Información y prevención, las mejores armas contra la enfermedad
Los casos de Streptococo pyogenes están generando, y con mucha razón, alarma en nuestro país. Ante esta situación es importante recordar aquellas medidas básicas de prevención que van a permitir un diagnóstico temprano de esta infección en niños y en adultos.
Primero, hay que saber que su trasmisión se produce por contacto físico directo entre personas (por ejemplo, por hacinamiento, o por práctica de deportes de contacto) y, por vía respiratoria, al toser, estornudar o conversar.
La habilidad de establecer la infección resulta de su adhesión, colonización y dependiendo de la virulencia del germen, su pasaje a sangre con la posterior invasión de órganos y tejidos.
El síndrome de shock tóxico es un cuadro grave pero poco frecuente. En la Argentina, su incidencia es de cuatro casos cada 10.000 egresos hospitalarios siendo la infección en la piel la puerta de entrada predominante de la bacteria.
Se presenta con mayor frecuencia en niños en edad escolar para ir declinando en la adultez.
Sus formas de presentación clínica son fiebre elevada, infecciones de piel, dolor de garganta, falta de apeti- to que simula un cuadro gripal. Si bien no existe vacuna para prevenir la infección, el tratamiento ante un caso sospechoso con penicilina y clindamicina es de elección.
Ante estos síntomas, no se puede dejar de señalar la importancia de concurrir al médico, especialmente cuando exista fiebre asociada a dolor de garganta, trastornos en la respiración, desmejoramiento de lesiones cutáneas y compromiso del estado general de la persona. La consulta temprana va a permitir un diagnóstico a tiempo.
La bacteria Streptococo pyogenes es de existencia universal y con mayor frecuencia produce una enfermedad leve localizada, como es en los casos de la faringoamigdalitis y la escarlatina.
Sólo en ocasiones, la infección es generalizada, de rápida progresión, y causante del fallecimiento de pacientes por shock tóxico. La consulta rápida al médico es entonces clave para prevenir.
Por ejemplo, el diagnóstico de faringoamigdalitis puede confirmarse mediante tests rápidos y cultivos en las lesiones de piel y estudios de imágenes en infecciones respiratorias.
Y sobre todo, es fundamental recordar aquellas medidas de prevención básicas que contribuyen a reducir considerablemente los riesgos de contagio tales como la higiene de manos con alcohol en gel, mantener las uñas cortas, ventilar los ambientes y evitar el contacto con personas enfermas. ■