Tras un fuerte debate, el PT oficializa a Fernando Haddad como el reemplazo de Lula
El partido acató el mandato de Lula y lo designó para disputar el 7 de octubre. Pero hubo resistencias. Ahora se verá si el ex presidente puede transferirle sus votos.
El profesor Fernando Haddad, salido de los claustros de filosofía en la exclusiva Universidad de San Pablo, ex ministro de Educación y ex alcalde de la capital paulista, es el nuevo candidato a presidente por la alianza Brasil Feliz de Nuevo.
Lo decidió el ex presidente Lula da Silva, preso en Curitiba, luego que la Justicia le cerrara las vías para participar de los comicios del 7 de octubre. Y lo anunció en una carta que fue leída este martes por la tarde en un acto organizado por la cúpula de esa coalición. Este desenlace clausura una interna que atravesó la cúpula del Partido de los Trabajadores sobre quién debía ser el sucesor de Lula.
“Acabo de indicar al PT que sustituya mi candidatura por la del compañero Fernando Haddad, quien se desempeñó con extrema lealtad en su anterior posición de vice”, escribió Lula.
Como postulante a vice irá la periodista y militante del Partido Comu- nista, Manuela D’Avila.
El ex mandatario hizo luego una evaluación de quien será desde ahora el flamante presidenciable: “Como ministro de Educación de mi gobierno, fue responsable por una de las más importantes transformaciones de nuestro país. Juntos abrimos las puertas de la universidad para 4 millones de alumnos de las escuelas públicas, negros, indígenas, hijos de trabajadores que nunca tuvieron antes esa oportunidad”. Añadió que Haddad fue clave en la coordinación del programa de gobierno del Parti- do de los Trabajadores y “él será mi representante en esta batalla por retomar el rumbo del desarrollo y de la justicia social”.
El nombramiento se produce luego de una larga historia legal, primero con Lula pre candidato a la presidencia y luego candidato por tan solo 20 días. Con 39% de la intención de voto y la expectativa de prolongar la postulación al menos hasta mediados de septiembre, sus chances fueron fulminadas por la Justicia (el Tribunal Electoral).
Una condena en segunda instan- cia, en un tribunal de Porto Alegre, y luego su prisión en Curitiba, crearon el escenario para que el Tribunal Superior Electoral rechazara la inscripción de su nombre.
Los abogados del ex mandatario buscaron apelar a la Corte Suprema, para que esa “inegibilidad” de Lula fuera revertida. Pero al tiempo que se cerraban las puertas, también disminuían las chances de Haddad como futuro presidenciable, por falta de exposición en la TV y de participación en los debates con adversarios.
La interna se produjo debido a que la cúpula del PT parecía más empeñada en lograr ese objetivo, muy difícil de alcanzar, que en operar para una victoria electoral. Se esgrimía como recurso una carta de las Naciones Unidas que pedía al gobierno que respete los derechos políticos del ex presidente. A Lula lo habían detenido el 7 de abril acusado de corrupción pasiva por el cargo de haber recibido un departamento como soborno. El ex presidente negó esos cargos. Pero fue lo que sostuvo el juez Sergio Moro para condenar al ex mandatario.
En medio de la controversia por el proceso, el fallo fue ratificado por un tribunal de segunda instancia de Porto Alegre. Con esas dos resoluciones en mano (por la vigencia en Brasil de la llamada Ficha Limpia que aparta de la carrera a un político con una doble condena) Moro dispuso la reclusión de Lula da Silva en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba.
La decisión de Lula, de poner un punto final a este largo litigio, obligó a la dirección ejecutiva petista a lanzar el nombre de Haddad. Se cumplió así con la decisión tomada por la corte electoral que estipuló el plazo máximo del 11 de septiembre para introducir los cambios. Por cierto, para uno de los defensores de Lula “termina de este modo la más larga batalla jurídica republicana para sacar un candidato de la campaña electoral. Se trata precisamente de aquel que durante todo el tiempo lideró las encuestas de intención de votos”.
Para Fernando Pimentel, de la dirección petista y gobernador del estado de Minas Gerais -que concurre a su reelección- no hubo nada que conmemorar con las modificaciones de rigor: “Nuestro candidato era Lula y debería ser Lula porque es el candidato que el pueblo quería. Delante de esta nueva violación de la democracia, hicimos el cambio”.
Según Pimentel, “la transferencia de votos de Lula a Haddad ya está en curso. Así lo indican las últimas encuestas”. Según la consultora Datafolha, Haddad creció entre el 20 de agosto y el 9 de septiembre, de 4 a 9 por ciento.
El ex intendente de San Pablo cuenta con un caudal de votos, aunque lo cierto es que apenas tiene 24 días para remontar y convertirse en el heredero real de Lula. De alguna manera, va a depender mucho del propio Haddad que pueda conquistar a sus electores. Esa es la gran duda.