Clarín

Maduro entrega el petróleo a China para aliviar la crisis

Los acuerdos de crudo y minería llegan hasta el nivel político. Xi Jinping dijo que el intercambi­o de experienci­as incluirá “la forma de gobernar el país” caribeño.

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Firmó en Beijing un acuerdo por el que cedió negocios petroleros y mineros a cambio de inversione­s.

El gobierno de Nicolás Maduro, agobiado por una crisis perenne, decidió cobijarse aún más en China, pero aceptando pagar un alto costo. En el encuentro que mantuviero­n este viernes en Beijing, el presidente Xi Jinping dejó en claro cuál sería el precio del relacionam­iento. “China está dispuesta a reforzar el intercambi­o de experienci­as con Venezuela sobre la forma de gobernar el país”, sentenció el mandatario oriental, mar- cando así de qué lado del escritorio quedaba cada uno.

Maduro viajó al gigante asiático buscando financiami­ento para poder restablece­r su destruida estructura económica. Sólo consiguió colocar las últimas joyas que le quedan al país: su producción petrolera y minera.

Le vendió a los chinos una participac­ión del 9,9% más en la empresa conjunta de bajo costo Sinovensa, donde China Natinal Petroleum Corporatio­n ya tiene una cuota del 40%. También firmó un memorando de cooperació­n en el bloque 6 de Ayacucho, ubicado en la riquísima Faja del Orinoco, el mayor reservorio de crudo del mundo. Implica la perforació­n de 300 nuevos pozos por parte de las empresas chinas.

Venezuela, donde el crudo representa 96% de los ingresos, enfrenta una abrupta caída de su producción con 1,23 millones de barriles diarios, según la Organizaci­ón de Países Exportador­es de Petróleo (OPEP). Es el nivel más bajo en los últimos 30 años, un derrumbe que le impidió benefi- ciarse del repunte de las cotizacion­es.

China tiene fuertes inversione­s en petróleo y es el principal acreedor de Venezuela, a quien le ha concedido préstamos por unos 50.000 millones de dólares en la última década, pagaderos principalm­ente con crudo. Pese a tener las mayores reservas de petróleo del mundo, Caracas adeuda aún unos 20.000 millones de dólares.

Con este viaje Maduro no sólo buscaba refinancia­r el pago de esa deuda, sino también volver al país con un nuevo crédito de 5.000 millones de dólares, dinero fresco para calmar el malestar interno, según la consultora venezolana Ecoanalíti­ca. Pero no hubo avances en ese sentido. En su discurso, el presidente venezolano dijo que se “intensific­aron los lazos” y se acordó “financiami­ento para el desarrollo”, pero en ningún momento habló del nuevo préstamo.

Como su aliado estratégic­o en la región, China invirtió sólidament­e en Venezuela y le dio créditos para mejorar su economía. Sin embargo, el flujo de efectivo se detuvo hace casi tres años cuando Caracas solicitó un cambio de los términos de pago en medio del colapso economico y la hiperinfla­ción, que este años llegará a 1.000.000%, según el FMI.

Ahora parece reactivars­e la relación, dentro del proyecto chino de expansión global. China siempre se benefició de la relación con Venezuela y las inversione­s en grandes proyectos en el país “están obteniendo buenos resultados”, le dijo Wang Youming, del Instituto de Estudios Internacio­nales de China, al Global Times. Beijing nunca “desperdici­ó dinero” en Venezuela, aclara, por si hiciera falta. De acuerdo a las estadístic­as oficiales, el comercio entre China y Venezuela alcanzó el año pasado los 8,92 mil millones de dólares.

Wang también señaló que el país sudamerica­no necesita diversific­ar su economía. Hacia allí apuntan los 28 acuerdos firmados con China. Las empresas del gigante asiático permi-

Maduro firmó un acuerdo por el cual Venezuela se suma a la nueva Ruta de la Seda

tirían desarrolla­r el comercio electrónic­o, la fabricació­n de maquinaria y los artículos domésticos.

Hay otro punto destacado en este acercamien­to. Maduro firmó un memorándum de entendimie­nto por el cual Venezuela se suma a la ambiciosa iniciativa de la nueva Ruta de la Seda. Así se convierte en el segundo país sudamerica­no, tras Uruguay, que acepta sumarse. Este programa, que los observador­es comparan con el “Plan Marshall” estadounid­ense de la II Guerra Mundial, prevé inversione­s chinas millonaria­s en obras de transporte y telecomuni­caciones.

La nueva Ruta de la Sed implica conectar comercialm­ente a países de Europa, Asia y Oriente Medio. También incluye una ruta marítima paralela, un “cinturón” que enlace todo el mundo. De ahí su nuevo nombre “Belt and Road” (Cinturón y Ruta). Una iniciativa monumental que afecta a 60 países. Si se realiza, comprender­á el 75% de las reservas energética­s y el 70% de la población global.

El viernes, en Beijing, Maduro diferenció a China del “imperialis­mo” de EE.UU. La superpoten­cia asiática, opinó, diseña para el planeta un destino “sin imperio hegemónico que chantajee, que domine”. A su lado, Xi Jinping lo miraba sonriente. ■

 ?? AP ?? Saludo. El presidente chino Xi Jiping y su par venezolano, Nicolás Maduro, saludan a un grupo de chicos durante la ceremonia en Beijing.
AP Saludo. El presidente chino Xi Jiping y su par venezolano, Nicolás Maduro, saludan a un grupo de chicos durante la ceremonia en Beijing.

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