del fútbol: el Loco Gatti
Cometió un error que le costaría el puesto. El DT Pastoriza lo reemplazó por Navarro Montoya. Y no atajó nunca más.
El 11 de septiembre de 1988 no hubo festejos por el Día del Maestro. El viernes 9 hubo un paro general de la CGT (el duodécimo al gobierno de Raúl Alfonsín), en coincidencia con uno de CTERA, el gremio nacional docente, en todo el país, que terminó con una brutal represión. La central gremial, conducida por Saúl Ubaldini, llamó a un nuevo paro para el lunes 12, al que se adhirió CTERA. Ese domingo, un maestro del arco como Hugo Orlando Gatti, el futbolista con más partidos en la historia del fútbol argentino, no imaginaba que sería el día de su último show.
En el inicio del torneo de Primera División 1988/89, Boca recibió a Deportivo Armenio. El técnico xeneize era José Omar Pastoriza, quien estaba muy entusiasmado con una de las incorporaciones: Carlos Fernando Navarro Montoya, el joven arquero de Vélez. Pero para el debut, el Pato le respetó el lugar al Loco Gatti. Iban 34 del primer tiempo, Sergio Oudoukian metió un pelotazo cruzado desde mitad de cancha y, ante la pasividad de la defensa local, habilitó a Sergio Silvano Maciel. El Loco, con la intención de anticiparse a la jugada como en los viejos tiempos, intentó cortar el avance, pero el atacante de Armenio le robó el balón y marcó el 1-0 con el que finalizaría el partido.
Gatti le contaba así a Clarín la de- safortunada jugada: “Fue una pelota larga, yo salí a chocar y el delantero me ganó. No es ninguna cosa rara. Considero que no fue una falla mía, sino que se trató de una virtud de Maciel. Simplemente eso”. Era el Día del Maestro y en el arco de Armenio estaba Sarmiento (Jorge Ricardo), la figura del partido y calificado con un 8 por Clarín.
Cuando salió del vestuario muchos hinchas lo alentaron y le pidieron autógrafos. Y en la cancha, solo La 12 hostigó al histórico arquero. Es que el fútbol y la política conviven en cada historia. El Loco tenía buena relación con la barra, pero hubo dos hechos que lo distanciaron. Primero, cuando apoyó la candidatura de Antonio Alegre y Carlos Heller a la presi- dencia en contra de Alberto J. Armando. Después, cuando apareció en una publicidad del candidato radical a la gobernación bonaerense Juan Manuel Casella, que el 6 de septiembre de 1987 perdió con Antonio Cafiero, hombre peronista, al que apoyó La 12.
En la semana previa al Superclásico, Pastoriza fue madurando una decisión: colgar a Gatti. Tras unos días de especulaciones, la noticia se confirmó 48 horas antes del clásico. El Loco no fue a la última práctica ni al banco, que ocupó Néstor José Merlo. A Gatti le costó asimilar la situación. Tenía 44 años y confiaba en recuperar su lugar. Decía que no se había retirado. Pero ya no volvió a jugar y recién tuvo su partido despedida diez años después, el 3 de diciembre de 1998, en un amistoso contra la Universidad de Chile.
Fueron 26 años en Primera, desde el 5 de agosto de 1962. Se inició en Atlanta (1962-63), luego jugó en River (1964-68), Gimnasia (1969-74), Unión (1975) y Boca (1976-88). Completó 817 partidos entre torneos de Liga, copas nacionales e internacionales. Jugó 417 partidos en Boca , 224 en Gimnasia, 93 en River, 45 en Unión y 38 en Atlanta. Comparte el podio con Ricardo Bochini, con 714 encuentros, y su sucesor, Navarro Montoya, con 683.
Su estilo marcó una época. Atrevido, personal, innovador, audaz, provocador, suficiente, polémico, discutido, admirado, único e irrepetible. Y sobre todo, inolvidable, aunque hayan pasado 30 años. ■