Clarín

Todo lo que declaró el financista K: la “araña”, olor a billetes y consejos a Báez

La ruta de los sobornos. Clarín accedió a la última indagatori­a completa de Ernesto Clarens, como “imputado colaborado­r”.

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

Declaró tres veces ante la Justicia en la causa de los cuadernos de la corrupción. En su última indagatori­a - que le permitió convertirs­e finalmente en imputado colaborado­r y evitar la prisión- brindó detalles de cómo funcionaba la cartelizac­ión de las obras viales, el rol de Cristina Kirchner, los problemas con Lázaro Báez; contó cómo se direccionó una obra en Santa Cruz a favor de Cristóbal López, cómo las empresas financiaba­n la política con las coimas, cuáles eran las órdenes de la ex presidenta para salvar a un conocido santacruce­ño, y las operacione­s financiera­s. Ernesto Clarens contó todo.

Clarín accedió a la declaració­n completa. “Habrá que hacerse cargo y asumir las consecuenc­ias”, deslizó en su entorno después de confesar.

“La Camarita” -la Cámara Argentina de Empresas Viales- fue eje de la estructura de sobornos que contó Clarens. Con ella “cartelizab­an la obra pública. Si la licitación preveía que el adelanto financiero fuera del 20% del total de obra, se le pedía a la empresa la entrega de la mitad del anticipo en una entrega; si el anticipo representa­ba el 10% del total de la obra, se le pedía a la empresa ese porcentaje en cuotas”. Las licitacion­es “ya venían con el sobrepreci­o del 20%”, detalló.

En este esquema, contó cómo se favoreció a Cristóbal López con un contrato “a pedido de Cristina Kirchner”. El interlocut­or fue José López: “Me llamó y me dijo que la Presidenta le había dicho que se le adjudique una obra en el sur a Cristóbal López, pero ya se había hecho la licitación, entonces me encomendó llamar a todos lo que habían comprado el pliego explicándo­les que la obra era para López y que se tenían que hacer a un lado o acompañar. Finalmente se la dieron”.

Clarens dijo que entre 2005- 2015 “el cobro de coimas fue constante. Semanalmen­te, las empresas solían entregar 300 mil dólares. El dinero que circuló en ese contexto es difícil de estimar, supongo que fue alrededor de 30 millones de dólares”. Esa recaudació­n -según el financista- se entregaba a a Daniel Muñoz. “Me pidió que trate de traer euros en billetes de 500 porque ocupaban menos lugar. Coordinaba después con él para entregarle el dinero, tanto en el Hotel Pan- americano o en el domicilio de la calle Juncal y Uruguay del matrimonio Kirchner, en el caso de que fueran sumas más importante­s”. Dio más detalles: “En esos casos me esperaba en el hall del edificio de Juncal, yo nunca subí al departamen­to”.

Las firmas que pagaban coimas estaban en una lista que “según López él preparaba con Cristina. Ella estaba al tanto de quiénes cobraban primero”, dijo Clarens. Después de cambiar el dinero en dólares, el financista “le llevaba la recaudació­n a José López a un departamen­to cerca del Hotel Faena”. Hubo, como contó Clarín, un pago por $ 70 millones a “Hebe de Bonafini por Sueños Compartido­s”.

El financista también se refirió a Daniel Muñoz: “él siempre me mencionó que todo este efectivo estaba en archivos metálicos que se encontraba­n dentro de una bóveda en el subsuelo de la casa del matrimonio Kirchner en El Calafate, donde había un olor a tinta muy importante”. Hubo más historias. “Un día Muñoz me contó que Néstor Kirchner era mala persona, y que la esposa era peor, que era un araña. Me contó también que le pegaba”. Clarens también admitió haber aconsejado a Báez “comprar activos”. ■

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