Una causa con al menos 18 víctimas, 12 imputados y seis detenidos
Entre los presos hay dos sacerdotes y una monja. Los chicos intentan adaptarse en nuevas escuelas.
Luego de que la Dirección de Escuelas de Mendoza clausuró el Próvolo, los cerca de 100 alumnos hipoacúsicos que concurrían a ese instituto católico fueron reubicados en distintos colegios.
La adaptación a sus nuevas escuelas ha sido muy difícil. “En el Próvolo les prohibían comunicarse con señas -había un sistema obligatorio de oralidad para los sordos que significó más aislamiento-, les decían tenés que hablar, les pegaban en sus manos para que no las usaran”, explicó una mamá. Ahora los chicos están aprendiendo a expresarse. El jueves, familiares de las víctimas se concentraron en Luján de Cuyo y cuestionaron la compra del predio por parte del gobierno local.
La Justicia detectó 18 víctimas de abusos o corrupción de menores, de entre 4 y 17 años, y cerca de 45 hechos aberrantes denunciados por testigos, que habrían ocurrido allí entre 2004 y 2016.
El caso judicial comenzó en noviembre de 2016, cuando fueron detenidos los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (57) y los ex empleados del Próvolo, Jorge Bordón, y Armando Gómez. Los cuatro están detenidos y acusados de violaciones, abusos sexuales y corrupción de los menores que concurrían al colegio que tenía un albergue para hipoacúsicos. El hecho llegó a la Justicia luego de que un ex alumno le contara a la vicegobernadora de la provincia que los abusos eran vox populi entre la comunidad del colegio.
Hay 12 imputados, seis de ellos detenidos: los curas Corradi y Corbacho, la monja japonesa Kumiko Kosaka, los administrativos Bordón y Gómez; y la ex representante legal del colegio, Graciela Pascual. Algunos de ellos, Corradi, Pascual y Kosaka, con- siguieron prisión domiciliaria. Y uno, el celador y monaguillo José Luis Ojeda, fue declarado inimputable por padecer una enfermedad mental.
El abogado de las familias Sergio Salinas pidió que se realice un solo juicio oral con todos los acusados, “para que no se exponga a las víctimas a largas y desgastantes audiencias”. Será el año que viene. ■