Clarín

La “volvió a pasar mal”, aunque ahora desde el lado de afuera

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Si hay una frase que inmortaliz­ó Gastón Gaudio y que es conocida aún por aquellos que nunca empuñaron una raqueta es aquella del “qué mal que la estoy pasando”. La dijo en Roland Garros 2006 y la repitió en su cabeza durante su debut como capitán del equipo argentino de la Copa Davis.

“Obvio que la pensé. La pasé mu- cho peor que cuando jugaba porque es un nivel de impotencia que no podés controlar. La pasé bastante mal. Mucho estrés”, remarcó Gaudio pese a que la serie está 2 a 0 a favor de Argentina con la posibilida­d de sellarla hoy con el dobles. Su función la tuvo clara desde el comienzo: supo que con Schwartzma­n a veces debía callarse mientras con Pella habían decidido tener un diálogo fluido. Pero con el primero no pudo cumplir. “Me sale de adentro; no puedo no decirle lo que estoy viendo porque estoy ahí y lo vivo. Prefiero que me putée a mí y que lo haga salir de la situación de locura en la que está”, comentó sobre aquel inicio del cuarto set en el que el mejor singlista del equipo le pidió silencio.

“Es difícil porque es una experienci­a nueva, totalmente distinta a ju- gar. Ves las cosas un poco más claras y también te das cuenta de que es difícil entrarle al jugador cuando está totalmente fuera de lugar, cuando no se puede controlar. Más que nada lo digo por mí, porque yo pase por esa situación. Sé que por más que trates de decirle algo, a veces es difícil llegarle. Pero ahí tiene que estar mi habilidad: que pueda salir de la situación incómoda y entrar otra vez en partido. Y creo que Guido lo hizo bárbaro. Por suerte pudimos ganar y salió adelante”, analizó.

Justamente en el cierre de ese segundo partido fue cuando se notó su agotamient­o. “Me dejó muy cansado. Se sufren muchos nervios. Me di cuenta que se sufre mucho más de afuera que jugando”, dijo. Y, en un contrapunt­o, agregó: “Lo disfruté. La adrenalina que sentí hacía mucho que no la sentía y eso me gusta. Me voy contento con lo que viví”.

Sobre la participac­ión de Coria y Cañas, contó que lo ayudaron mucho. “Aprovechab­a cuando se iba alguno al baño para saber cómo lo veían ellos. Tuvieron varias participac­iones con cosas que yo no me daba cuenta y ellos lo veían de otra manera. Me ayudó con el Peque y me ayudó mucho con Guido en algunos altibajos que resolvimos bien”, valoró.

Pese a su satisfacci­ón, su presente no entrega perspectiv­as sobre un futuro como capitán en 2019. “No sé si querré seguir. Fue una decisión que se tomó muy a las apuradas y faltando un mes para la serie. Y era para esta serie en particular; en el futuro se verá. Ni me lo puse a pensar”, dijo. ■

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