Holan y el fútbol argentino: “Acá se cree que el que no saca ventaja es bobo o dormido”
Dice que lo que se ve en la cancha es un reflejo de los valores de la sociedad. Habla también de su objetivo: que el Rojo vuelva a los primeros planos en forma sostenida.
No pasan ni cinco minutos entre que Clarín se acomoda en la oficina técnica del predio de Villa Domínico y que Ariel Holan hace su ingreso. Sonriente, amable, el entrenador de Independiente que ayer festejó sus 58 años saluda afectuosamente y se entrega a una charla sin restricciones de tiempo. Allí, Holan se define como una “persona muy apasionada, con carácter, pero racional y temperamental para trabajar”. Habla del fútbol como su pasión “de toda la vida” yexplica su búsqueda:“Mis equipos de hockey jugaban como los del Flaco Menotti y siempre soñé con que mis equipos de fútbol jugaran así”.
Supo enderezar esas miradas que recibía de reojo de varios cuando llegó a Independiente en enero de 2017. Y ahora, con dos títulos bajo el brazo (la Copa Sudamericana y la Suruga Bank), la mira puesta en la Libertadores y una espalda roja bastante ancha -más allá del último golpe por la eliminación de la Copa Argentina-, Holan ofrece conceptos que parten de la vida, pasan por la sociedad y desembocan en el juego.
- ¿Te ganaste el respeto del ambiente del fútbol?
-No hago foco en cómo me ven a mí. Las opiniones son todas respetables, pero uno no puede estar pendiente de los demás porque se tiene que enfocar en lo que hay que hacer y en su grupo de trabajo. El respeto que siento pasa porque muchos entrenadores han venido a ver nuestras prácticas y hemos intercambiado ideas.
- No te creo si me decís que no te llegaba nada de lo que se hablaba de vos.
-No me vas a creer, pero yo no leo cosas vinculadas al fútbol que no sean técnicas. Tengo un equipo de prensa que cuando hay algo que amerita que yo lo sepa me lo dice. Si no, no leo. Las opiniones que no son de- portivas quitan energía.
-¿Qué hubiera pasado si no seguías en el club?
-Las decisiones muchas veces uno puede explicarlas con lujo de detalles y otras no. En su momento di algunos detalles de esa decisión, pero no eran lo únicos. No hay que desgastarse energéticamente en suposiciones. Hay que tener conciencia plena de lo que se hace aquí y ahora.
-¿Qué es lo que menos tolerás del fútbol?
-Es un deporte profesional en el cual muchas veces se toman decisiones que no están vinculadas a ese profesionalismo. Es una de las industrias más grandes del mundo. A veces la toma de decisiones no está a la altura de la envergadura del negocio. No es que me moleste, estoy describiendo algo que ocurre.
-¿Qué razón le encontrás?
-Es un aprendizaje que tenemos que hacer como Nación. Hablo del fútbol argentino. Las convicciones hay que llevarlas a la práctica, trabajar en equipo con respeto y con valores. Esto no es sencillo porque el condimento del resultado y el ganar muchas veces impide que las decisiones sean racionales.
-Y lo que más disfrutás del fútbol... -El juego, el entrenamiento para llegar a que el equipo llegue a jugar como a uno le gusta. La búsqueda. El cómo. El día a día. Me gusta levantarme a la mañana y venir al club.
-¿En qué etapa estás en Independiente?
-Estamos tratando de terminar de solidificar una identidad, que es la que yo viví cuando era un nene. Esto es: un equipo que sea protagonista y que eso no sólo tenga que ver con lograr títulos, aunque es el objetivo. Hay que sentar bases sólidas para que perdure en el tiempo. Recién ahora, después de casi dos años de estar al frente del equipo, puedo decir que Independiente tiene un plantel que está sentando bases. Lo que yo busco es que Independiente vuelva a los primeros planos de manera sostenida. El ganar tiene que ser una consecuencia del tránsito a una consolidación. No ganar por un grupo de iluminados o por una circunstancia o porque contribuyó el azar. Estamos en el inicio de ese proceso.
-¿Cómo convivís con el exitismo? -Los resultados en el fútbol tienen un rol tan importante, lamentablemente, que si vos ganás sos un campeón y si perdés sos un perdedor. Estamos en un país en donde lo que hizo el anterior no sirve para nada, lo que hace el que está ahora tampoco sirve y lo que hará el que va a venir no va a servir. Somos medio como el tango: un cambalache. El fútbol es la expresión de los valores de nuestra sociedad. Está todo entrelazado. El ganar es el tener. Si tengo un auto importado soy alguien en la sociedad, si no lo tengo soy un fracasado. La única manera de convivir con esto es teniendo convicciones, disfrutando ser entrenador de raza. Hay que tener convicción para sostener el rumbo del timón cuando las cosas no salen como uno desea y hacer los cambios que se deben hacer para seguir creciendo aunque sean dolorosos.
- En Independiente tomaste decisiones con futbolistas y se enojaron.
-A veces hay decisiones dolorosas, pero que si se toman con razones profesionales te dan el combustible para estar bien con uno mismo.
- Solés decir que acá no hay proyectos a largo plazo, ¿estás intentando demostrar que sí se puede proyectar en el fútbol argentino?
-La construcción de un proyecto se basa en la continuidad. Uno siente que hay un proyecto cuando excede a la persona que lo encabeza y a los dirigentes que acompañan. Hay convicción de llevar al club a un lugar
que es independiente de que yo sea o no entrenador de Independiente. El presidente está absolutamente convencido de esto. Primero había que reconstruirlo institucionalmente, luego económica y financieramente y después iba a llegar lo deportivo.
-¿Alguna vez el Holan hincha intercedió en el trabajo del Holan DT?
-El primer amor que yo tengo es a mi profesión. Yo amo lo que hago y después soy hincha de Independiente. Sí me pasa muchas veces que me encuentro defendiendo posturas del club como socio.
-Te molesta mucho cuando un equipo juega brusco o hace tiempo o apela a la trampa. ¿Por qué el fútbol sudamericano tiene esa característica?
-La respuesta es muy simple: porque así es como vivimos. El fútbol se juega con los valores que tiene la sociedad. Por eso digo que tenemos que lograr que funcione un sistema porque es el sistema el que ordena que no haya ventajas. Ahí hay que crecer. Cuando nos comparamos con las competencias internacionales nos damos cuenta de lo lejos que estamos. ¿Estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que contamos? Creo que no. Hay que tomar decisiones que fomenten el profesionalismo. En infraestructura, en lo que se tolera en el juego, en las presiones a los protagonistas. Porque acá se siente que el que no saca ventaja es un bobo o un dormido. Estoy totalmente convencido de que vamos a salir, pero necesitamos tiempo para darnos cuenta de que así no funciona. ■