Una pieza para guardar y concientizar
En la Usina del Arte se acaba de estrenar La ventana del árbol y Ana Frank, obra que protagoniza Zoe Hochbaum, la joven actriz proveniente de la pantalla grande, quien debutó en la escena teatral con esta pieza creada por Gustavo Gerberg y dirigida por Nicolás Gil Lavedra.
El unipersonal es llevado adelante por la talentosa Zoe Hochbaum, de tan sólo 19 años. Apoyándose en el coaching actoral de Laura Novoa, la actriz demostró una gama de habilidades técnicas que acompañan y cuentan la trágica historia de Ana Frank de un modo original.
Esta obra, que aborda la historia de la niña alemana de ascendencia judía en los casi dos años y medio que pasó ocultándose de los nazis -con su familia y cuatro personas más- en una casa de Amsterdam (Holanda), es relatada de una manera respetuosa, emocional y atractiva.
En los 40 minutos que dura la experiencia, la actriz logra, con su constante movimiento y dominio escénico, llegar al corazón del espectador para que, gracias a la experiencia vivi- da durante el espectáculo, pueda comprender y transformar su modo de actuar ante cualquier situación de discriminación.
Y allí es donde la obra consigue su mayor logro. Es que cada espectador, además de conciliar con la tremenda historia dramática que se relata, entra en un estado de empatía colectiva ineludible. Claro, esa niña aún sigue dando un mensaje: el de generar conciencia sobre los hechos de discriminación, importancia sobre los derechos humanos y sobre todo, la solidaridad con el otro.
En la noche del estreno estuvieron presentes grandes personalidades del ámbito de la cultura, política, espectáculo y deportes como Rodolfo D’Onofrio, Facundo Manes, Estela de Carlotto, Laura Novoa, Gabriel Corrado, Luis Novaresio, Fabián Doman y Juan Cruz Avila, entre otros.
Dato curioso, la obra cuenta con la participación de Luis Novaresio, quien hizo su aporte con su voz. Es que la pieza combina géneros como el radioteatro, formato entre el espacio escénico y las proyecciones cinematográficas que relatan la historia de Ana Frank de una manera más dinámica, pero sin perder la veracidad de la época de lo que se está relatan- do.
Durante el mes de agosto, la obra se estrenó para escuelas primarias y secundarias, con la intención de acercar la experiencia teatral a los estudiantes, que así podrán, además de ver un rica pieza teatral, conocer la figura de Ana Frank como ícono y ejemplo vigente de lucha contra cualquier tipo de violencia.
Debutante sobre las tablas, Zoe Hochbaum afronta el unipersonal con un notable despliegue y con el eje puesto en la concientización. No apunta a la crítica de los que ya no pudieron hacer nada -observadores-, si no de los que día a día, con su granito de arena, pueden ponerse en el rol de protectores.
Proveniente del mundo del cine - actuó en Abzurdah, El faro de las orcas y Las grietas de Jara-, en La ventana... Hochbaum sorprende con un trabajo muy depurado y técnico. Seguramente el primero de varios que hará en la escena teatral porteña.
La obra ya pudo verse en colegios de Vicente López, Lomas de Zamora y Morón, y tiene por delante estas funciones: el 19 y 20 de este mes estará en Mar del Plata. Y una semana después (26, 27 y 28), en el teatro del Viejo Consejo de San Isidro. ■