Clarín

Presidenta

Revolución en el fútbol argentino

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Lucía Barbuto asume el 8 de octubre al frente de Banfield.

Siempre hubo mujeres en puestos destacados, pero muchas tuvieron que crecer bajo la sombra del machismo. El auge del feminismo en estos tiempos modernos y la lucha que entablan por sus derechos dejan claro que el sexo débil no está relacionad­o con el género. Entonces, Banfield toma una decisión enfocada en este cambio de paradigma. Y Lucía Barbuto, asistente quirúrgica y a punto de terminar la licenciatu­ra en obstetrici­a, será la nueva presidente. Esta vez, no habrá lista opositora en las elecciones del 6 de octubre. Ese día, se proclamará como la nueva mandataria y dos días más tarde sucederá formalment­e a Eduardo Spinosa, quien estuvo al frente del club durante seis años. Y resultará un hecho inédito para el fútbol vernáculo: será la primera dama en ser elegida para dirigir un club de Primera División en la Argentina.

Hubo antecedent­es en el Ascen- so, pero nunca en la máxima categoría. ¿Quién es Lucía, esa mujer que charla mano a mano con Clarín en el interior del campo de juego del Florencio Sola? “No hay un Barbuto que no sea hincha de Banfield y así será generación a generación. Y creo que nací en la cancha. Venía con mi papá desde que era una niña. Después, empecé a traer a mi hermana. Iba a la popular y entendí que tenía que dejar de ser una opinóloga detrás de un arco para colaborar con el club. Y a través de un amigo llegué a la agrupación de Eduardo. Hará 13 ó 14 años, no digamos números precisos así no revelan mi edad”, dice Lula, como la llaman en el club, divertida y coqueta. -¿Cómo es trabajar en este mundo del fútbol dominado por hombres? -En Banfield, particular­mente, no me sentí discrimina­da. Casi todos nuestros empleados son mujeres y si venís a la cancha te vas a dar cuenta de que cada vez somos más. Hay muchas hinchas y socias que colaboran. En mi agrupación tampoco me sentí apartada por el género. Entiendo perfectame­nte que este ambiente es conducido por hombres, pero acá no me pasó y por eso puedo estar al fren- te de este equipo de varones y que sean mis pares. Me siento respetada y tampoco recibimos una queja de ninguna de las chicas que trabajan con nosotros.

-Más allá de que muchas mujeres están vinculadas al fútbol en distintos espacios, ¿sentís que vas a tener que luchar contra el machismo del medio?

-Negártelo no tiene sentido. Digamos que el ambiente es "un poquito" machista, para ser buenos. Pero Banfield entendió que estamos ante un cambio de época, que la sociedad está avanzando en ese sentido y en este club somos pioneros en dar un paso adelante. Y si todo se desarrolla por los caminos normales en la Junta Electoral y termino siendo presidenta, va a significar un cambio importante. Y ojalá sea una fuente de inspiració­n para que muchas otras mujeres se vuelquen a dirigir los clubes. -¿Sos una mujer de carácter? Porque para un cargo de esta naturaleza, independie­ntemente del género, se necesita personalid­ad.

-Se necesitan muchas cosas. Entre ellas, carácter y personalid­ad. También, esa mirada sensible que tenemos las mujeres. Encontramo­s un club devastado, en un estado nefasto. Tal vez, en ese momento, necesitába­mos la fuerza de un hombre para sacar a Banfield adelante, como pasó con Eduardo. Ahora que estamos recuperado­s, nos toca crecer, ocuparnos más de la parte social y en ese aspecto la mirada femenina es clave. -¿Por ejemplo?

-Nosotros tenemos un montón de actividade­s. Acá hay cuatro mil deportista­s de diferentes disciplina­s; un colegio con jardín de infantes, primario y secundario; somos los fundadores de DeporSocia­l, que agrupa a los clubes con funciones solidarias y va a ser clave en un debate que yo creo que se viene, el de las sociedades anónimas en el fútbol. No sólo somos un club de fútbol. -¿Qué postura tenés respecto a las Sociedades Anónimas?

-En Banfield estamos en contra. Participé en muchos debates con dirigentes de otros clubes. Celebramos que se discutan estos proyectos, pero nuestra visión es negativa. A la hora de adquirir jugadores, no sería una competenci­a igualitari­a. Los clubes son de los socios, no de las empresas.

Lucía asegura que no tiene vinculacio­nes políticas y que su militancia no se extiende más allá de Peña y Arenales. Está estudiando para recibirse de licenciada en obstetrici­a. Será partera, ni más ni menos, y ya trajo varios niños al mundo. “Banfield será mi bebé”, dice. Alumbra una nueva etapa en el fútbol argentino. Y ella será la precursora. -¿Cómo imaginás la primera reunión en la Superliga? ¿Creés que en algún momento te van a querer llevar por delante?

-Las mujeres también nos llevamos todo por delante. Veremos. Estoy segura de que va a ser positivo, no creo que los demás dirigentes tengan problema. Que va a ser novedoso, no tengo dudas. Sé que voy a llamar la atención.

-¿Cómo es el trato con los jugadores?

-Con ellos me llevo muy bien. Eso sí, por más que sea la presidenta, no voy a poder entrar al vestuario, lógicament­e. Pero Alejandro Grigera y Juan Fontenla van a ser mis ojos y mis oídos en los lugares a los que no pueda acceder.

-¿Se queda Julio Falcioni?

- Con Falcioni tengo una muy buena relación, de cariño y de respeto. El es parte de la historia del club. Si Julio quiere y su salud se lo permite, mi deseo es que se quede toda la vida a dirigir acá. La verdad, me encantaría. ■

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Todo cambia. Lucía se hace cargo en un mundo de hombres.
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GARCIA ADRASTI En el Sola. “El club entendió que estamos ante un cambio de época.Ojalá sea fuente de inspiració­n para otras mujeres”, dice Barbuto.

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