Suman escuelas a la reforma del secundario con práctica laboral
Había arrancado este año con 19 colegios. El modelo busca reducir la deserción, mejorar los aprendizajes y, en el último año, vincular a los alumnos con el trabajo.
Había arrancado este año con 19 colegios y hoy Rodríguez Larreta anunciará que habrá otros 25 el año próximo. Es un modelo que busca mejorar el aprendizaje y vincular a los alumnos con el trabajo. Por esto, hubo protestas.
La reforma más ambiciosa de la escuela secundaria en Capital nació el año pasado entre tropezones. Muchos recordarán las tomas de los colegios así como las protestas y los debates sobre las prácticas educativas laborales en el quinto año. Pero pasados aquellos primeros sofocones, la llamada “Secundaria del Futuro” dio finalmente sus primeros pasos. Este año, el Gobierno porteño comenzó a implementarla en los primeros años de 19 escuelas públicas: ya llegó a 2.784 estudiantes y 863 docentes. Y hoy el jefe de gobierno de la Ciudad Horacio Rodríguez Larreta anunciará que en 2019 se sumarán otros 25 colegios más. Son 11 escuelas medias, 10 técnicas, 2 normales y 2 artísticas. De modo que el año que viene se avanzará en el segundo año de las 19 escuelas que ya arrancaron, más el primer año de las nuevas 25.
Si bien el contenido curricular es el mismo, el gran cambio de la “Secundaria del futuro” con respecto a la tradicional se da en la forma en que se organizan las clases y la tarea de los docentes. Además de las materias tradicionales, en esas escuelas también se trabajan en tres “áreas de conocimiento” que agrupan a las distintas disciplinas. Ellas son “ciencias exactas y naturales”, “ciencias sociales y humanitarias” y “comunicación y expresión”. Y se estimula a que los alumnos trabajen con proyectos interdisciplinarios vinculados con su vida cotidiana (ver Buscan...).
Para evaluar a los alumnos, hay un nuevo sistema de notas, que busca reducir los fracasos y la repitencia. Ya no se evalúa por trimestres ni por promedios, en su lugar hay una combinación de notas conceptuales, nota numérica ponderada y “rúbrica por habilidades”, que determina cuánto pueden aplicar los alumnos los conceptos aprendidos en clase.
También está previsto que en quinto año los estudiantes hagan prácti- cas laborales. Pero para eso falta aún, así que el debate por el momento parece haber quedado postergado.
La nueva secundaria de Capital está enmarcada en un proceso integral de reforma de la escuela media decidida por el conjunto de los ministros de Educación de todo el país. El próximo 1° de noviembre todos ellos deberán presentar en el Consejo Federal de Educación su plan de implementación, que muestre cómo van a llegar al total de las escuelas en 2025.
La escuela secundaria pasa hoy por una profunda crisis. Unos mil adolescentes abandonan las aulas cada día en el país, principalmente porque no le encuentran sentido a su forma- to. Y quienes sí la terminan (79,7% lo hace en tiempo y forma en la Ciudad) salen con bajo nivel en los conocimientos más relevantes. Con el nuevo diseño de la enseñanza se busca motivar a los alumnos, reducir la deserción y mejorar los aprendizajes.
“Logramos en este primer año que el 30% del tiempo de las clases sea compartida entre profesores de distintas materias que planifican en forma conjunta 2 horas por semana. Ahora el 25% de las planificaciones ya son por áreas. Pagamos un plus a los docentes que planifican de esta manera, para que se vayan concentrando en esta nueva dinámica. Además, con la nueva forma de evaluar bajamos en 11% la cantidad de alumnos en riesgo de desaprobar el año”, le dijo a este diario la ministra de Educación porteña Soledad Acuña.
La ministra agregó otras novedades de la nueva secundaria. Por ejemplo, que ahora hay más instancias de recuperación de contenidos para los chicos que reprueban y un nuevo boletín, en el que se van marcando los avances de cada uno, que logró que los padres se interesen más por las trayectorias educativas de sus hijos. Así, afirma, se va armando un “plan individual de aprendizaje” de cada alumno, con más seguimiento.
Clarín consultó con distintos especialistas y, en general, tienen una mirada positiva de la nueva secundaria. Aunque también hay algunas críticas, como la escasa disponibilidad de Internet en los colegios, fundamental para los nuevos enfoques
educativos. “Las aulas son nuevas, con nuevo mobiliario, más un aula de tecnología con pizarra electrónica, cañón, robótica, impresoras 3D. También han surgido proyectos de integración de disciplinas interesantes. Todo esto está bárbaro. Pero se hizo porque existió un filtro que pusieron los directores y supervisores con respecto a la primera propuesta de Secundaria del Futuro que era un cambio muy radical y lejano a la práctica de los docentes”, dice Gustavo Zorzoli, profesor de Matemática y rector del Nacional Buenos Aires.
Para Claudia Romero, directora de Educación de la Universidad Di Tella, “la orientación de la reforma es correcta en sus lineamientos generales”. “Sin embargo hay aspectos que merecen especial atención. El ritmo de la implementación es demasiado lento: Río Negro reformuló todas las escuelas secundarias en un año. El sistema de evaluación y promoción debe ser cambiado sin más demoras en todas las secundarias y hay que revisar la repitencia. Además, se requiere un liderazgo transformador, distribuido y pedagógico con nuevas herramientas de gestión. En esto la Ciudad no ha avanzado”, dijo.
“Creo que el proyecto avanza en el cambio que necesita la escuela media. Modifica la prácticas docentes e institucionales para acercar los aprendizajes de los alumnos a lo que se requiere en la sociedad contemporánea. Sé que su aplicación es cuidada y que hay un seguimiento cercano de las escuelas”, dijo Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO.
Guillermo Parodi, secretario adjunto del gremio docente porteño UTE, tiene una visión más crítica. Para el dirigente, la nueva organización del trabajo “esconde un ajuste”. “Nosotros impulsamos el profesor por cargo con una ley de 2008, que fijó en 30% las horas extra clase para fortalecer vínculos y trabajar en proyectos colaborativos. Pero ahora cambiaron la modalidad de trabajo e incentivan más carga horaria dentro del aula”, dijo a Clarín. Y señaló otros problemas, como que no le están pagando el plus horario a los profesores y “cierto grado de recorte a la autonomía de los directores” en su tarea cotidiana. ■
Hubo un cambio: la primera propuesta estaba lejos de la práctica docente”. Gustavo Zorzoli
Rector del Nacional Buenos Aires
El ritmo de aplicación es lento: Río Negro reformuló todas las escuelas en un año”. Claudia Romero
Dir. Educación, Univ. Di Tella