El ajuste enfrenta a intendentes y gobernadores
“Hagan cuentas muchachos: acá tenemos más votos que los que se juntan en el CFI”. La sentencia partió del tumulto de intendentes repartidos en la mesa y Agustín Rossi, huésped de la noche, rió con ganas. El santafesino que preside el bloque de Diputados K tenía motivos para la euforia: la cena en la sede del PJ reunió a casi 30 alcaldes pero, sobre todo, logró la magia esquiva de juntar a todas las tribus peronistas.
La ironía era política pero también matemática: el caudal electoral del conurbano -Matanza, Lomas, San Martín, Avellaneda, entre otros- más el medio millón que sacó Rossi en Santa Fe en 2017, habilitan ese duelo numérico.
Lo real es que el diálogo entre los gobernadores y los alcaldes bonaerenses, primos en la familia peronista, es escaso y tortuoso. Hay salvedades como alguna charla con Sergio Uñac o la cercanía de jefes K con Alberto Rodríguez Saá. La figura de Cristina mete ruido. La mayoría de los jefes provinciales toman distancia de la ex presidente casi con la misma vehemencia con que los intendentes se alinean, por simpatía o conveniencia, detrás de ella.
Hay una dificultad logística: en el PJ bonaerense, cuando piensa en la elección de gobernadores, entienden que es riesgoso que haya dos ofertas peronistas, y es justamente esa la alternativa que proponen muchos gobernadores que despegarán las votaciones locales de la presidencial.
Pero hay un asunto más palpable y cercano: en la discusión del presupuesto nacional para el 2019, los gobernadores pelean por sus fondos y reclaman que sea el gobierno de María Eugenia Vidal el que ceda recursos.
El martes, en Ituzaingó, intendentes del PJ pidieron que la gobernadora declare la emergencia social y que reclame por los fondos como lo hacen los demás gobernadores. Las posturas son muy diferentes. El PJ bonaerense tomó como bandera el Fondo Sojero, que le quita unos 600 millones a los distritos, mientras el grueso de los gobernadores se desentendió de ese tema. Verónica Magario, de Matanza, encabezó desde la FAM una cruzada contra esa medida que visibilizó una fractura: el grueso de los gobernadores, tanto “amigables” como Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, o equilibristas como Uñac, optaron por el silencio.
Pero con aquellos que activaron contra la eliminación de ese fondo, como el tucumano Juan Manzur, la diferencia es política: el ex ministro de Salud milita la tesis de que el ciclo de Cristina terminó mientras los bonaerenses no contemplan ningún armado que excluya al dispositivo K. ■