Clarín

Cómo ser un buen abuelo

- Roberto Pettinato

Cómo explicar lo que siento al convertirm­e en abuelo por segunda vez en medio de un país que no recuerda el pasado, odia el presente y sabe que su futuro depende de Turquía?

Cuando se es padre jamás decís cosas que sí decís cuando te convertís en abuelo. De hecho, uno no se convierte en papá. Pero sí se convierte en abuelo, como si fueras Flecha Verde o un lechón de piedra surgido de los Avengers.

¡Oppps! ¿Me puse los pañales del bebé? ¿Me hice encima? Perdón, es que me convertí en abuelo en el entretiemp­o de ArgentinaC­olombia.

Convertirt­e en abuelo es imposible de definir. Nadie me lo sabe relatar correctame­nte. Y más cuando te convertís en abuelo -es mi caso- luego de ser un padre reciente y que ya superó largamente los 50 años.

“¡Sos abuelo! Enseñales cosas a tus nietos y ellos te escucharán”, te recomienda­n. ¿Como qué? ¿Los acordes de La rubia tarada? ¿Por qué se supone que tengo que ver el mundo diferente a como lo vería siendo padre? “¡¡¡Porque sos el abuelo!!!”, dicen. Silencio.

Ok, empezaré a amar los toboganes, las plazas, los inmundos juegos de ajedrez de mesa en cerámicas y ya sé: voy a caminar más lento y a contar cómo tu abuela (o bisabuela) corrió de los nazis en un bosque y se salvó, hasta llegar a Retiro. No importa si fue su caso. ¡Soy abuelo! Puedo inventar lo que quiera, que total no hay registros de lo que diga.

Tal vez pueda comenzar una frase diciendo: “En mis tiempos...”, o apoye el mate sobre el iPad de mi nieta diciendo “¡qué bandeja más coqueta!”

Podría salir con una chica joven y que nadie le diga: “¡Sos loca, podría ser tu abuelo!”. ¿Por qué? ¡¡¡Porque ya lo soy!!!

Podría cometer locuras, como regalarle a un nieto una bolsa llena de vidrios rotos, y a otro una bolsa llena de curitas y decirles: “¡Aprendan a compartir!”. Jaaaa, pero no sé si todo esto sucederá. O si seré el llamado “abuelo piola” que fuma y escucha a los Stones. Mi abuelo, noruego, diseñaba submarinos y dibujaba ranas practicand­o esgrima. No lo conocí, pero con esos dos datos era suficiente para sentirte orgulloso de no tener uno que hablaba del Fortnite o de la PS4 o del porno.

Cosas que quedarán en el olvido.

¿Cómo se encuentra el equilibrio entre los niños, los hijos, los padres, los abuelos? ¿Aprendo recetas de tartas desconocid­as? ¿Cada tanto les apoyo mi mano de Keith Richards sobre sus faldas para que me pidan que les preste las cadenas, las pulseras y los anillos?

Siempre envidié a quienes dicen: “Mi abuela es lo más. Tocás a mi abuela y te bloqueo”.

¿Podré ser así? ¿Cuántas veces encontraré una respuesta nueva a “qué se siente ser abuelo”?

Mi abuela me ponía en penitencia todos los días: a mirar la pared durante la siesta. O sea, me hacía aburrir. Yo había inventado mil sistemas para pasarla bien de todos modos, pero su intención era la reflexión en soledad. ¡Mi abuela podía matar una gallina degollándo­la y después hervirla!

Hay abuelos que saben de armas y disparan. Otros beben como descosidos y te dan vino con soda a los 3 años. Otros arreglan una casa entera o arman una silla en segundos. Pero las alternativ­as se achicaron. Ya como padre, mi hija me dice: “¡No nos cantes! ¡No nos leas nada!”. Y en las noches oscuras se ven mis ojos blancos y dos pantallas, una detrás de otra, encendidas con su azul tuberculos­o quemando cuatro retinas de estos dos pendejos ultra veloces y en estado de alarma permanente.

Por ahora, apenas si estoy seguro de contar una historia de Luca, de Sofovich, de El Show de la noticia en La100 o de la selva peruana... ¡O si es mejor llamarles la atención con pegar un grito y dejarme caer al suelo!

Bueno, esto último, no porque seguirán pasando el dedo por la pantalla gritando: “¡¡¡Mamá, mamá, el abuelo está en el piso y pateó mi mochila!!!” En fin, yo sé que los argentinos, cuando uno no sabe qué hacer o no entiende algo enseguida, se juntan no para ayudarte sino para putearte por Twitter. Somos así. Sabemos todo lo que hay que hacer, cómo comportars­e, cómo educar, cómo corregir más que nada a los demás y cómo tener moral. Bueno, nada de eso sucede, pero adoramos guiar a una persona que dice no saber cómo ser abuelo.

Creo que ya tengo la solución a todo esto: me convertiré en padre nuevamente para el 2020. Con un nieta de 2 y uno recién nacido estaré en condicione­s de conocer mi control remoto, enviar un mail y si no me acuerdo Satisfacti­on completa poder decir: “No tengo por qué saberla entera... ¡Soy abuelooooo!”. Jajaja. ■

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